jueves, 28 de marzo del 2024
 
Por Leo Zuckermann
Columna: Juegos de poder
USA versus FIFA
2015-05-27 | 21:40:22
Me dio mucho gusto enterarme de la noticia de que el gobierno estadounidense giró órdenes de aprehensión en contra de diversos funcionarios de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) por presuntos actos de corrupción. Sólo una súper potencia como ellos puede generar un cambio que comience a limpiar al fútbol internacional. Enhorabuena que el gobierno estadounidense vaya en contra de los gánsteres que controlan el juego más popular del mundo.

Paradójicamente no en Estados Unidos donde el fútbol americano, el beisbol, el básquetbol y el hockey son más populares que el soccer. Por eso, me parece, los estadounidenses pueden darse el lujo de irse en contra de la FIFA.

No así los gobiernos de otros países poderosos donde el fútbol es el deporte más popular. Se arriesgan a que la FIFA los desafilie y queden fuera de los muy rentables torneos internacionales. Y es que la FIFA no permite que los gobiernos nacionales se metan en los asuntos futbolísticos so pena de castigarlos y sacarlos de la Federación.

En México, por ejemplo, la FIFA es la que tiene la última palabra en los pleitos labores entre jugadores y equipos. En el mercado de las piernas, la Constitución y la Ley Federal del Trabajo no aplican. Si los jugadores recurren a los tribunales nacionales a demandar justicia, corren el riesgo de que la FIFA les retire su registro y, sin él, no pueden jugar en ningún equipo del mundo.

Pongo otro ejemplo de cómo ejerce la FIFA su poder frente a los gobiernos nacionales. La federación de fútbol polaca, PZPN, entró en una disputa con el gobierno de su país que pretendía limpiar este deporte que en Polonia “se veía como si estuviera manejado por Tony Soprano”, de acuerdo a un reporte de 2008 del periódico británico The Independent. Al parecer, había árbitros y jugadores sobornados. Como la PZPN no estaba haciendo su trabajo, el gobierno polaco intervino. Les retiró su jurisdicción para formar un nuevo organismo rector. Pronto llegó la reacción desde Zúrich. Sepp Blatter, presidente de la FIFA, envió a sus burócratas suizos a Polonia. Amenazaron con retirar la sede de este país de la Copa Europea de Naciones del 2012. Además, pusieron en duda que el equipo nacional pudiera jugar un partido de calificación a la Copa del Mundo. El gobierno polaco, asustado por la posibilidad que su país fuera marginado del fútbol internacional, cedió. En pocos días, la PZPN volvió a tener la jurisdicción.

A este poder autonómico lo acompaña un enorme poder económico. La FIFA está registrada en Suiza como una organización no gubernamental exenta de pagar impuestos. Maneja miles de millones de dólares. El problema, como lo están demostrando las investigaciones estadounidenses, es que varios de sus funcionarios reciben sobornos para privilegiar los intereses de ciertos patrocinadores y países en torneos internacionales.

Las investigaciones del Departamento de Justicia de EEUU llevan muchos años. No contemplan los casos de los próximos dos Mundiales donde se sospecha que varios delegados de países chicos y pobres recibieron dinero a cambio de su voto a favor de Rusia y Qatar. La acción legal estadounidense está dirigida a nueve directivos de la FIFA y cinco empresarios por cargos que incluyen sobornos, chantajes, fraude y conspiración por lavado de dinero. A los mexicanos no debe sorprendernos que dos de los personajes centrales de esta trama de corrupción sean el actual y antiguo presidente de nuestra zona futbolera (y la de Estados Unidos), la CONCACAF: Jeffrey Webb y Jack Warner.
Se habla de fraudes que podrían ascender hasta los 150 millones de dólares. Estados Unidos alega que tienen jurisdicción en estos casos porque los fraudes se llevaron a cabo con su divida (el dólar) y muchos de los arreglos se habrían realizado en su territorio nacional (la sede de la CONCACAF está en Miami).

Vamos a ver cómo reacciona la FIFA frente a este desafío de EEUU. ¿Se atreverán a desafiliarlo como amenazaron a los polacos por meterse en sus “asuntos internos”?

Por lo pronto, Blatter está por reelegirse para un quinto periodo al frente de la FIFA. Y aunque su nombre no apareció en las investigaciones, su reputación está por los suelos. En Europa lo conocen como “el dictador más exitoso del pasado siglo que no asesina”. Pero vaya que, durante su gestión, el fútbol se ha corrompido aún más. Ojalá que la acción judicial estadounidense sirva para sacudir a la FIFA y limpiar a esta asociación que controla el juego más bello, popular y rentable del mundo.


Twitter: @leozuckermann


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