2016-07-29 | 21:44:02

El formato desarrollado en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, ha sido de mano suave, pero muy firme al viejo estilo del PRI desde los tiempos de Carlos Salinas, Miguel de la Madrid y José López Portillo.

Sin estridencias y con pleno respeto a la legalidad se ha gobernado en un país en donde la gran extensión territorial y la gran diversidad étnica, social, política y económica, no permiten que la ley se aplique por igual en las diversas entidades federativas, debido a que en algunas zonas la población tiene aun sus propias creencias.

Con el paso del tiempo, ha quedado demostrado que los gobiernos priistas, por la mayor experiencia del tiempo en el poder presidencial se han mostrado con mayor capacidad antes los doce años de ocupar los Pinos y que sus efectos fueron desastrosos para todos los mexicanos por los muchos excesos.

Al final de la era del panismo en los Pinos con Felipe Calderón, quedaron los daños colaterales enormes y la molestia ciudadana por las muchas bajas de la población civil inocentes ante la dimensión de la guerra que se dio sin ton ni son a la inseguridad.

Después, vino el voto de castigo al PAN y el encumbramiento del PRI y sus aliados al llevar a la presidencia a Enrique Peña Nieto, quien desde el inicio de su mandato se mostró mesurado y con mucha visión para gobernar a un país en donde las entidades participan en la alternancia de la partidocracia.

EPN se mostrado cauto y ha llevado bien las riendas de la gobernabilidad del país, pero su calificación de aceptación anda regular ante los efectos que se generaron en entidades gobernadas por el PRD y el PAN, que han signado una alianza política con fines de acceder al poder en algunos estados a como dé lugar.

En esa situación, ya al parecer llegó la finalización de ese matrimonio infausto entre el PAN y el PRD, después de que el 5 de junio se unieron para ocupar el poder en entidades importantes para la sucesión presidencial en el 2018.

Peña Nieto, ha tenido un buen comportamiento y su mandato ha superado todos los problemas que se han presentado a lo largo de los cuatro años de su gobierno.

Pocos cambios en el gabinete y sólo los acomodos necesarios para seguir mejorando en la administración pública en materia de eficiencia y resultados.

Sin que le quite el sueño la sucesión presidencial, Peña Nieto, lleva ya un magnífico trabajo de política internacional con la incorporación de Claudia Ruiz Massieu, como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y que puede meterse a la terna junto con Luis Videgaray, secretario de hacienda y Miguel Angel Osorio Chong, secretario de gobernación, estos dos funcionarios amigos cercanos del mandatario y a quienes les respaldado siempre a lo largo de estos años en su práctica política.

Los expertos, creen que ha faltado un respaldo serio a las entidades federativas a donde penetró el PAN en su alianza con el PRD, como si se tratara de un dejar hacer, dejar pasar.

La oposición de la famosa alianza Frankestein del PAN y el PRD, pretendiendo olvidar el pasado de los doce años del panismo en el poder presidencial con Fox y Calderón, además de los excesos, corrupción y problemas de seguridad en las entidades que gobiernan, ahora pretenden erigirse en damas de la caridad y con muchas cuentas con la justicia que les aguardan en los cajones de la justicia.

Los priistas de experiencia de la militancia y las dirigencias en cada una de las entidades de todo el país, hacen su trabajo en espera de que el nuevo dirigente nacional, Enrique Ochoa Reza, se muestre congruente y consciente de la verdadera situación de un partido que el próximo año podrá reposicionarse en las elecciones municipales en varias entidades y la del estado de México.

La prudencia peñista es parte de una estrategia y como ya lo dijo el presidente EPN en EU, frente al presidente Barack Obama, de que luchará contra el populismo, aun no hay como ver que el PRI pueda seguir en los Pinos en el 2018 y más con el nuevo aumento de la gasolina en estos días.

El secretario de gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, es una carta fuerte en la sucesión, pero tiene enfrente a Luis Videgaray y a una mujer como Claudia Ruiz Massieu, que no cantan mal las rancheras.

Pronto estará por verse, cuál de las cartas de Peña, metafóricamente hablando es la buena para el 2018, en donde José Antonio Meade, puede entrar al final. A seguir esperando las señales clásicas de la política a la mexicana.

Por cierto, el estado de Veracruz, se encuentra en tensa calma por el periodo vacacional de verano, aunque las dependencias de los tres niveles de gobierno siguen operando de forma normal. Los ambientes políticos bajan de intensidad cada día y se calman los nerviosos mercados locales de todos los rublos sociales y productivos.

El lunes regresan las actividades en la UV y con esto mayor movilidad económica en el área de servicios que se reactiva al ciento por ciento con el inicio del periodo escolar. Así las cosas.