2014-04-13 | 22:17:21

A pesar de que el mundo “globalizado” ha fomentado una cultura comercial y una especulación global, ha dejado fuera la globalización del trabajo, creando con esto una gran miseria en todos los países:
A los países pobres los empobrece más pagando salarios bajos por labores que son mucho mejor pagadas en los países ricos. A su vez, desaparece puestos de trabajo en los países ricos creando un gran desempleo y degradando las condiciones de vida y –por supuesto las condiciones salariales.
Esta es la realidad del mundo globalizado que tanto han defendido las empresas. Es la globalización de la miseria. En los países pobres se presenta a los especuladores económicos como “inversionistas” que vienen a hacer el favor de generar empleo.
En los países ricos se argumenta una crisis de las empresas para justificar el desempleo, pues los puestos laborales de bajo rango de especialización se van a los países pobres, donde son pagados con mucho más bajos salarios que en los países ricos.
Para garantizar que esto funcione, los gobiernos recrudecen sus políticas migratorias, a fin de que los trabajadores baratos se queden en los países baratos y en los caros permanezcan los trabajadores de alta especialización.
Entonces es que a los trabajadores migrantes se les cambia el nombre y, por todo el mundo, se les llama “ilegales”, como si fuera ilícito buscar trabajo mejor pagado, como si los seres humanos se debieran conformar con subsistir apenas con las migajas que les da el sistema que permite que las empresas rompan las leyes para lucrar al extremo.
Y se da entonces la contradicción de que las empresas que rompen las leyes ambientales, por ejemplo, son consideradas como benefactoras, mientras que los trabajadores que buscan mejor salario son considerados delincuentes.
Y es aquí que se inventa una condición delictiva para justificar que las carreteras de la mayor parte de los países pobres estén llenas de retenes. Miles de familias son obstruidas en su tránsito por retenes que violan el derecho al libre tránsito que garantiza la Constitución, pero que violan los gobiernos con el pretexto de buscar delincuentes.
Y se hacen pactos con los EU para recibir dinero a cambio de retener a los “ilegales”. Entonces México se convierte en un infierno para los migrantes, según las palabras que ellos mismos expresaron. Pero se sigue con esos pactos, como el “Plan Mérida”, que no son siquiera medianamente claros ni para el Senado.
Por esas cuestiones autoritarias que los convenios con el autoritarismo de EU se han impuesto en México desde hace ya más de treinta años (gradualidad), los ciudadanos mexicanos se ven también afectados cuando buscan migrar en busca de trabajo incluso dentro de otras regiones del país.


UN ENGAÑO LA CONTRARREFORMA ENERGÉTICA

La Secretaría de Energía, Sener, deberá dar a conocer los indicadores, metodologías y dictámenes, que se tomaron en cuenta para aseverar que “con la reforma energética, los mexicanos tendremos energía y gas a menor costo, y que habrá más inversión y empleos”, publicidad promovida por la Presidencia de la República, a partir de la aprobación de la iniciativa de reforma energética.
De no darlo a conocer incurre dentro del rubro de publicidad engañosa, por lo que el IFAI tomo la determinación de exigir lo dicho en el párrafo anterior. La Sener declaró ante el IFAI la inexistencia de los indicadores, la metodología y los dictámenes por las que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto asegura que tras la reforma energética, habrá en el país energía y gas a menor costo, además de inversión y empleos.
El caso es que, por mientras, las grandes petroleras acarician ya, como suyo, el recurso mexicano que un gobierno traidor, avalado por la ignorancia de diputados y senadores, a la vez que congresos estatales. ¿Qué le queda al mexicano común?

Twitter: @JPBiosca