2015-01-30 | 09:06:36

El canibalismo político que
actualmente se está dando al
interior del PAN, entre el grupo
dominante encabezado por el dirigente
nacional Gustavo Madero y
el del expresidente Felipe Calderón
Hinojosa, viene a confirmar que
en el perverso juego del poder solo
prevalecen los mezquinos intereses
personales o facciosos, y que durante
su ejercicio no hay amistades ni
lealtades de verdad o de largo plazo,
sino meramente circunstanciales.
Calderón, quien fue el segundo
y último mandatario mexicano
de extracción panista, así lo está
experimentado en carne propia
con algunos de sus excolaboradores
que en su sexenio le fueron incondicionales
mientras los promovió
a los más altos cargos burocráticos
y los protegió de “las peores ignominias”.
Eso, al menos, lo acaba de constatar
el expresidente en el intercambio
epistolar que ha ventilado
públicamente con Juan Molinar
Horcasitas, quien en su administración
se desempeñó como director
general del IMSS y secretario
de Comunicaciones y Transportes.
A través de su cuenta de Twitter,
Calderón refutó a su excolaborador
por haberle atribuido la supuesta
frase de que “el PAN es mi casa…
¡y en mi casa mando yo!”, la cual
el exmandatario asegura no haber
pronunciado jamás porque no va
con su forma de pensar.
“Mientes pues, qué pena. Solo
una cosa explica que hayas pasado
de la honestidad intelectual a la
franca invención literaria: la amargura”,
contraataca en su escrito el
expresidente, a los señalamientos
que hizo públicos este miércoles
Molinar Horcasitas y con el que
acusó al michoacano de pretender
imponer su criterio en Acción
Nacional.
“No tenías esa amargura cuando
te invité a construir el triunfo
de 2006, ni en el alegre cuarto de
guerra, ni mucho menos el día que
pudiste decir ‘ya está’ ”, arremetió
Calderón.
“Tenías amargura, tristeza y
preocupación cuando fuiste víctima
de las peores ignominias. Sabes
que de todas ellas te defendí, aún a
costa mía. Pero sí, la tuviste desde el
día que pedí tu renuncia. Sé que de
entonces a acá has tenido razones
cada vez mayores de alimentarla”.
Pero esta serie de reclamos de
Calderón al extitular del IMSS y
de la SCT debe estar incomodando
también a otros de los nuevos
aliados de Madero, entre ellos al
veracruzano Miguel Ángel Yunes
Linares, uno de los 15 panistas más
allegados actualmente al dirigente
nacional del PAN que están por
formar parte de la “burbuja” maderista
en la próxima Legislatura
federal luego de amarrar las primeras
diputaciones plurinominales.
Y es que en su reproche escrito,
dirigido a Juan Molinar –quien le
aseguró una de estas diputaciones
de representación proporcional a
Eloísa Talavera, una de sus incondicionales
que se desempeña como
directora de Proyectos Especiales
de la Fundación Rafael Preciado
que actualmente dirige Molinar–,
Calderón afirmó que el PAN le ha
cerrado la puerta a los ciudadanos
a grado tal, advirtió, de que los 15
candidatos que por la vía plurinominal
amarraron una curul, con
Gustavo Madero a la cabeza, se
representan a sí mismos y no a los
ciudadanos.
“Ahora en cambio (el PAN) le
ha cerrado las puertas a los ciudadanos
literalmente, a servidores
públicos leales e intachables. Nadie
se ha podido afiliar desde hace más
de un año”, criticó el exmandatario.
Por añadidura, Calderón denunció
también alteraciones en el padrón
de militantes, con inserciones
masivas que rayan en la manipulación
y en el fraude. No los señaló,
pero eso es lo que, por ejemplo, en
Veracruz han hecho los grupos de
Yunes Linares y del diputado local
Joaquín Rosendo Guzmán Avilés,
cacique de Tantoyuca, quien llegó
a afiliar en ese municipio de la
Huasteca veracruzana el número
más alto de miembros adherentes
del PAN en todo el país.
Llama la atención que Yunes,
quien en los primeros cuatro años
de la administración calderonista
ocupó la Dirección General del
ISSSTE y luego, en febrero de 2010,
fue impuesto por “dedazo” del presidente
como candidato del PAN a
la gubernatura de Veracruz –una
decisión autoritaria del michoacano
que provocó la desbandada de
militantes del blanquiazul en la
entidad, encabezada por el entonces
diputado federal y exsenador
Gerardo Buganza Salmerón, actual
secretario de Gobierno, quien en
su momento, en una audiencia
presidencial habría planteado que
la candidatura se definiera en una
elección interna, a lo que el mandatario
presuntamente se rehusó–, no
haya apoyado primero a Margarita
Zavala, la exprimera dama, en su
pretensión de ser incluida en la lista
de las primeras 15 diputaciones
plurinominales y, luego, que hasta
ahora no haya salido en defensa del
exjefe del Ejecutivo federal, quien
en su momento, al igual que a Molinar
Horcasitas, también lo integró
a su gabinete y lo puso a salvo de
“las peores ignominias” de las que
hasta la fecha lo siguen señalando
sus detractores: su presumible
complicidad en la inexplicable fuga
del capo del cártel de Sinaloa, Joaquín
“El Chapo” Guzmán, en enero
de 2001 del penal de alta seguridad
de Puente Grande, Jalisco, y su
presunto enriquecimiento ilícito
y de algunos de sus más cercanos
colaboradores en el ISSSTE.
¿O a poco ya se le olvidó al
expriista aquel memorable “pastelazo”
que en la víspera de su postulación
al gobierno de Veracruz,
el presidente Calderón y su esposa
Margarita Zavala le dieron en la
residencia oficial de Los Pinos en
la ceremonia conmemorativa del
50 aniversario de la fundación del
ISSSTE?