miércoles, 24 de abril del 2024
 
Por Rafael Arias
Columna: Sucesión, estábamos mejor, cuando estábamos peor?
Sucesión, estábamos mejor, cuando estábamos peor?
2016-05-30 | 08:46:15
Adiós, adiós. A 184 días y a 6 de elecciones. No hay fecha que no se cumpla. Más evidencias de hampa electoral y resistencia al cambio. Increíble, costosa y con cargo al presupuesto, la “guerra sucia” contra principal candidato opositor. Aumentan pobreza, hambre e inseguridad. Más desaparición y desvío de recursos públicos. Más empresas “fantasma”, inexistentes beneficiarios y contabilidad a modo. Más debilitamiento y destrucción de instituciones.
Gobernar la realidad de ahora y aquí No aprendemos. Ahí están muriéndose de la risa y enriqueciéndose a costa del hambre, inseguridad y miseria de millones, y no pasa nada. Se padece, cada vez más, ineficiencia e insuficiencia, continuidad en complicidad e impunidad; apuntalados por un costoso entretenimiento político electoral de divide y vencerás, de fragmenta y proseguirás, que asegura continuidad. Contradicción de la “Democracia”, basada en dominio e impunidad de la minoría mayor. De una y mil formas se sabe porque se sufre; el colmo, los perpetuadores de su propio beneficio y aprovechamiento del gobierno, hacen como que cambian y solo simulan, cambiando para que todo siga igual o peor. Forma que deforma la política e imposibilita representación y poder públicos auténticos y eficientes. No aprendemos. Caro y contraproducente, conflictivo y perjudicial permitir que se gobierne desde y para otra realidad; peor cuando se comprueba que lo único que les importa es su beneficio, ventaja y comodidad personal, familiar y de grupo. Desfile interminable de intocables y reciclables, de complicidad e impunidad. Historia sin fin de abuso, saqueo y engaño. ¿Si 20 años no es nada, 87 de más de lo mismo es masoquismo? De la realidad real, imparable la pregunta central se hace presente: ¿Continuidad o cambio?
¿Lo que viene, conviene? Pues sí, en el refugio de las frases sin sentido, siguen en aumento hartazgo e inconformidad social, demasiados veracruzanos se preguntan o afirman: ¿estábamos mejor cuando
estábamos peor? La respuesta está en la inocultable cotidianidad, en la sobrevivencia de todos los días; y, desde luego, en lo más difícil y penoso que resulta, esforzarse y esforzarse para alcanzar solo lo más elemental. Notorio el poco o nulo avance logrado en Bienestar Social. Fácil comprobar limitaciones, sacrificios y sufrimientos que a diario millones y millones repiten y aguantan. El mínimo análisis y la elemental evaluación seria y objetiva que se haga de la realidad presente, muestra el deterioro e inmolación popular alcanzados. Apremiante, atender al mismo tiempo administración y previsión, en el presente, para asegurar un futuro mejor. Evaluación necesaria e insustituible para evitar pérdidas y errores, pendientes y retrocesos, ineficiencia y delincuencia oficial. Ni ocultar, ni fragmentar. Insistir en el deber gubernamental de administrar y prevenir, bien y a tiempo. No depender y basarse, como siempre, solo en los discursos oficiales o en las descalificaciones o negaciones anticipadas; ni en las reiteradas y conocidas buenas intenciones o en las abrumadoras promesas y compromisos de campaña, despegados en su mayoría de esa realidad presente, que hay que conocer para poder atender, resolver y transformar para bien. Así que, además del circo electoral y de la obligada participación ciudadana que da sentido y razón a la gobernabilidad, hay que preocuparse y ocuparse de lo actual y de lo que viene después de las elecciones. Habrá que transitar, por todo el proceso previsto por la ley, hasta la última instancia: elección o anulación. No aprendemos. Perentorio, insistir al mismo tiempo, en atender el aquí y ahora, repleto de innumerables asuntos, impostergables necesidades y crecientes reclamos sociales. Se sabe que aumentan, tanto pérdidas, daños y sacrificios, como retrocesos, endeudamientos y rezagos; que en consecuencia, son más que justificadas las críticas, reclamos y condenas, al pobre o inexistente trabajo gubernamental realizado. Y que, indignación e inconformidad, no se hacen esperar y aumentarán en el corto plazo.
Problemática que ya se hace sentir, que hay que señalar para atender y prever hasta donde sea posible; para identificar, lo que puede suceder a corto plazo, empezando por este breve periodo de seis meses que ya está encima. Periodo que puede convertirse en “hoyo negro” en donde se complique e incremente, aún más, la problemática veracruzana. Sobre todo si se ignoran contextos nacional y mundial.
Hoy mañana, más de lo mismo es masoquismo Forma simple y sencilla de empezar es insistir en señalar e identificar lo que hasta el momento se ha hecho, si es suficiente o de plano está mal y es contraproducente. Pero al mismo tiempo, es preciso atender tanto realidad nacional como internacional. Informarse y actualizarse, para tomar en cuenta situación, influencia y evolución posible, esto es, analizar y considerar como están moviéndose también, hacia situaciones más complejas, difíciles y adversas. Veracruz no está aislado ni es independiente. Depende e interrelaciona, con lo nacional y mundial. Por desgracia, hasta el momento, en la limitada y cuestionada forma de gobernar, inexplicable e injustificablemente no se toman en cuenta, bien y a tiempo, los contextos y sus determina
ciones e influencias. Notorio y repetido error, que ocasiona múltiples pérdidas, costos y efectos negativos. Resultado de más de lo mismo, es repetir y seguir la inercia, improvisar e imponer impertinencias sin importar costos y consecuencias; en recurrir a caprichos y ocurrencias, tan inconsistentes como contraproducentes; y en simular, apoyándose en verdades a medias y mentiras enteras, en distractores y entretenimiento. Imprescindible ajustar políticas públicas y formas de gobierno. Sobre todo, actualizar y fortalecer transparencia, rendición de cuentas, verdadera fiscalización e ineludible evaluación pública. Incorporar y aplicar de inmediato los ajustes federales recientes y atender los pendientes de combate a corrupción
e impunidad. Insistir e insistir. Imprescindible y urgente participación ciudadana y social efectivas. Evaluación pública, real y objetiva, para aprobar o reprobar, reconocer o condenar trabajo gubernamental. Y desde luego, revisar y actualizar estrategias y programas económicos, políticos y sociales, de acuerdo a los nuevos contextos nacional e internacional. Imposible avanzar si parte o mucho de lo importante, se va a ignorar. Lamentable. Poco o nada se hace al respecto. Globalización y cambio están presentes y no esperan.
AcademicoIIESESUV @RafaelAriasH. Facebook: VeracruzHoydeRafaelAriasHdez
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