miércoles, 24 de abril del 2024
 
Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
La grandeza de la derrota
2016-09-23 | 20:39:21
La grandeza de la derrota
A menos de setenta días de acabar el actual mandato, a Javier Duarte, el presidente del CEN del PRI, Enrique Ochoa Reza, anunció este viernes en un medio de comunicación nacional, que el lunes sesiona la comisión de justicia partidaria para tratar el tema de la expulsión del partido del gobernador de Veracruz, Javier Duarte y de otros dos gobernadores más, como consecuencia de los problemas financieros y de seguridad.
Aquí, sin adelantar al resultado de lo que se vislumbra y se espera será un juicio sumario, sólo queda recordar aquella frase de Facundo Cabral: “Hay más grandeza en la derrota que en la victoria”. La paradoja o la pregunta es donde están esos grandes personajes de la política a los que apoyó siempre Javier Duarte.
Ojala y no se trate de una cacería de brujas para que el PRI busque ganar adeptos con acciones viscerales en contra de Javier Duarte, quien ha sido víctima del linchamiento mediático.
También, en es cierto, en lo aventurado del PRI nacional desde una conducción de tecnócratas con una visión suicida al pretender desviar la atención de los verdaderos hechos reales de la economía del país, el caso de la comisión de justicia partidaria pareciera un circo distractor que busca encontrar culpables a problemas de otros orígenes.
Pero como dicen, en el campo del derecho antes de conocer el resultado de las investigaciones de la PGR sobre el caso Veracruz y de otras entidades, tienen mucha prisa por llegar a la expulsión.
Y en el caso de Duarte, a quien no se le ha sentenciado de culpabilidad alguna y solo el ruido mediático existente al que se ha enfrentado en los últimos meses como parte de la guerra sucia post-electoral.
Javier Duarte se formó sólidamente y atendió a todas las solicitudes de su mentor, cuanto llegó a ser gobernador del estado más politizado del país.
Ungido por los dioses de la política de este país, al ser arropado por su maestro desde cuando el propio Fidel Herrera, al inicio de su mandato, soñado y muy deseado desde siempre, rompiendo resistencias y los muros al enfrentarse a una feroz oposición panista en el poder presidencial, ganó la gubernatura de Veracruz.
Con el paso de los meses en la gubernatura fidelista en donde se desarrollan los famosos niños de la fidelidad, Javier Duarte, tuvo un desarrollo sobresaliente y atendió con esmero las funciones encomendadas desde la subsecretaria de finanzas y administración, hasta llegar después a la titularidad de la Sefiplan.
Desde el discurso de su mentor y protector, se decía que el sucesor sería Javier Duarte, porque fue el más cercano y en la sucesión estatal dejó en el camino a dos destacados personajes de la política veracruzana del nivel de Héctor Yunes Landa y Ranulfo Márquez Hernández, ambos con la experiencia, pero sin el aval de quien en ese momento era quien ordenaba y mandaba.
Después de una elección frente a opositores feroces y dispuestos a ganarle al PRI, en su proyección hacia la gubernatura, ganó la elección de la diputación federal por Córdoba, en donde recibió el aprendizaje de la Cámara de Diputados.
Más tarde, con una audaz inteligencia natural, Duarte, junto con FBH, se adentraron en el terreno de la sucesión estatal y vencieron todas las inercias y hasta se ganó una elección, holgadamente, con el mayor porcentaje de votos en la historia de esta entidad.
Fiel a la continuidad, Javier Duarte, ya bendecido con su triunfo por el TRIFE, llegó al Colegio de Periodistas de Veracruz en Carrillo Puerto 26, no sin antes pasar lista con el gobernador Fidel Herrera en el palacio estatal.
A su arribo ante toda una comitiva de batucada, grupos políticos, Duarte, llegó en un contingente de camionetas, acompañado de un personaje de cabello blanco, que por años se ha mantenido activo como usufructuario de la actividad política y su grupo de beneficiados del poder procedente de Coatzacoalcos, Carlos Brito Gómez.
Siguieron los días, la toma de posesión y los grandes anuncios del gobernador Javier Duarte, en donde destacaba un gran apoyo a la educación y daba la noticia de la creación de la Universidad Popular teniendo al frente como rector al profesor Guillermo Héctor Zúñiga Martínez, ya fallecido.
Aquí empezaron los celos, ante la decisión del gobernador Duarte, de darle la oportunidad de acceder a estudios profesionales a los pobres a través de un novedoso modelo que se ha ampliado a otras entidades en sus beneficios y que está predestinado a desaparecer por causas de una celosa disputa de siempre con la UV.
Empezó Duarte, con su programa una obra un día, inaugurando distintas obras a lo largo y ancho del estado.
Desde el inicio de su mandato expresó que le había tocado bailar como la más fea y a pesar de la enorme deuda acumulada recibida, siguió el paso de un ritmo de trabajo sostenido y de resultados.
Los ataques mediáticos nunca cesaron ante la ausencia de puentes de diálogo en la coordinación de comunicación social y hasta se desapareció al Colegio de Periodistas presidido por el maestro José Pablo Robles Martínez y fundado en el gobierno de Miguel Alemán Velasco.
Después, en el terreno de la conducción política con un secretario de gobierno, de profesión ingeniero que hasta repitió en el cargo, y también de otro investido en el cargo sin experiencia.
El ex secretario de gobierno con Fidel Herrera, Reynaldo Escobar Pérez, asumía la titularidad de la Procuraduría y fue relevado en el cargo por el licenciado Felipe Amadeo Flores Espinoza.
Desde las voces de resonancia del político de Nopaltepec, constantemente se decía que se requería en la secretaría de gobierno a un personaje de carácter y enérgico como lo es el político de Cotaxtla, pero se quedó en el buen deseo.
Dos experimentados asesores de relevancia nacional de apoyo, José Murat y Enrique Jackson de las grandes ligas políticas de este país.
Los relevos y nombramientos de varios personajes al frente de la titularidad de SEFIPLAN, en donde tumbaron al amigo de todas las confianzas Salvador Manzur, desde el fuego amigo.
Hoy con la presencia del doctor Flavino Ríos Alvarado, como secretario de gobierno, la conducción política ha sido elemental y de resultados, por tratarse del hombre de carácter y temple, además quien con sus finos oficios, se han atemperado los conflictos políticos favoreciendo a la gobernabilidad.
Pero dicen los expertos, que Duarte es inocente ante que se demuestre lo contrario y no hay porque echarlo a los leones y menos viniendo de posturas de presión de partidos de oposición al PRI. Así las cosas.


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