2014-03-20 | 21:53:17

Un tenista basará su éxito en sus habilidades como jugador dentro de la cancha, su talento, las aptitudes y el entrenamiento diario, pero sobre todo por el apoyo que le brindan los padres a sus mentores en el desarrollo de su actividad, tanto a nivel amateur como profesional.
No se puede tener éxito en un deporte tan exigente, si no se tiene el apoyo de quienes desde pequeños se convierten en los símbolos a seguir, los héroes que día a día guían el camino de los niños y niñas hacia una disciplina que exige máxima concentración, toma de decisiones clave, utilización de estrategias y sobre todo, mucha fuerza de voluntad.
El éxito de los tenistas siempre vendrá acompañado de una dosis de apoyo moral, de esa palmadita en la espalda del padre o la madre que desde la tribuna o quizá a la distancia, lejos del lugar donde estén desempeñando su actividad, siempre permanecen a su lado dándole palabras de aliento, siendo inclusive sus propios estrategas, diciéndoles dónde fallaron, cuáles son sus debilidades, pero sobre todo resaltando sus fortalezas.
Un “tú puedes”, “eres mejor que tu rival”, “debes salir adelante” y ese tipo de frases que alientan al niño a superarse partido a partido, sin exagerar y respetando siempre las capacidades del infante y, sobre todo, reconociendo las virtudes del rival, nunca estarán de más en el apoyo moral al joven tenista.
Pero ese apoyo va más allá, cuando el padre como fiel acompañante de su retoño a torneos en el exterior, está al pendiente de todos los detalles para que el niño se mantenga concentrado en el match, olvidándose de los asuntos externos. Es, vamos, el coach que todo profesional del deporte blanco tiene a su lado.
Desde el levantarlo temprano para la larga jornada, prepararlo con sus arreos para la llegada al Club, no sin antes proveerlo de alimentos y preparar las bebidas rehidratantes para el día, tenerle la ropa lista, las raquetas preparadas con las cuerdas bien calibradas, llevarlo al lugar sede, alentarlo, esperarlo, apoyarlo, todo eso conlleva una carga física y mental para los padres y que el joven deportista deja de lado, para concentrase única y exclusivamente en el partido.
De ese apoyo, los jóvenes van adquiriendo las fortalezas necesarias para hacerse independientes en un deporte en el que llegado el momento, tendrán que desarrollarlo en solitario, apoyados única y exclusivamente por las enseñanzas y las experiencias adquiridas a lo largo de las largas competencias, en las que siempre tendrán presentes las voces de sus padres, las instrucciones y las frases de aliento que los llevaron a estar donde están.
Cuando viene el profesionalismo, las cosas no cambian mucho. Si bien ahora el mentor es su entrenador, los jóvenes no olvidarán esos momentos en que se hicieron fuertes, gracias a la presencia de sus progenitores, quienes en todo momento los guiaron por el difícil camino que los llevó hasta donde están. Eso no se olvida jamás.
Lo anterior viene a colación, debido a los diferentes torneos seccionales que se realizarán en diferentes estados de la República Mexicana este fin de semana y en los que seguramente estarán participando tenistas veracruzanos, a quienes les deseamos todo el éxito del mundo, pues han demostrado que el tenis veracruzano, aunque de manera pausada, sigue teniendo talento qué pulir.
A todos ellos, el mejor de los deseos, y un abrazo a sus padres, porque sin su valioso apoyo, sus hijos no hubieran abrazado uno de los deportes más bellos del mundo: el tenis.
En este mismo sentido, vaya un reconocimiento a los padres de los siguientes tenistas por darles puntual seguimientos: Natalia Meza, Fernando Riaño, Álvaro Riaño, Fernando García, Sergio Meza, Romary Cárdenas, Oscar y Marcelo Barranca, así como Rodrigo Guzmán, entre otros tantos.

saqueyred1@hotmail. com
Sígueme en Twitter: @tiburonramirez1