sábado, 20 de abril del 2024
 
Por Leo Zuckermann
Columna: Juegos de Poder
Hay que admitirlo: Calderón tenía razón
2014-07-31 | 11:21:47
Reconozco que me equivoqué al criticar a Luisa María Calderón después de las elecciones de gobernador de Michoacán de 2011. En un artículo titulado “Calderón dice que la mafia le robó la elección” erróneamente tildé a la hermana del entonces presidente de la República de mala perdedora.
La hoy senadora, quien había competido por la gubernatura de su estado por la alianza PAN-PANAL, tenía toda la razón al haber argumentado que la competencia había sido injusta y que el candidato de la alianza PRI-PVEM, Fausto Vallejo Figueroa, había ganado a la mala gracias a la intervención de los grupos del crimen organizado de Michoacán. Hoy, después de un montón de evidencias que han salido a la luz pública, sabemos que gente muy cercana al que se convirtió en gobernador tenía vínculos directos y amistosos con el principal capo michoacano, Servando Gómez Martínez, mejor conocido como “La Tuta”.
Inmediatamente después de la elección de 2011, Luisa María Calderón alegó que el crimen organizado le había robado la elección. Dijo que estaba “sorprendida” por el repunte que había tenido el PRI en el sur del estado: “Es ahí donde operó la delincuencia organizada, lo que a mí me hace pensar que ellos decidieron apoyar a este partido”. La llamada “Cocoa” afirmó que los criminales organizados “prácticamente tomaron el proceso, ellos decían quién iba a votar quién no votaba, cerraron carreteras, etcétera”.
En mi artículo de 2011 manifesté que se trataba de una acusación gravísima, sobre todo de quién venía: la hermana de Felipe Calderón, Presidente al que López Obrador había acusado de haberse robado la elección del 2006 con la ayuda de “la mafia que controla el país”. Me pareció absurdo que Luisa María utilizara el mismo discurso lopezobradorista de que fueron “los chicos malos” los que habían impuesto a un gobernante, con la agravante de que ella se refería a una mafia de verdad y no al invento retórico de AMLO.
El video difundido esta semana donde se ve al hijo de Fausto Vallejo, Rodrigo, en amena y relajada charla con “La Tuta” hablando de todo tipo de temas políticos es el último eslabón de una larga cadena de evidencia de que “La Cocoa” estaba en lo correcto. ¿Cómo no darle la razón cuando ahora afirma que este video “es la prueba más clara de que Fausto cogobernaba con el líder de ‘Los Caballeros Templarios’ a través de su hijo”?
En mi artículo de 2011 recordaba cómo Gerardo Ruiz Mateos, quien en ese momento era el jefe de la Oficina de la Presidencia, había señalado a principios del sexenio de Felipe Calderón que si el gobierno no hubiera emprendido las acciones contra el narcotráfico, “el próximo presidente de México sería un narcotraficante” porque “el narcotráfico había penetrado hasta las entrañas del país y ya había hecho un Estado dentro del mismo Estado. Hay varias ciudades y municipios en México donde cobran impuestos, donde imponen la ley, donde imponen presidentes municipales, donde exigen derecho o bono de seguridad”. Pues bien, de acuerdo a Luisa María Calderón, la pesadilla de Ruiz Mateos se había hecho realidad en Michoacán, ya que el narco había impuesto al que sería el nuevo gobernador, a pesar de la guerra en contra del crimen organizado. La declaración de Luisa María evidenciaba que la guerra de su hermano había fracasado.
Hoy sabemos que efectivamente había fracasado precisamente en el estado donde había comenzado: en Michoacán. Porque hoy podemos afirmar que Servando Gómez Martínez, a pesar de lo que decían otros funcionarios calderonistas del gabinete de seguridad, estaba tan fuerte en 2011 que logró equilibrar la elección a favor del candidato del PRI.
En fin, que Luisa María tenía razón. Yo me equivoqué. Públicamente lo reconozco. Ahora la pelota está en la cancha del PRI quien tiene que explicarnos cómo es que gente tan cercana a su candidato –como su hijo o su coordinador de campaña, Jesús Reyna, a la postre secretario de Gobierno y gobernador interino– tenía relaciones tan estrechas con el jefe de “Los Caballeros Templarios”.
Dice hoy la senadora Luisa María Calderón que “la relación entre los delincuentes y el gobierno amplió su poder, control, violencia y dominio sobre la economía y la vida en Michoacán” durante la administración de Fausto Vallejo. Y llama a que las autoridades judiciales investiguen y finquen responsabilidades “para meter a la cárcel a la gente responsable de lo que nos está pasando”. Tiene toda la razón. Como la tuvo en 2011.

Twitter: @leozuckermann
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