2014-03-12 | 09:26:07

Además de la crisis de las finanzas públicas. La novedad es que la entidad va como el cangrejo en Democracia y Desarrollo Social. Opinan empresarios locales y del resto del país. Por citar solo algunos aspectos importantes:

Por un lado, es penúltimo lugar en calidad institucional y eficiencia política en el país, básicamente por empeorar en 2012-2013 y resultar en último lugar en:

1.-Accountability, considerada como la falta de “mecanismos institucionales diseñados para asegurar que las acciones de los funcionarios públicos estén enmarcadas legal y constitucionalmente”; 2.- Libertad de prensa; y, 3.- Desestabilización democrática.

Y por otro, bajos o nulos resultados, en la capacidad para generar políticas que aseguren bienestar social, considerándose fundamentalmente haber alcanzado: el séptimo lugar en el país desempleo urbano; más de 52.6 % de hogares bajo la línea de pobreza; ineficiente y decreciente gasto público, que influye en el bajo desempeño en salud; y analfabetismo, así como el cuestionado monto y uso eficiente del presupuesto en educación.






¿Cuál democracia? ¿cuáles avances?





No me crea. Consúltese y chéquese. Todo esto y más, contiene el importante pero no suficientemente discutido, ni apreciado trabajo sobre el Índice de Desarrollo Democrático 2013, (IDD13), presentado en enero pasado por COPARMEX, en conjunto con la Fundación Konrad Adenauer, Polilat y el Colegio de México.

Los resultados básicamente se obtienen a través de una metodología que abarca: consecución actualizada de información, incluso a través de la realización de encuestas; análisis, seguimiento y evaluación de variables sociopolíticas; y una importante participación de los 65 Centros Empresariales del país. En principio, encuestando a empresarios, líderes de opinión y medios de comunicación.

Estudio que muestra la calidad democrática en el país y las 32 entidades federativas, da seguimiento puntual al gobierno federal y los estatales, identificando fortalezas y debilidades de cada uno, para contribuir a mejorar su funcionamiento. Logros y avances, pendientes y retrocesos que, en principio deberían conocer, analizar y aprovechar los funcionarios responsables de las áreas respectivas y, desde luego, quienes tienen el deber de gobernar bien.

“El indicador, que se ha levantado por cuatro ocasiones en México, evalúa la calidad de la democracia en cuatro grandes ámbitos: indicadores de democracia formal; respeto a los derechos políticos y libertades civiles; calidad institucional y eficiencia política, así como ejercicio del buen gobierno con resultados en materia de política pública que aseguren tanto bienestar o equidad para la población como eficiencia económica”. (La jornada. 170114).






Desarrollo social y calidad democrática





México, segundo descenso consecutivo en dos años, pues también en 2012, tuvo un retroceso respecto a 2011. Para Veracruz extraña sobremanera, que sus resultados positivos y negativos; sus avances, estancamientos y retrocesos no han tenido la difusión, análisis y utilización que merecen.

Excusas y distractores abundan. La actividad oficial, está obligada a no olvidar, marginar o minimizar lo importante. Sobre todo, porque la situación se complica, y al cambio prometido se responde con más de lo mismo.

En consecuencia, aumentan inconformidades y hartazgo social. ¿Y las políticas gubernamentales?

Así continúa el circo de todos los días. Hasta que trascienden y se conocen consecuencias de lo que se hizo o dejó de hacer. Aparecen resultados, de lo mal o bien hecho. Imparables, los hechos reflejan la otra real realidad, no la de las fantasías, las repetidas buenas intenciones, el futuro feliz e inalcanzable, las innumerables justificaciones y repetidos pretextos.

Asegura el citado estudio, que Veracruz, junto a nueve estados es de bajo desarrollo democrático. Entre otros aspectos, por el retroceso de -17.00%, respecto a 2012.

Y a nivel nacional también retrocede, ya que “este año, alcanza el puesto 20º, pese a una mejora en Democracia de los Ciudadanos (15º lugar) y en desarrollo económico (13º), que no alcanzan a compensar su caída en desempeño institucional (31º) y en desarrollo Social (16º). “(IDD13).

Si la intención es fortalecer la participación, para atender necesidades y resolver problemas sociales, es inapropiado e inconveniente ignorar y desatender la percepción, opinión y participación de importantes sectores en los asuntos públicos.

En este caso, se deben tomar en cuenta y aprovechar, tanto las aportaciones del multicitado estudio, como la valiosa opinión y participación de los auténticos empresarios. Con verdadera responsabilidad social.

No los que sostienen sus “negocios” a base de componendas, “mochadas” y otras formas de corrupción. Ni los delincuentes empresariales, que son socios, aliados y protegidos de la otra delincuencia, la gubernamental. Ambas, simples caras de la misma moneda, de crimen e impunidad.

Juan Pablo Castañón, Presidente Nacional de Coparmex, señala que “no es suficiente contar con empresarios que generen riqueza para sí mismos; necesitamos líderes que hagan crecer a su gente, que promuevan el desarrollo no solo económico, sino político y ético de sus comunidades.

Por ello, además de representar los legítimos intereses de más de 36 mil empresas de todos los sectores productivos, somos promotores de la participación ciudadana y el fortalecimiento de la democracia… se pone en la mesa de discusión… para enriquecer el debate y transitar a una nueva generación de reformas que vayan más allá de la discusión electoral y nos permitan avanzar en la construcción de gobiernos eficaces, transparentes y con una efectiva rendición de cuentas, y así avanzar en la construcción de mejores condiciones para todos los mexicanos”.

A su vez, Stefan Jost, de la Fundación Konrad Adenauer y Jorge Arias, de Polilat sostienen que: “…aquí y allá, la violencia condicionando derechos y libertades, y estableciendo un cerco al desarrollo institucional y ciudadano; la corrupción, la exclusión económica y social, la ausencia de inversión social y económica para corregir desigualdades, constituyen, entre otras, causas estructurales del atraso en el desarrollo democrático de grandes extensiones del territorio mexicano”.





Así que al bajo o nulo crecimiento económico, falta de empleo e inflación. A pobreza y miseria, hambre y sed; a la inseguridad y violencia. A la inocultable crisis de las finanzas públicas estatales y municipales y al injustificado endeudamiento, hay que agregar otros retrocesos.

Insistir e insistir. En Veracruz todo es posible, hasta lo correcto: diagnósticos y evaluaciones objetivas.