2016-10-20 | 21:30:13

Las acciones policiacas

La estrategia que sigue el gobierno federal para detener al gobernador con licencia, Javier Duarte de Ochoa es la de obligarlo a regresar del lugar donde se encuentre para poner a salvo a su familia. Es un desaseado plan judicial de empezar por detener a familiares involucrados y capturarlo por el lado de los sentimientos.
Lo que significa el sufrimiento de las personas que más se estiman para orillarlo al retorno y evitar que aquellos familiares sean culpables o inocentes sean detenidos y obligarlos a confesar al estilo de las autoridades policiacas.
Es la misma escuela que plantean los delincuentes cuando secuestran y se ponen en contacto, ya sea con los padres o la pareja sentimental, pidiéndoles el pago de una fuerte suma de dinero o escrituras de inmuebles a cambio de respetar la vida del que fue levantado. En este caso es la inminente cárcel y lo que implica como se obtuvo su paradero.
Muy diferente sería para Duarte de Ochoa que detuvieran a los funcionarios tantas veces mencionados con los patronímicos de Lagos, Mota, Carvallo, Abdalá, Deantes, Spinoso, etc, etc. La reacción sería muy distinta cuando se mencionan entre los capturados por las autoridades a miembros pertenecientes a la familia Duarte o Macías. Son sentimientos encontrados que provocarían reacciones muy diversas y desiguales.

La magia del nombre

Cuando el gobierno federal le pasó el scanner judicial y político para ver si se aprobaba el nombramiento de Flavino Ríos, se le investigó a fondo, sus cuentas bancarias, las propiedades que posee él y su familia, puestos gubernamentales que haya ocupado, sus antecedentes académicos, así como alguno de tipo penal.
Solo hubo un aspecto definitivo que inclinó la balanza para autorizar su nombramiento como gobernador sustituto: el haber trabajado con el entonces gobernador Miguel Alemán Velazco. Como por arte de magia se aprobó de inmediato su designación.

El clero debe abandonar la política

El mayor obstáculo que encontró el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para aprobar la elección como gobernador de Miguel Ángel Yunes Linares fue la impugnación que hiciera el PRI sobre la participación de la iglesia católica incitando a la feligresía a que votara por el PAN acusando de herejes y anticristianos a los priistas que habían aprobado el matrimonio igualitario.
El que tomó la bandera de defender hasta con la vida estas leyes internacionales sobre los derechos que tienen los seres humanos sobre la equidad de género y el aborto, fue el obispo Hipólito Reyes, quien en sus homilías pretende el retorno a los tiempos de la inquisición y de la brujería. Esas actitudes ha permitido el crecimiento de nuevas sectas religiosas que no existían, así como el abandono de los católicos a estas actitudes alejadas de la teología que proclama el Papa Francisco.
El clero, si no quiere perder su prestigio, su influencia y su responsabilidad, necesita abandonar el campo de la política y consagrarse totalmente y de manera exclusiva al servicio del culto.