sábado, 27 de abril del 2024
 
Por Francisco Blanco Calderón
Columna: Escenarios
Ahora médicos toman las calles
2014-06-24 | 19:59:21
Tal y como sucedió con los maestros, las huestes del sistema acosan, acechan para culpar de sus incapacidades a lo mejor de la sociedad: docentes y médicos. Víctimas, ambos, del modelo neoliberal existente, ese que ha destruido toda la base social en que se fundamenta la justicia.

El sistema educativo sin recursos, sin prestaciones sociales, sin equipamiento, sin instalaciones, sin presupuesto. Depredación total. Maestros que dieron clases sin nada, con bajísimos salarios, con amenazas laborales, pero sobre todo con el acecho mediático, los culparon de todo por movilizarse, por protestar, por inconformarse. Los medios los crucificaron.

Lo mismo sucede ahora con los médicos: “no somos dioses, ni criminales”.

Los médicos que han pasado, al menos siete años en las aulas, en los hospitales. Otros, los más, han tenido que continuar su especialización, al menos otros cinco años más. Es la profesión mejor formada del globo y que sin vocación, jamás se podrán ejercer. Sin embargo, hoy en día es igualmente mal pagada.

Los médicos tiene que permanecer en sanatorios, hospitales, clínicas al menos seis días de la semana, en horarios de mañana a noche. Doctores que deben atender cientos, miles de pacientes vía una burocracia infernal, que deben resolver problemas de salud sin recursos, sin medicamentos, sin nada de nada.

Resolver una gripa sin aspirina, atender una infección sin antibiótico, hacer una transfusión sin sangre. Médicos salidos de universidades públicas, los más que logran una plaza raquítica en el IMSS. Ellos ahora son “los malos de la película”. Se les responsabiliza por la incapacidad del sistema de salud, emanadas del PRI o del PAN, esos que desvían, depredan los recursos federales y estatales destinados a la atención de la salud.

La corrupción es superlativa en la baja calidad de los alimentos a los pacientes, en la pésima sanidad de cuartos, en la ausencia total de medicamentos, en la ausencia de recursos para los quirófanos, salas de emergencia y laboratorios clínicos.

El médico, según la visión de Televisa y TV Azteca son los “malos de la película”, son los causantes de los abortos callejeros, los partos en taxis, jardines, salas de espera, patios; son los responsables de la muerte de pacientes por falta de medicamentos, o por dotarlos de medicamentos caducos.

Ahora son médicos los culpables, no el sistema podrido, no la corrupción desmedida, no la impunidad asquerosa de autoridades de salud, ni mucho menos la sumisión de los dirigentes sindicales que lamen la miseria y se engordan en la complicidad. No Televisa, dueña de los laboratorios Genoma, que ahora promueve descaradamente la auto-medicación, vía sus spots que resuelven: dolor de cabeza, diarrea, gripe, dolor muscular, envejecimiento prematuro, cólicos, calentura, todo lo publicitan sin necesidad de acudir al especialista. ¿A ellos quién los culpa, los cuestiona, los acusa, los demanda?

Los maestros salieron a las calles, cientos, miles, miles de miles y la sociedad los culpó de flojos de irresponsables, cuando los culpables, aún presos, siguen cobrando salarios y prebendas, cuando sus sucesores siguen recibiendo la “gracias divina” del recurso federal.

Los médicos, ahora salieron para gritar “no somos dioses pero tampoco criminales”. Los medios, la televisión estúpida, esa que idiotiza a las masas, esa que es mustia, esa que la mueven miles de millones de pesos en publicidad gubernamental y un poco más empresarial. Esa televisión que crucificó al movimiento del 68, que se hizo “guaje” en el asesinato de estudiantes en junio del 70, esa que culpó a los zapatistas, que oculta los crímenes contra los migrantes, que esconde las cifras de muertos, levantados, secuestrados, esa que jamás dice nada de los niños, jovencitas violados/as, esa que nunca informa ni dice la verdad.

Los médicos salieron a las calles en más de 50 ciudades del país, aquí en Veracruz, en Xalapa y en el Puerto, fueron más de 5 mil. Al igual que en el DF, en Nayarit, Oaxaca, Jalisco (donde se originó la movilización), Puebla, Guerrero, Morelos, Aguascalientes, en todo el país. Los profesionales con dignidad salieron a gritar ¡Ya Basta!


¿Gobernador de dos u ocho años?

Es realmente una comedia esta discusión de “arrejuntarnos” a los cambios federales en los procesos electorales. Duarte culmina, si los dioses del olimpo así lo deciden, en el 2016. Peña Nieto lo hará en el 2018, si su rostro no se sigue desgajando y su ¿férrea? salud le permite concluir el sexenio. Entre el 2016 y el 2018 son dos años, a lo cual los astutos y rapaces legisladores y dirigentes partidistas del PRI, PAN y PRD especulan en sus nueve meses de espera, con tres hipótesis:

1. Que el Congreso local designe al gobernador provisional por acuerdo partidista, lo cual aquí en Veracruz es totalmente factible por las sucias componendas entre ellos.

2. Que se realice una elección, previa campaña, para que el “pueblo” decida quién dirigirá los designios estatales por dos años. Es improbable por la quiebra financiera del Estado y lo costoso de una innecesaria y desgastante campaña.

3. Que Duarte siga otros dos años más: a ver si las pesquisas permiten aclarar asesinatos de periodistas, a ver si logran despejar las causas, culpables y víctimas de las múltiples fosas clandestinas localizadas en Veracruz, a ver si se logra pagar la deuda a la gran cantidad de empresas que no pueden cobrar servicios desde la fidelidad. Gran conflicto que entra en la tómbola para los especuladores, pero el resultado será por línea del altiplano y será quién determine el destino final.


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