miércoles, 24 de abril del 2024
 
Por Leo Zuckermann
Columna: Juegos de Poder
Corrupción: presionar donde más les duele
2016-05-02 | 08:40:54
Hay dos cosas que los políticos están tratando de evitar a toda costa en las leyes anti-corrupción: la creación de una fiscalía autónoma dedicada a investigar casos de corrupción con posibles penas carcelarias y la obligación de los gobernantes de publicar sus declaraciones patrimonial, de impuestos y de conflictos de interés. Los partidos sí están dispuestos a aprobar toda la demás legislación, muy compleja, del Sistema Nacional Anticorrupción. Pero es muy sintomático que se resistan a los dos puntos mencionados. Eso, al parecer, sí les duele. Pues entonces ahí es donde hay que aplicar la presión social para lograr una legislación con dientes.
La corrupción no es un problema de personas. En todos los partidos hay gente honesta, pero también muchos corruptos. El asunto ya es sistémico: con la democratización del país, permeó a todos los partidos que comenzaron a ver con toda normalidad lo que antes sólo veían así los priistas: el enriquecimiento inexplicable de los gobernantes a su paso por el servicio público.
Podríamos afirmar que fue una victoria cultural del PRI autoritario y su terrible gen corruptor. Hace unos días dije que pedirle a los priistas que hicieran una legislación para combatir la corrupción era como pedirle a los hermanos Castro que legislaran para democratizar a Cuba. Un oxímoron. Corrijo lo dicho: no son sólo los priistas, también son los otros partidos.
Dos representantes de las organizaciones de la sociedad civil que han estado cabildeando las leyes anti-corrupción en el Senado me han confirmado que ni el PAN ni el PRD están a favor de obligar a que los políticos y funcionarios publiquen su tres de tres. Panistas y perredistas gritan y apuntan sus dedos flamígeros hacia priistas y verdes aduciendo que son los traidores a la #ley3de3 pero, en su fuero interno están de acuerdo con ellos. Son unos hipócritas. Por eso, no podemos contar con la dizque oposición para legislar normas que efectivamente combatan la corrupción en el país.
De ahí la necesidad de presionarlos desde la sociedad. Pero aquí tenemos un problema porque las organizaciones que han venido negociando con los senadores –Transparencia, IMCO, México Evalúa, etcétera– ya cedieron en la obligación de publicar las tres de tres. La semana pasada nos enteramos que accedieron a cambio de que se aprobara el resto de sus propuestas que estaban plasmadas en una muy sofisticada iniciativa de ley. Qué bueno que lograron eso. Pero me parece que cedieron en algo donde no debieron haber cedido porque la gran mayoría de los 630 mil ciudadanos que firmamos la iniciativa de #ley3de3 lo hicimos con la idea de obligar a la publicación de las tres declaraciones. El mismo nombre de la iniciativa ciudadana sugería que esta disposición era la central de toda la propuesta.
Ahora, por más que argumenten que hay muchos avances, que los partidos aprobaron el 95% de las ideas, no habrá manera de convencer a los 630 mil ciudadanos de que los dejaron colgados de la brocha. En las redes sociales ya se habla de traición, que se “habrían vendido” a los partidos. Yo desde luego que no lo creo porque conozco a las muy honorables personas que, de buena fe, han dedicado mucho tiempo en un esfuerzo titánico por cambiar un estatus-quo tan podrido. Pero sí creo que las organizaciones cometieron el error de poner en la mesa de negociación ciertos temas que debieron haber sido irreductibles, como la publicación de las tres declaraciones. Desde un principio debió haber quedado claro que, si eso no pasaba, la sociedad civil no avalaría lo aprobado por los partidos.
Lo bueno es que las organizaciones sociales todavía tienen tiempo para corregir asumiendo una postura más firme. Y es que la legislación anti-corrupción ya se pospuso hasta un periodo extraordinario después de las elecciones de junio (contraviniendo, por cierto, la Constitución pero, como ya sabemos, las “engorrosas” disposiciones constitucionales se las pasan nuestros legisladores por el Arco del Triunfo).
Medios, ciudadanos y organizaciones civiles –en particular los que recabaron las 630 mil firmas para la #ley3de3– debemos presionar ahí donde les duele más a los políticos en la lucha contra la corrupción: en lo de las declaraciones y en toda la parte de la persecución judicial-penal. Por la aversión que generan estos dos puntos en la clase política, creo que sí harían la diferencia. De lo contrario, si aceptamos no tocar donde les duele a los cínicos del PRI-Verde y los hipócritas del PAN y PRD, vamos a terminar con una legislación muy blandita que no resolverá la maldita corrupción sistémica.



Twitter: @leozuckermann
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