2015-01-30 | 21:31:09

Día 26, me encuentro en un terreno entre rojiblanco y azulcrema donde reinaron cambios drásticos y en el papel, lucen bien aunque con fines distintos, al extremo vaya. Sin embargo, no quiere decir que cuando hay una modificación, es por algo.

En el seno tapatío, donde antes pastaba un Rebaño Sagrado, ahora lo que come son esperanzas, es miedo, es temor, en algunas ocasiones, desesperanza pero eso sí, mucha ilusión.

Nadie imaginábamos que los tapatíos anduvieran cada fin de semana jugándose el pellejo con Puebla, UDG o Veracruz para no descender… ¡nadie! Pero pareciera que los tres fantasmas de las navidades pasadas visitaron la alcoba de Jorge Scrooge Vergara y hace meses, decidiera el regreso de los De la Torre.

Si alguien sabe cómo están las entrañas del chiverío, son Néstor y José Manuel: el primero como Director Deportivo o lo que se parezca, pero con resultados óptimos, y es que de los 46,371 personajes que pasaron por ese puesto, él le dio en el punto al traer elementos que engranaron de forma rápida y lo más importante, el regreso de la afición que, con o sin promociones de a peso, volvieron al Omnilife a hacerse presente.

Del otro lado, el ‘Chepo’ solo hace lo que sabe y muy bien: que todos los ingredientes cuajaran y poco a poco se vieran resultados; ¿cuáles fueron? Que de los cuatro implicados hasta el momento, ellos y los escualos son los que mejor panorama tienen en cuestión de salvamento.

Omar Bravo podría resurgir y demostrarnos aquel delantero letal que sin duda lo es y Reyna como principal motor ofensivo para repartir juego, balones y oportunidades de anotaciones; Chivas a resumidas cuentas, tiene el futuro en sus manos y en unas cinco jornadas que les vaya bien, ya podrían darse el lujo de pensar en otros objetivos que ahí sí, sería lógico que se viera… la clasificación a la Liguilla.

En otra ciudad, en la capital del país, América tiene otro cambio que en el papel, luce lógico y benéfico, solo que en la dirección técnica; la salida de Mohamed presentó críticas ambivalentes, unos no querían por ser de un estilo ‘defensivo’ y otros lo querían por hacerlos campeones y darles la estrella que los convierte en el máximo ganador del futbol mexicano.

Llegó Gustavo Matosas, con credenciales que prometían como ser el último técnico en lograr un bicampeonato en torneos cortos y lo logró con los Esmeraldas de León.

Su llegada a Coapa con otros elementos de nuevo ingreso, supuso un rápido engranaje y con un estilo más ofensivo, aunque muchos esperaban un juego vertical y espectacular tipo América de Beenhakker en aquel 1994, la realidad es que ni el charrúa es holandés y ni los que están en la cancha tienen la calidad probada por jugadores como Kalusha, Biyik, Blanco, Del Olmo, Gutiérrez, Martelotto, Bartichoto, Hernández, Chávez etcétera.

Lo que sí es que todo cambio es para bien, a Chivas le salió más rápido que a las Águilas, pero no quiere decir que los emplumados sufran en esta campaña, hay que dar tiempo al tiempo y que este haga su trabajo como debe.

Al final de cuentas, ¿qué sería del futbol mexicano sin estos dos némesis deportivos? Si bien es cierto uno pelea por no descender y el otro por campeonar, también es cierto que son los que más aficionados tienen y merecen que estas escuadras anden bien, si uno es rojiblanco o azulcrema o no, pasa a segundo término, siempre le hará bien a este circo llamado futbol mexicano, que anden bien.

Ese, que espera que Matosas y ‘Chepo’ logren sus objetivos para que se suelten poco a poco y veamos un gran Clásico cuando estos dos se vean las caras en el Omnilife, ese soy yo… ¿o no pues?


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