2016-09-27 | 20:14:59

The New York Times también dio espacio a la noticia de expulsión del Gobernador Javier Duarte de Ochoa de su propio instituto político,calificada por muchos como él deslinde del Partido Revolucionario Institucional respecto de los hechos de corrupción cometidos por su gobierno.

El citado medio de comunicación señaló que Javier Duarte, quien dejará el mando a finales del año, está siendo investigado por la Procuraduría General de la República (PGR) por enriquecimiento ilícito, peculado e incumplimiento del deber legal.

Además precisó, “también se le acusa de llevar al estado petrolero, situado en la costa del golfo de México, a una situación financiera crítica y a no contener la expansión del crimen organizado, que ha derivado en asesinatos de periodistas y un aumento en los secuestros”

Apuntando también “el PRI perdió la elección de la gubernatura de Veracruz en los comicios del 5 de junio, junto con otros importantes bastiones, en un voto de castigo para el oficialismo en las regiones con más denuncias de corrupción”.

Palabras más, palabras menos The New York Times se refería al Gobernador veracruzano como un personaje conocido a nivel internacional como corrupto y señalado por su falta de interés en combatir la delincuencia y asesinatos de periodistas, aumentando el secuestró, lo que originó resultados desastrosos para el PRI en los pasados comicios electorales.

La “fama” de Duarte, sin duda, a rebasado fronteras y sitúa a Veracruz en el ojo del huracán y como ejemplo de un estado desbordado por la corrupción; y es que lo primero que se expresa a un veracruzano de nacimiento que visita otras tierras, ya sea al interior o fuera del país es “qué difícil situación la de tu entidad”.

Pero lejos de esa fama y los escándalos de expulsión y los anuncios de investigaciones y denuncias que se le siguen, pareciera que todo quedará en un escándalo mediático, pues como dirían por ahí la frase -castellanizada de la obra de William Shakespeare Much Ado About Nothing- “mucho ruido y pocas nueces”, es decir mucho escándalo pero pocos hechos o resultados.

Por lo pronto otro ruido más se propicio ayer con relación a Duarte, pues se dio a conocer que la Secretaría de la Función Pública (SFP) recibió ayer solicitud del Ministerio Público federal para entregar información relativa al gobernador de Veracruz,, lo cual fue confirmado por el propio encargado de despacho, Javier Vargas Zempoaltecatl.
Aunque aclaró, lejos del escándalo que con motivo de esta noticia se pueda generar, es algo cotidiano, pues están en marcha auditorías en todos los estados de la República y la Ciudad de México, en las que coadyuvan tanto la Secretaría de la Función Pública federal como las contralorías de las entidades.

Vigilando así el correcto uso de los recursos públicos pertenecientes a los estados y, en su caso, las partidas federales que se otorgan a los gobiernos locales. Sobre los tres gobernadores señalados, donde obvio se encuentra el de Veracruz, por presuntos actos de corrupción, aclaró que “no serán juzgados por las nuevas leyes del Sistema Nacional Anticorrupción”, pues los presuntos ilícitos en que pudieran haber incurrido se habrían cometido antes de que éste entre en vigor (se espera que eso ocurra el próximo año).

Mientras tanto ya muchos veracruzanos se preguntan ¿en qué les beneficia la expulsión de Duarte de Ochoa? Pues lo que, los gobernados quieren es que se castiguen los hechos de corrupción y más aún que se devuelva lo que se robó y no “escandalitos” que en nada resarcen el desfalco cometido ¡así las cosas en Veracruz!

Magda Zayas Muñoz @magzamu