domingo, 19 de mayo del 2024
 
Por Victor Antonio Gardoqui Zurita
Columna: Tercera parte
Historia y vida: don Andrés Montes Cruz
2014-04-26 | 08:36:00
Jack Sweetman define la muerte de Andrés Montes como un “asesinato”, precisamente por lo que hemos comentado con ustedes, la desigualdad entre las fuerzas combatientes era tremenda. Montes Cruz y sus compañeros, parapetados en una esquina de la calle de Arista y Zaragoza pretendían detener el avance del invasor, con armamento viejo, escaso parque y casi nula preparación militar. Sweetman precisa que fue a la media tarde, cerca de las tres, que Montes cayó mortalmente herido. Los marinos yanquis que terminaron con Montes Cruz pertenecían a la tripulación del acorazado “Utah” ; cuyo batallón estaba compuesto por 17 oficiales y 367 marineros, todos ellos al mando del teniente Guy W.S. Castle.
Las fuerzas americanas que desembarcan en Veracruz eran marineros de los buques de la escuadra e infantes de marina (marines) que también venían a bordo de esas naves de guerra.
El primer batallón de marineros estaba al mando del capitán de fragata Allen Buchanan, formado por 57 oficiales y 1,146 hombres. Lo componían 17 oficiales y 313 marineros del acorazado “Arkansas”; 13 oficiales y 272 marineros del acorazado “Florida”; los ya mencionados 17 oficiales y 367 marineros del acorazado “Utah”; 2 oficiales y 79 marineros del crucero “Chester” y 8 oficiales y 118 marineros del acorazado “San Francisco”.
El segundo batallón de marineros estaba al mando del capitán E.A. Anderson, y lo formaban 64 oficiales y 1,301 marineros. Provenían del acorazado “New Hampshire”, 14 oficiales y 356 marineros; del acorazado “Vermont” eran 12 oficiales y 308 marineros; del acorazado “South Carolina” eran 15 oficiales y 319 marineros y del acorazado “New Jersey” eran 19 oficiales y 322 marineros.
Estas fuerzas contaban con artillería consistente en cañones de 3 pulgadas y seis ametralladoras.
Por parte de los infantes de marina (marines), desembarcaron el segundo regimiento, compuesto por 28 oficiales y 715 hombres, y después de efectuado el desembarco llegaron también tropas del segundo batallón de este regimiento, consistente en 9 oficiales y 350 hombres. El tercer regimiento estaba formado por 20 oficiales y 608 hombres.
Toda la Brigada de desembarco estaba al mando del capitán William R. Rush y toda la fuerza invasora estaba al mando del contralmirante Frank F. Fletcher, teniendo como jefe de estado mayor al capitán Henry MCL. Huse.
La mayoría de estos infantes de marina, marineros y oficiales tenían experiencia de combate, en China en el año de 1900, en la insurrección de las islas Filipinas y en otros lugares en donde habían participado. La operación de desembarco y ocupación de Veracruz era una experiencia más en su vida militar. Por el lado opuesto, los patriotas mexicanos carecían de experiencia de combate y su armamento era muy deficiente, como ya lo hemos venido comentando.
El cadáver de Andrés Montes, como lo anotamos en el capítulo anterior, fue enviado al hospital de San Sebastián, que años después cambió al nombre de “Aquiles Serdán”. Ahí seguramente fue sepultado, ya que en su interior existía un camposanto. Al inicio de los años treinta y por suscripción popular, se erigió un hermoso monumento de mármol en la avenida Díaz Mirón a la altura del callejón Cañonero Tampico. En este monumento quedaron sepultados los restos de los héroes de las gestas de 1847 y de 1914, entre ellos Andrés Montes. Tres de las placas que pertenecieron a este monumento logramos rescatarlas en el año de 1984 gracias al decidido apoyo que recibimos del entonces Alcalde de la ciudad, Licenciado Adalberto Tejeda Patraca. Hoy las pueden ustedes admirar en el Museo Histórico Naval, que se encuentra en el antiguo edificio de la Escuela Naval, y para ser más precisos, se encuentran en un muro en el exterior de la biblioteca.
En 1952 se hizo un nuevo monumento a los defensores de Veracruz en las intervenciones norteamericanas de 1847 y 1914. Este nuevo monumento se encontraba en la glorieta de la avenida 16 de septiembre y la calle de Arista. En esa ocasión se trasladaron los restos de los héroes identificados y desconocidos de esas dos gestas heroicas, entre los cuales iban los de Andrés Montes y Virgilio Uribe. El responsable de los trabajos de exhumación y de reinhumación fue el señor José Novoa, propietario de la afamada funeraria que llevaba su nombre. Me comentó en alguna ocasión don José, que durante el desarrollo de esos trabajos, doña Pilar estuvo presente y muy al pendiente de los restos de su marido. Al desmantelarse el monumento en la avenida Díaz Mirón, tres de sus placas fueron puestas en las bodegas municipales, en donde permanecen de 1952 a 1984 y afortunadamente sobrevivieron a la rapiña, ya que son de auténtico mármol de Carrara. El alcalde Tejeda Patraca ordenó que fuesen colocadas en la glorieta antes mencionada, al pie del monumento. En la segunda mitad de los años noventa del siglo pasado, las autoridades municipales inexplicablemente ordenaron la destrucción de ese monumento y en combinación con las de la Secretaría de Marina, erigieron un obelisco, que es el que ahora se encuentra. Las placas fueron colocadas en el Museo Histórico Naval. Lamentablemente este monumento no ha recibido el mantenimiento adecuado y ahí es donde están los restos de nuestro personaje, el héroe nacional don Andrés Montes Cruz y de otros héroes de 1847 y 1914.
Como un dato curioso de estas placas de mármol, una de ellas señala que ahí se encontraban sepultados los restos del Capitán segundo José Azueta Abad, y al final de la inscripción, dice “excepto el primero”. Dice la historia, que al promoverse la construcción de ese monumento en la avenida Díaz Mirón, sus promotores dieron por hecho que ahí iban a quedar los restos de José Azueta, los que se encontraban en su sepulcro original en la tumba número 1,125 del Cementerio Particular Veracruzano, pero que de última hora, su hermana Rosario Azueta de Aladro se opuso al traslado, no quedando más remedio que hacer esa anotación de “excepto el primero”. Habrán notado seguramente que me referí a José Azueta Abad con el grado de capitán segundo, del arma de artillería, y es que ese fue su último grado como militar, ya que el gobierno federal le concedió a título post mortem su ascenso de teniente a capitán segundo. Por cierto, otro muy lamentable error del ciudadano Presidente de la República, al referirse a nuestro héroe como el teniente Juan Azueta, al estar pasando la “lista de honor” durante la ceremonia del aniversario de la gesta heroica de Chapultepec de 1847, este miércoles 13. Pero esto ya no nos sorprende.
El día 22 de abril continuaron los combates en la ciudad, posiblemente más fuertes que el primer día, ya que las bajas del invasor fueron mayores. Finalmente los heroicos defensores fueron muertos, heridos o hechos prisioneros. La resistencia terminó. Llegaron más tropas de refuerzos para la ocupación, entre ellos el capitán Douglas MacArthur, quien durante la segunda guerra mundial fuese el general al mando de las tropas aliadas en el escenario del Pacífico y ante quien se rindieron los japoneses en septiembre de 1945. Se organizó un gobierno de ocupación. Varios maestros veracruzanos, encabezados por don Delfino Valenzuela se negaron a colaborar con el gobierno americano. Sus nombres los pueden admirar y venerar en el sencillo monumento que erigimos en el año de 1991, precisamente promovido por el recordado maestro don Guillermo Castañeda Islas, y que está en el parque Ciriaco Vázquez, por el lado de la calle de Benito Juárez.
Esta historia continuará la semana próxima Dios mediante. Un afectuoso saludo al señor arquitecto don Jorge García Peña Amarilla, que aunque no es nativo de esta ciudad, siempre está muy interesado en nuestra historia.


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