2014-04-16 | 22:18:29

Para las personas que vivimos en el puerto de Veracruz se ha vuelto casi normal la difícil situación que se confronta tanto en el aspecto económico como el de la inseguridad, pero cuando piensa que pasa por las mentes de los miles de visitantes que decidieron pasar sus vacaciones de la Semana Santa en esta ciudad debe ser bastante frustrante.
La ilusión de los niños a los que se les promete que irán a la playa a disfrutar del sol, el azul del mar, las limpias arenas y encontrarse que tienen las costas y la ribera oceánica playas con sargazo, toneladas de algas marinas que no tienen nada grato para la vista ni para el contacto corporal de lo que supone que encontrarían en las aguas cristalinas del Golfo de México.
Y para colmo de males para los deseos de diversión de los visitantes, encontrarse a mediados de la Semana Santa con un norte huracanado que impide acercarse al mar embravecido, la arena que golpea los rostros y un cielo grisáceo. Como remate una tremenda balacera en una colonia porteña. ¡Qué manera de pasar unas buenas vacaciones!

Dos millones en la informalidad
Según cifras dadas a conocer por el investigador de la Facultad de Economía Universidad Veracruzana, Rafael Arias Hernández, revela que de los tres millones de veracruzanos que actualmente trabajan, cerca de dos millones de ellos laboran en la informalidad.
Estos datos son oficiales proporcionados por el INEGI y el IMSS donde señalan que solo se han creado en los últimos quince años 250 mil empleos formales. Los ingresos siguen siendo muy bajos y solo alcanza una pequeña mayoría los tres salarios mínimos, pero sin prestaciones.
La economía nacional no se recupera y de acuerdo a Banorte se espera un crecimiento del 2.7 por ciento este año. La economía veracruzana alcanzó el 0.8 por ciento en este primer trimestre informó el INEGI.

La labor reporteril
El primer domingo de la Semana Santa cuando todos planean irse de vacaciones y tomar un merecido descanso, los reporteros del Corporativo Imagen del Golfo estuvieron presentes entrevistando a los sobrevivientes de la terrible tragedia ocurrida en la autopista entre Acayucan y Cosamaloapan, que dejara a 36 personas procedentes del estado de Tabasco calcinadas.
La triste tarea del periodista de cubrir de manera objetiva la información, escuchar hasta los mínimos detalles de cómo cuatro seres humanos quienes lograron escapar por una estrecha escotilla del autobús en llamas. La grave responsabilidad del reportero de vivir esos dramáticos momentos con los que se salvaron y reconocer los sentimientos de tristeza y amargura por no poder ayudar a sus compañeros del trágico viaje.
Han pasado cuatro días y no pueden olvidar la periodista Victoria Rasgado y su compañero Alejandro Ceja, el recuerdo de este evento el primero que enlutó una de las vacaciones del inicio de la primavera más violentas por los hechos de sangre en el suelo veracruzano. En sus memorias quedaron grabadas como las grúas se acomodaron para retirar la escenografía fatal que manchó de rojo el estado de Veracruz y enlutó el edén tabasqueño.