2014-04-02 | 22:38:16

Sin ir más lejos, la postura del actual gobierno mexicano consistente en retener el dinero de origen fiscal es completamente contraria al sentido común y a las recomendaciones hechas por los economistas que guían las acciones de los Estados en la actualidad, y a los que se llama “neoliberales”.
Decimos que sin ir más lejos que J.M. Keynes, recomienda que el Estado gaste el dinero de los impuestos en industrias como la construcción, porque se trata de una actividad económica que genera riqueza en una gran cantidad de las capas de la población, desde el peón de bajos salarios hasta el desarrollador de ingeniería con los más altos salarios.
Además es claro que las obras tienen una gran utilidad pública: facilitan la comunicación, hacen más confortable el ambiente urbano, permiten la instalación de industrias y generan vivienda digna y accesible para todas las capas de la población, entre otros beneficios.
Detener el flujo de dinero que va de los impuestos a la obra pública produce grandes perjuicios: estancamiento económico, cierre de empresas, desempleo en todas las capas de la población, violencia social, contaminación, encarecimiento de los servicios públicos, especulación y crecimiento de los índices delictivos.
Pero han seguido el actual camino, ¿para encontrar qué beneficios?
Lo que consiguen es que se polarice la sociedad, origen de toda violencia, por un lado hay una cada vez más reducida minoría que participa en todas las actividades lucrativas, tanto las lícitas, como las especulativas e, incluso, las delictivas.
¿Es este el camino que quieren trazar para el desarrollo de México?