2014-04-08 | 09:56:55

Aunque tiene razón Javier Duarte al admitir que, constitucionalmente, las autoridades municipales tienen la responsabilidad y obligación de garantizar tanto la seguridad como el traslado de sus conciudadanos; o sea, prestar los servicios de seguridad y de tránsito, la polémica que se ha hecho desde ayer con el caso de la seguridad en Boca del Río no es para quedarse mediáticamente ni mucho menos un lado u otro debe politizarlo.
El hecho es mucho más delicado, por si alguien no quiere verlo. La violenta delincuencia organizada que afectó durante un par de años a la conurbación, llámese Boca del Río y Veracruz es más que cuestión de decisiones en un gobierno o entre gobiernos. La presencia de la policía Naval en seguridad pública es a raíz de estos hechos. Y sacar a los mafiosos de Tránsito de las calles que eran unos asaltantes con charola amparados en la protección delincuencial fue una medida colateral.
El tema es que la mayoría de los ciudadanos se sintieron más seguros y la certidumbre volvió a la calle con esta medida. Si solo es Tránsito y no la policía lo que pretende el ayuntamiento y si los elementos de la Armada se van de las calles es algo que el ayuntamiento de Boca del Río y las autoridades correspondientes deben dirimir.
No hay mucho que discutir si no se olvidan las decenas de ejecutados que se registraron en las colonias más peligrosas en ese tiempo. Y que alcanzó la violencia su mayor nivel el 20 de septiembre con el dantesco cuadro cuando arrojaron al monumento más emblemático de la conurbación, los Voladores de Papantla, 35 cadáveres, 24 de hombres y 11 mujeres, la mayoría torturados y mutilados.
Sea cual sea sin polémica, lo que se debe anteponer es la seguridad ciudadana. Y mantener vigente el acuerdo que firmaron hace algún tiempo los gobiernos federal, estatal y municipal, pues de eso depende disminuir los índices delincuenciales, y mantener esa confianza de los ciudadanos en la Policía Naval. Como dijera recientemente el líder de la Canaco local, mantener a raya ese tipo de delincuencia que tanto daño hizo a Veracruz y Boca del Rio.
Debe aclarar el alcalde Miguel Ángel Yunes su posición frente a lo que pretende en torno a esta solicitud sobre el retiro de los marinos en Boca del Río. Ya sea solo en labores de Tránsito o en el total de las funciones y si también la Marina dejará desamparados a los ciudadanos de la delincuencia.
Lo deseable, y no lo dijo el mandatario pero es obvio entenderlo, es que el municipio no se meta en honduras y vaya a dejar a los boquenses sin servicios básicos y de calidad como los que brinda la Policía Naval; a menos que tenga elementos mejor preparados para esa función.
Este asunto debe aclararse antes de asumir cualquier mando entre las instancias municipales y las federales, en este caso la Armada.
LO QUE BOCA DICE
Boca del Río mantiene la postura que solo le interesa administrar la corporación de Tránsito y no la seguridad, por lo que dice su alcalde que se mantendrá el Mando Único. Ya que ha hablado con los responsables de la Zona Naval y de la Policía Naval quienes, según Yunes Márquez, no tienen inconveniente en que se haga a lo que según él le corresponde al ayuntamiento.
Falta ver lo que estos jefes de las fuerzas armadas dicen para dar punto final a esta controversia, y darle certeza a los ciudadanos sobre la forma en que realmente quedará la operación de las corporaciones en Boca del Río. Para, una vez más, hay que decirlo, que se haga lo que más conviene a la población y no a los intereses particulares o políticos.
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