2014-05-30 | 22:07:04

Muy entrada la madrugada del miércoles, con un apretón de manos se selló el destino de la limpia pública en Xalapa.
Américo Zúñiga Martínez sumó a su equipo de la Subdirección de Limpia Pública a Octavio Vázquez Ramírez, hasta entonces secretario general del Sindicato “Solidaridad Urbana” de los Trabajadores Municipales al Servicio del Ayuntamiento.
Quienes lo conocen saben que ha sido siempre su anhelo, administración tras administración, ser el titular del área en donde fincó su liderazgo. No le alcanzó para eso; sus presiones en contra de la posibilidad de concesionar el servicio de recolección de la basura apenas le consiguieron la Jefatura de Operaciones, lo cual se hará oficial mañana domingo.
Atónitos, sus agremiados, a los mismos que semanas atrás llevó a plantarse frente al Palacio de Gobierno para denunciar la falta de apoyo para limpia pública por parte de la administración de Zúñiga Martínez, vieron a su dirigente anunciarles que los dejaba solos para pasarse a la parte oficial, la parte “privatizadora”.
De la asamblea Octavio Vázquez salió cabizbajo, pues las inconformidades de sus exdefendidos no se hicieron esperar y las muestras de repudio y desconocimiento al acuerdo que firmó, subieron de tono en varios momentos de la reunión.
Es incierto el destino de este dirigente sindical, pues la condicionante para asumir la jefatura de operaciones fue que en 30 días el servicio de Limpia Pública debe salir de la crisis en la que se encuentra sumido, algo que es prácticamente imposible dado el abandono y falta de recursos en la que se mueve esta subdirección.
Es claro que en un mes aproximadamente se hará el anuncio respectivo de que ante la complejidad del problema es necesaria la privatización. La suerte para un centenar de empleados de la limpieza municipal está echada.
La posibilidad de concesionar el servicio de Limpia Pública en Xalapa no es una novedad; durante la presidencia municipal de Elízabeth Morales García se exploró este modelo sin mayor éxito, en buena medida por la incapacidad financiera del Ayuntamiento para hacer frente a una liquidación de empleados de esta dependencia.
En un estudio sobre el tema elaborado el trienio pasado, se determinó que desincorporar esta subdirección implicaba el despido de aproximadamente el 40 por ciento de la plantilla laboral, que es de más de 500 empleados.
Para hacer frente a ese recorte, la gestión de Morales García requería de alrededor de 9 millones de pesos para pago de las liquidaciones correspondientes, una cantidad que rebasaba la capacidad financiera municipal por lo que la exmunícipe intentó, sin lograrlo, que las empresas interesadas en tomar en sus manos la concesión absorbieran dicho pago.
Este domingo, Zúñiga Martínez dará a conocer esta reestructuración que es el principio de una privatización anunciada.

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