viernes, 03 de mayo del 2024
 
Por Rafael Arias
Columna: Mutatis Mutandis
Medalla de oro
2014-04-01 | 22:21:32
La fama rebasa fronteras. Antes de iniciarse los juegos centroamericanos, en parte financiados con descuentos a los salarios de los empleados estatales, ya se tiene una medalla de oro.

Si lo sabe Dios, que lo sepa el mundo

“Veracruz lideró a los estados con mayores desvíos”, según nota publicada por el periódico Reforma el pasado 31 de marzo, la cual debe advertirse, podría ser parcial o totalmente desmentida, incluso corregida; o de ser cierta, solo bastan silencio e indiferencia.
En todo caso, más pronto de lo que se espera, este y otros notorios aspectos se harán sentir en las endeudas finanzas públicas del estado y municipios. En cierta forma, ya se padecen consecuencias.
“Las irregularidades se detectaron en las transferencias a otras cuentas bancarias; la aplicación de recursos en fines diferentes a los de los fondos y programas; en el inadecuado control e insuficiente transparencia en el manejo de recursos; el retraso en el ejercicio que deriva en elevados importes no aplicados; la falta de documentación comprobatoria, y el pago de conceptos o rubros no autorizados”.
Por lo pronto, con un manejo irregular de 13 mil 187 millones de pesos, el 32.2 % de un total nacional alcanzado por todos los estados de 40 mil 852 millones, Veracruz es primer lugar en la competencia en “recursos desviados, no aclarados o que se quedaron en las cuentas sin ejercer en 2012”.
Le siguen a buena distancia con la medalla de plata, Chiapas con 4,845 millones; de bronce, Jalisco con 4,828 millones; y de plástico, Tabasco con 3,803 millones. Es de advertirse que, Veracruz suma casi lo de estos cuatro estados juntos.
Preocupante situación pues esta revisión y fiscalización, solo abarca parte de los recursos federales utilizados por las entidades federativas. Como también es costumbre, queda pendiente de analizar y evaluar el resto de la aportación federal y, desde luego, los cuantiosos recursos estatales, cuya transparencia y acceso a la información son cuestionadas, por incompletas y manipuladas; al igual que las pobres y simuladas, con poca credibilidad y confianza, rendición de cuentas y fiscalización estatal y municipal.
En fin, debe también agregarse que buena parte de esas irregularidades, no es la primera vez que se señalan. La historia oficial de irresponsabilidad e ineficiencia, de encubrimiento e impunidad consigna que año tras año se repiten y, hasta hoy, no pasa nada.
Sin embargo, algunas situaciones empeoran, ya que la fiscalización federal se detiene o anula, porque en buena medida, unas o todas las irregularidades detectadas, en alguna de las siguientes etapas se solventan, neutralizan y hasta comprueban en el papel y hasta en la realidad; o bien, se desactivan porque simplemente desaparece la causa o motivo del reclamo, al reparar o regresar la parte de los recursos señalados como mal utilizados.
Comprobado que como se usaron mal y no hay de otra, se devuelven y, aparentemente, desaparece toda causa o razón.
¿Y los presuntos responsables de faltas y delitos cometidos?
En todo caso lo devuelto, son recursos, frecuentemente pendientes de justificar de dónde y cómo se obtienen. Devoluciones, por cierto, en las que Veracruz también ha obtenido un reconocido lugar, entre los primeros del país.

La simulación de la costosa fiscalización

El gran problema adicional, que no puede ocultarse ni minimizarse, es que gran parte de estas cuestiones de irregularidades y posibles conductas delictivas, junto con otras que incluyen las estatales y municipales, se dejan, salvo excepciones, en el olvido o desinterés gubernamental y social.
Conductas reprobables, pérdidas oficiales y asuntos públicos inconclusos, que con el tiempo fácilmente se transforman, en usos y costumbres de la ineficiencia y hasta de la delincuencia. En cultura o sistema de la corrupción dominante y creciente. Hechos y situaciones que simplemente cubren el disimulo, la complicidad y la impunidad.
Así, se puede constatar que en los gobiernos estatales y municipales, más, mucho más que en el gobierno federal, es usual que no se de seguimiento y mucho menos se responsabilice y ponga ante la ley, a responsables y causantes de faltas, pérdidas y hasta de delitos. En el colmo, incluso a algunos, anticipada y públicamente se les disculpa o exonera.
De ahí que con limitaciones y defectos, trabajos como el de la Auditoría Superior de la Federación, sirven a sociedad y gobiernos para consolidar aciertos, corregir errores, alertar riesgos, reparar pérdidas y hacer cumplir la ley.
Y también, por su transparencia, se convierten en información, experiencia y conocimiento social; sustentan notas periodísticas como la de Reforma, que además agrupa e identifica primeros y últimos lugares; y también sirven a trabajos de muchos medios de comunicación, universidades, organizaciones ciudadanas y no gubernamentales, así como estudiosos y expertos.
Constituyen importantes y contados trabajos de fiscalización gubernamental, que junto a la participación ciudadana y la evaluación social, muestran el grado de irresponsabilidad, simulación, complicidad y actividad delictiva a las que llegan muchos presuntos responsables de contralorías y órganos de “fiscalización superior” locales que increíblemente no ven nada, no encuentran nada y concluyen que todo va bien, excepto para algunas pequeñas e insignificantes victimas, que encuentran y exhiben para su auto justificación, así como el entretenimiento y distracción públicas.

Evaluación y rendición de cuentas efectivas

En México, buena parte de ineficientes y delincuentes en el gobierno abrigan la esperanza o están seguros, de que pase lo que pase, muchos responsables del seguimiento y control seguirán en la simulación y los van a encubrir, proteger y a favorecer para que no cumplan con la ley, ni atiendan y hagan bien su trabajo.
De ahí que fiscalización gubernamental y evaluación social deben ser verdaderas y permanentes, para exigir que se hagan bien las cosas, que se eviten errores, pérdidas y desperdicios; para no dar espacio, ni oportunidad a ineptos y corruptos; y, desde luego, para fortalecer la rendición de cuentas real y efectiva, no simulada y maquillada, exagerada y de auto promoción.
Millones y millones de pobres y miserables, hambrientos y sedientos, limitados y sacrificados, con razón y justicia lo reclaman.

@RafaelAriasH
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