miércoles, 24 de abril del 2024
 
Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
El mundo de los pobres
2016-08-26 | 21:36:08
En México, cual es el mundo en el que viven los pobres, para decirlo primero hay que sentirlo y vivirlo.

Los más de 50 millones de mexicanos que viven en la pobreza, en la extrema pobreza o la miseria, dicen las encuestas de quien sabe quién, que tienen o mejor dicho tenemos, el primer lugar en materia de felicidad, lo que significa que en este país, dicen que ser pobre es ser feliz.

Partiendo de esta falacia o fantasía, en el cinismo de políticos y personajes del poder del mundo empresarial, la pobreza bien se puede ver como un deporte, sí uno de los más difíciles en la época actual en cualquier parte del orbe.

El tema de la pobreza invade a todos mediáticamente y el tema de opinión se debate en los diversos foros de economía o de cualquier foro al que asisten los hombres y mujeres de poder en el planeta.

Desde la óptica de que los pobres no existen y sólo se ven desde las diferentes estadísticas en donde aparecen como el estigma de un modelo inhumano y despiadado, sea de izquierda, centro o derecha, a la gente desde el poder público o de cualquier poder económico se le busca explotar, humillar, lastimar y hacer que carguen el peso del pago de impuestos por ser mayoría, y a los ricos que más tienen como contribuyentes se les favorece con el menor rigor impositivo e incluso se le regresan cuantiosas fortunas por el pago de impuestos.

Pero la pregunta de muchos es ¿por qué el pobre es feliz? Y desde esta premisa, hay quienes se quiebran la cabeza investigando el sentido que la gente que vive en la pobreza, puede enfrentar esta parte del destino en el estoicismo, muy simple la pobreza no es eterna. Es efímera, es gradual, y al final las generaciones crecen, se reproducen y siguen en la lucha diaria empujando a sus descendientes a que estudien y a que se superen para que tengan opciones de mejorar sus condiciones de pobreza.

Aquí, luego se presenta la figura del pobre que emerge desde la miseria, estudia y se supera, pero luego lamentablemente en le figura de muchos políticos y empresarios que se les conoce que fueron pobres, cuando adquieren cierto poder económico se transforman y se convierten en los perseguidores de los que antes fueron de su misma condición.

Es un efecto psicológico, como lo diría un maestro, que muy observador en una mesa suculenta de platillos, percibe a quien considera dice: “tiene hambre vieja” y por ende viene de ser pobre.

Pero los pobres dignos o los ricos dignos, que algún día se dan cuenta de la realidad, luchan en el día a día para ayudar a todos aquellos que viven en la desgracia y muchas personas se tocan el corazón parea compartir y ayudar a los pobres.

Claro que la ayuda nunca llegara de las iglesias o de los centro de oración, o los grupos sociales que buscan crecer en la pirámide social, la ayuda llega de quienes han abonado en su espíritu el desarrollo humano a través de la superación espiritual y educativa, para dar como decía Agnes Bohajiu, dar hasta que duela, sí la madre Teresa, ahora proclamada santa de la iglesia universal, proviniendo de una clase acomodada en una familia albanesa, decidió dedicar la mayor parte de su vida en apoyar a los pobres.

También, hay que decirlo, la santa Madre Teresa de Calcula, fundadora de la orden las misioneras de la caridad, sigue aun recibiendo los embates del mal de quienes no aceptaron ver en ella un mensaje cristiano piadoso y por lo mismo las criticas despiadadas a una mujer santa que hoy está en los altares para recordar que hay que servir a los pobres a los que menos tienen y dar hasta que duela.

Pocas veces se puede ver el reconocimiento a un pobre, en este país, los niños Trikis de la sierra de Oaxaca, han dado un claro ejemplo de la grandeza de su humildad y en ese mensaje de jugar descalzos porque no están acostumbrados a usar calzado, en muchos lugares del mundo niños y hasta las más grandes estrellas del básquet bol se han quitado los zapatos para jugar a su estilo y sentir en la solidaridad estoica, lo que sientes esos niños mexicanos que sonríen y son ejemplo de ser felices, porque no le tienen miedo a no tener nada, más que lo mínimo para sobrevivir.

Son millones las familias que viven de la basura, obteniendo productos del reciclaje con el plástico (pet), el cartón, el papel, la ropa y el metal.

Por las noches son muchos hombres, mujeres y niños, los que salen a hurgar en la basura para juntas los kilos de productos reciclables y de esa forma al otro día obtener lo mínimo para comer y hasta transportarse, o para pagar la escuela de los hijos que estudian para cambiar el destino a toda una generación.

La pobreza no tiene justificación, pero desde el hogar de las familias medianamente acomodadas se puede contribuir apoyando a separar los desechos reciclables y dejar al alcance de las personas que los recolectan para subsistir.

Las estadísticas son frías y dicen que los pobres en este país siguen creciendo en dimensión, porque a los pobres se les carga la mano y hay una sensación ilusa como desde la conquista, de que los pobres no sienten.

Esa forma de resistir para seguir en aras del beneficio de la familia, se llama amor al prójimo y el deseo de luchar por los que vienen se convierte en muchos una prioridad.

Por eso. Un pobre aun en su realidad puede quitarse el pan de la boca para compartirlo y así aun más crecer en su felicidad.

Y para decirlo en el lenguaje cristiano, los que se roban de las áreas gubernamentales, las supuestas contribuciones para quienes viven en la pobreza y se lo quedan o lo desvían, esto es por algo simple sencillo, chingan hasta su madre y si no la tienen hasta la inventan. Así las cosas.


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