2016-02-07 | 18:40:00

SON TIEMPOS electorales, y los partidos se van a dar con todo lo que tengan a la mano para desgastar al oponente, y el caso del diputado Federal priísta, Antonio Tarek Abdalá Saad -y su relación con Francisco Navarrete, presunto “capo” terrablanquense a quienes policías Estatales habrían entregado a cinco jóvenes secuestrados el 11 de enero sin que a la fecha aparezcan-, le cayó como anillo al dedo al PAN, el instituto político que abanderó, por su parte, a la “chapodiputada” sinaloense, Lucero Guadalupe Sánchez López, quien desde el congreso promovía la salida del ejército en la tierra del afamado capo de Sinaloa.

Y AUNQUE Tarek Abdalá se apresuró a negar que conozca a Navarrete Serna, tras difundirse una foto junto al susodicho durante su campaña electoral, en la zona de Tierra Blanca existen versiones de mucha gente que asegura que el, ahora, detenido, si apoyó en el traslado de personas a mítines del ex subsecretario de finanzas de la “prosperidad”, y en la entrega de playeras, tortas y cervezas, además de garantizar que el sufragio en las urnas fuera para Abdalá en 2015, pues en ese municipio, de todos es conocida la influencia que de tiempo atrás ejercía “Pancho” Navarrete en asuntos políticos y policiacos de la zona.

ALGUNA VEZ el actual alcalde de Tierra Blanca, Saúl Lara González –que por cierto, no ha sido llamado a testificar en el caso de los desaparecidos, no obstante que los hechos ocurrieron en su municipio-, comentó al reportero que en ese lugar vivía, precisamente, ese personaje, y que ocasiones acompañaba a la policía en algunos operativos; que se le permitía andar armado él y su gente, e incluso, tenía noticia de que participaba en operaciones Federales.

PERO SAÚL Lara, panista que llegó al poder por obra y gracia del ex munícipe, Tito Delfín, también, de Acción Nacional, se ha mantenido al margen del asunto, aun cuando su aporte sería de vital importancia, ya que se trata del alcalde, del hombre que tiene el control político del municipio, por lo que resulta extraño que no se le llame a declarar y hasta se le esté protegiendo, aun cuando hace unos días insinuó la inocencia del detenido como si lo conociera más allá de la vecindad.

EN TIERRA Blanca se vive un desgobierno, producto de la ineptitud del Presidente Municipal, a quien hace poco los habitantes intentaron sacarlo del edificio del ayuntamiento para emplumarlo y montarlo en burro, algo que la policía –a su servicio- impidió, y a punto estuvo de suscitarse un enfrentamiento de consecuencias lamentables.

APENAS EL año pasado, los regidores Olegario González Juárez y Ernesto Virgen, presentaron documentos para demostrar que Lara González “desapareció” más de tres millones de pesos que estaban destinados para la casa de cultura, la que no ha sido terminada pese a que la infraestructura ya existía como Salón de Usos Múltiples, y sólo tenía que ser remodelado con una mínima inversión, pero el alcalde, al parecer, desvió los recursos para uso personal sin rendir cuentas a los gobernados y ni siquiera al cabildo, aun cuando los depósitos si fueron integrados a la tesorería municipal, concretamente a la cuenta 143000018 del Banco BANORTE.

LO QUE llama la atención es que, mientras la administración de Javier Duarte asegura que Navarrete es un capo de la droga, el Presidente Municipal considera que el detenido “es un chivo expiatorio del gobierno de Veracruz, dado que su captura en Tierra Blanca está llena de anomalías”, y en ese sentido pide “que se limpie la imagen de Tierra Blanca que fue embestida a nivel internacional con el tema de la inseguridad”, que, según dice, “es consentido por el gobierno de Javier Duarte de Ochoa a través del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita”.

EN CONCRETO, señala: “Yo siento que más que otra cosa, el señor (Francisco Navarrete), es un chivo expiatorio del gobierno del Estado; tiene muchas anomalías su detención porque no concuerda con lo que el Gobernador (Javier Duarte) dice que, fueron los Federales, y lo que muestra la familia en el Facebook es que son detenidos por policías del Estado”. Y denuncia: “esa persona trabajaba para el Gobierno del Estado, su familia dice que tiene credenciales que lo acreditan como policía no sé de qué área, pero que es empleado del Gobierno Estatal; no es un caso aislado esto que está pasando en Tierra Blanca, pero ¿porqué no piden la cabeza de Bermúdez Zurita si es él, el que les enseña a hacer eso, es el maestro?”.

Y SE lamenta: “hoy en día los ciudadanos no sabemos a quién dirigirnos porque cabe mencionar que ninguna de las corporaciones de seguridad o impartición justicia que se encuentran en estos momentos en este municipio, se reportan con un servidor para decir los avances; claro está que no queremos entorpecer las investigaciones, pero si es importante que después de las investigaciones den a conocer a los ciudadanos de aquí la situación actual, porque viven en la zozobra, porque no sólo los familiares de los cinco jóvenes fueron afectados, si no las familias terrablanquenses, porque la imagen de su municipio fue alterada con la inseguridad”, algo en lo que, sin duda, el alcalde es cómplice por no denunciar en tiempo y forma.

COMO FUERA, el caso Tarek Abdalá dará mucho que decir en los días por venir, ya que se acumulan nuevas pruebas en el municipio para demostrar que así como el PAN ha sido ligado a grupos fuera de la ley, al menos en estos momentos en Sinaloa con la “chapodiputada”, Lucero Guadalupe Sánchez López, en Veracruz el caso del legislador cuenqueño va en ese tenor, y si desafueran a la primera –como lo exige la Procuraduría General de la República-, los panistas exigirán el desafuero del veracruzano, en un cuento de nunca acabar. El alcalde de Tierra Blanca, mientras tanto, ya lanzó su espada en prenda en defensa de Francisco Navarrete a quien considera “chivo expiatorio” de Duarte. OPINA carjesus30@hotmail.com