domingo, 05 de mayo del 2024
 
Por Leo Zuckermann
Columna: Juegos de Poder
La cereza en el pastel para pagar los impuestos con gusto
2014-04-03 | 11:24:07
Esta es la última entrega de la serie de artículos que he escrito sobre casos de cómo los gobiernos malgastan el dinero de los contribuyentes ahora que es la temporada de presentar las declaraciones anuales de impuestos. Se trata de casos reales auditados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) de la Cuenta Pública del 2012, el último ejercicio auditado.
Uno de los grandes problemas del país es la inseguridad. Nadie puede negar que es necesario gastar dinero de los contribuyentes para resolver este asunto. Y vaya que el dinero ha fluido a los estados. La ASF revisó cómo se gastan los recursos del Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública de los Estados y del Distrito Federal (FASP). Encontró lo siguiente: “Se realizaron transferencias indebidas por un importe de 579 mdp de las cuentas bancarias del FASP a otras cuentas de los gobiernos estatales y, en consecuencia, estos recursos no fueron aplicados exclusivamente para seguridad pública. Se compraron vehículos, uniformes y bienes informáticos, y se pagaron servicios de difusión y limpieza, entre otros, que no corresponden a los objetivos del fondo”.
Mucho se ha presumido, y con razón, el Seguro Popular. Es un programa importantísimo de justicia social. Gracias a él, México logró la cobertura total de acceso a los servicios de salud. Deficientes e incompletos, pero algo es algo. Lo triste es que recursos destinados para este Seguro se malgastaron en los estados: “Transferencias de recursos a cuentas bancarias de otros fondos o programas, distintos del Seguro Popular, por 2,037 mdp. Falta de documentación comprobatoria del gasto por 2,697 mdp. Adquisición de medicamento no incluido en el Catalogo Único de Servicios de Salud y medicamento adquirido a un precio superior del costo de referencia por 886 mdp. Pagos de conceptos de nómina no pactados y autorizados para su pago con recursos del programa por 857 mdp”.
En México, los contribuyentes subsidiamos al campo. Sin embargo, estos subsidios son un hoyo negro: no se sabe adónde va a parar el dinero o se derrochan los recursos.
Hay, por ejemplo, un programa de apoyo a los productores agropecuarios para comprar equipo e infraestructura. La ASF encontró que “del total de recursos por 115,585.6 miles de pesos operados en el Componente Agrícola, por la Secretaría de Desarrollo Rural del Gobierno del Estado de Puebla, 107,893.1 miles de pesos, es decir, el 93.3%, se destinaron para apoyar la compra de 1,690 motocultores que fueron adquiridos con dos proveedores de un mismo grupo, y se entregaron de manera gratuita a los beneficiarios aun cuando las Reglas de Operación que regulan el programa establecen como una obligación de éstos la de aportar una parte del costo de los bienes; además de que los beneficiarios no eligieron las características, la marca, ni los proveedores, lo cual era su derecho. Los precios a los que se adquirieron los motocultores fueron superiores a los de otros equipos con características similares”.
Otro ejemplo es el “Fondo para el Apoyo a Proyectos Productivos en Núcleos Agrarios” de la SEDATU. Ahí la ASF “determinó la falta de comprobación de recursos de 745 grupos apoyados por 137,175.6 miles de pesos. Adicionalmente, de la revisión documental se identificaron 15 grupos beneficiados que comprobaron la aplicación de recursos por 2,329.7 miles de pesos con documentación presumiblemente apócrifa. Se otorgaron apoyos por 594 miles de pesos a tres grupos de beneficiarios que no llevaron a cabo los proyectos productivos”.
Otro ejemplo es el subsidio para facilitar la comercialización de granos y oleaginosas de productores que, según el gobierno, “enfrentan problemas de mercado”. Se hace a través de la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios (ASERCA). Estamos hablando de una enorme partida de dos mil 227 millones de pesos. La ASF encontró que “ASERCA no acreditó tener identificada a la población objetivo del programa, ni demostró que los 24,167 beneficiarios atendidos fueran personas físicas o morales que producen y/o comercializan productos agrícolas con problemas de mercado; por lo que no fue posible determinar la correcta focalización de los recursos, ni la temporalidad de su otorgamiento para abatir la problemática, en materia de comercialización de productos agropecuarios”.
Ahí tiene, pues, algunos casos reales, auditados, de cómo se malgasta el dinero de los contribuyentes en México. Ojalá sirvan para que usted pague con mayor gusto sus impuestos.

Twitter: @leozuckermann
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