miércoles, 15 de mayo del 2024
 
Por Rafael Arias
Columna: Mutatis Mutandis
El otro Veracruz
2014-06-25 | 09:47:52
La versión oficial difundida a europeos y al mundo, fue: “México se transforma para crecer”.

En la aldea globalizada, la real realidad insiste y se hace presente, rebasa fantasías y buenas intenciones, o perversidades y engaños.

El mismo medio de comunicación y muchos otros de alcance mundial, seis días después, divulgan que “México desentierra 31 cadáveres de 12 fosas clandestinas de Veracruz” (ELPAIS.210614).

Las repetidas noticias coinciden y cientos de millones, se enteran de lo que sucede en la tierra del “no pasa nada” y “todo está bien”. Inútil engañar y engañarse. Las grandes enfermedades persisten, por más que algunos esfuerzos resulten en parte efectivos y logren mitigar y hasta disminuir, momentáneamente, oprobiosas y lamentables consecuencias.

En todo caso la enseñanza es clara. Simulación, ineficiencia y delincuencia gubernamental acarrean indiscutibles y caras consecuencias. Elevados costos, de no hacer bien y a tiempo, lo que como servidor público, todos en el gobierno están obligados, “a cumplir y hacer cumplir la ley”.

Organismos como el Instituto de Economía y Paz aseguran que el año pasado, “el gasto por habitante para contener el flagelo, es de los más altos del mundo… Costó a México 173 mil millones de dólares, combatir la violencia del crimen organizado… el monto equivale a un décimo del valor del PIB …aproximadamente mil 430 por habitante.” (LAJORNADA.190614).

Muchos más señalan el problema. “Cuatro informes recientes dibujan a México: es violento, la violencia nos cuesta económicamente a todos; la impunidad que vive el país es sistémica y endémica; y la brecha de desigualdad entre los más pobres y los más ricos es más amplia…

Así retratan al país el Informe sobre México del Relator Especial de la ONU sobre Ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias; el Índice de Paz Global; el estudio Desigualdad creciente, de la OCDE, y el Informe País -del Instituto Nacional Electoral y El Colegio de México…” (PlumasLibres.220614)


Novedades conocidas y padecidas

En pocos años, hay otro Veracruz, gracias a ineficiencia y delincuencia padecidas dentro y fuera, de los diversos órdenes de gobierno; resultado además, del indudable desinterés y apatía de buena parte de la sociedad, sus grupos y del ciudadano común y corriente; y también, producto de irresponsabilidad social, falta de profesionalismo y hasta complicidad, de medios y comunicadores, que excepciones aparte, ocultan o niegan, minimizan o deforman importantes aspectos, asuntos y problemas, gubernamentales y sociales.

El caso es que, hoy en día, el país y el mundo mismo perciben y valoran, una vez más, partes importantes (positivas y negativas) de la realidad veracruzana, formándose una imagen actualizada de sus problemas y asuntos públicos.

Basta una recurrente noticia, como el problema de inseguridad y violencia prevalecientes; el de crisis de la economía, falta de de empelo bien remunerado, injustificado endeudamiento público; o cualquier otra cuestión importante, para que se ponga más atención a la nueva situación estatal.

De igual forma la real realidad cotidiana, que los veracruzanos padecen y comprueban, les hace cambiar respecto al tipo de situación y percepción, de causas y efectos, responsables y victimas. Y, en particular de la calidad de sus gobiernos.

Entre otros, sobresalen aspectos importantes como:

La otra economía. Caracterizada por desaceleración, estancamiento o recesión. Informalidad, subempleo y desempleo. Bajos ingresos, pocas o nulas prestaciones, pérdida de capacidad de consumo, mayores precios de productos y servicios básicos. Y desatención o poco apoyo a empresarios locales.

El del otro tipo de gobiernos. Representativo de administraciones y finanzas públicas locales, ineficientes, debilitadas y hasta en crisis. Injustificado endeudamiento creciente, pasivos oficiales convertidos en “paguitos” o sistema de pagos por influencia, pensiones en crisis y poca obra pública o ausente. Transparencia a conveniencia. Simulación y reedición de cuentas. Complicidad e impunidad.

El del otro asistencialismo y desarrollo social, discrecional, a modo o comodidad. Pobreza, marginación y hambre presentes y crecientes definidas como “minas de oro”; donde más allá de delictivos condicionamiento, manipulación y clientelismo político-electoral, no pocas inexplicables y escandalosas fortunas se hacen de la noche a la mañana.

El de inseguridad y violencia persistentes, contenidas en parte por trabajos coordinados federales, estatales y municipales, pero que requieren mayores esfuerzos y renovados enfoques; y, sobre todo, credibilidad, confianza y respaldo de la población.

El de la ausente o mínima atención al Medio Ambiente y, en particular al agua.

Sin duda, la problemática es más amplia y compleja. Cifras oficiales pueden citarse y reforzar cada aspecto.


Retos y tareas pendientes

Esto y más, urge discutir abiertamente, incorporando al diálogo, debate y análisis público, sus principales componentes y aspectos, cuya presencia, influencia y consecuencias son inocultables. Preciso no quedarse en el tradicional reduccionismo. Lo que sucede no es solo asunto de policías y criminales.

Hacerlo a partir de la garantía y defensa de los derechos humanos, como principio de organización, movilización y participación ciudadana y social responsables. Perseverar en el auténtico fortalecimiento del Estado de Derecho, base de estabilidad y paz social, de administración y procuración de justicia, de crecimiento económico y desarrollo social.





En todos los ámbitos, imprescindibles gobiernos de honestidad, y eficiencia; previsores y oportunos contra ineficiencia, delincuencia e impunidad. Que insistan eficazmente en causas y orígenes de los problemas. De real y no simulado, apoyo y fomento económico y del empleo bien remunerado. De verdadero impulso al desarrollo social, con resultados del permanente combate y reducción de la pobreza.

Y, desde luego, de comprobada protección, remediación previsión y uso racional y sustentable del Medio ambiente.

Hacerlo a partir de los logros y avances del ciudadano y la sociedad. Y también de los pocos o muchos que los gobiernos han conseguido, a base de sacrificios de la población. Identificar logros para consolidarlos e incrementarlos.

No es ni será fácil y rápido. Pero siempre posible si se acude al origen de toda legitimación, a las y los veracruzanos, quienes con, sin, o por encima de malos y peores gobiernos, han salido adelante.

En fin, hasta los vecinos opinan al respecto. Publica el New York Times: “Funcionarios corruptos, élites codiciosas, políticos y policías no salvarán a México”, (Sinembargo.220614).


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