domingo, 28 de abril del 2024
 
Por Uriel Flores Aguayo
Columna: Cárdenas o el abismo
2014-03-07 | 21:30:54
Por su peso moral en las filas del disminuido PRD y por la crisis de esté en forma de extravío de identidad y rumbo, resurge el nombre del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, como la opción más seria para dirigirlo. Soy de los que coinciden con esa propuesta y que, además, considero que es la única alternativa para salvar al PRD de la marginalidad a que lo ha llevado su burocratismo, sus posturas colaboracionistas y su acelerado proceso de corrupción.

Lo importante es que Cárdenas tiene ánimo para participar en un proceso interno consensual, lo cual garantiza su presencia en el urgente e inédito relevo interno. Es de esperarse una actitud racional y respetuosa con Cuauhtémoc del grupo que mantiene el control del aparato partidario.

Solo la ambición del dinero y el poder podría explicar el aferramiento de “los chuchos” (NI) a la presidencia que obtuvieron por favor presidencial en primera fase (Ortega) y por control burocrático en la segunda oportunidad (Zambrano); se equivocarán rotundamente si creen que la presidencia la ganaron por méritos y con el apoyo de la militancia, si la ven de manera patrimonial o como garantía de los compromisos contraídos con Peña Nieto.; Sería una apuesta muy arriesgada para la viabilidad del PRD si se amarran al puesto, su fuerza es de control, es decir, no es de prestigio ni de autoridad política y moral.

El tamaño de la crisis del PRD es tan profundo y su tendencia a la marginalidad tan obvia, que no se debe salir con respuestas tradicionales e ineficaces, eso es lo que están haciendo los grupos dominantes en la burocracia y en espacios de poder, presentando esquemas de arreglos caseros y planteamientos de tufo demagógico.

Eso ya no sirve, el PRD requiere una sacudida radical, un replanteamiento total en su organización y línea política, pero sobre todo, en la revisión de sus formas de quehacer político y la prioridad de su imagen ética.

Hay ya un efecto Cárdenas en el partido del sol azteca, en forma de sumas y adhesiones, por absoluta convicción de su necesidad salvadora, pero también por sobrevivencia obvia. Cuauhtémoc unifica, se coloca por encima de los grupos, tribus y corrientes; inspira confianza e implica un mensaje renovador para la sociedad, sobre todo para los luchadores sociales y los pensadores que hace algún tiempo se alejaron o, de plano, repudian al PRD, por sus malos ejemplos y actitudes anti populares.

Cárdenas evitaría la salida terminal de bases y dirigentes de primer orden, como Marcelo Ebrard. “Los chuchos” no van a soltar el hueso porque sí, sin presión, su discurso “moderno” no va más allá del rollo; en la práctica se distinguen por su pragmatismo; solo su división y una ola de apoyos a Cárdenas los podría poner en la disyuntiva de hundirse solos con lo que quede del PRD o ceder espacios para su reconstrucción.

La verdad, la tienen complicada. No son tan fuertes como pudiera pensarse y, con facilidad, pararían a ser una corriente menor si se les deja en su verdadera dimensión.

La presencia de Cuauhtémoc animaría al PRD, lo volvería a convocar más allá de su burocracia e influiría mucho en la unidad de las izquierdas. Su probable presidencia, unificadora, sería el punto de partida para la reconstrucción del PRD y su relanzamiento hacia la sociedad, volviéndose atractivo y pudiendo volver a ser una alternativa de poder; hoy no lo es, pero peor aún: tiende a volverse irrelevante en el resto del país, como en Veracruz, donde lo empeñaron para obstruir la coalición opositora; este dato echa por la borda el argumento-reclamo de la NI respecto a la fallida alianza opositora en el Estado de México.

Si los “Chuchos “ no ven más allá de sus intereses y conveniencias, lo cual es de esperarse, pues viven en la cómoda cúpula burocrática, se agarrarán a veinte uñas de los cargos; pero habrán cometido una especie de suicidio, condenándose a dirigir un partido marginal e irrelevante; serán congruentes con su historia, terminarán haciendo del PRD un partido palero en toda la extensión de la palabra.

Vamos a apoyar decididamente al ingeniero Cárdenas para que presida al PRD; su presencia, de incuestionable autoridad moral y política, abriría, entre otros efectos, la oportunidad de rescatarlo en Veracruz, de las manos oficiales.

Recadito: Será porque los mandan o porque ya no les dan, que el PRD -rojo se queja de algo.


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