2014-07-07 | 10:09:26

gistra
en la historia de Veracruz como un
hecho que refleja la crisis del gabinete que
no encuentra rumbo ni soluciones en un
Estado que tiene en quiebra sus finanzas
públicas, con una deuda impagable no
reconocida aquí en la aldea, pero allá en
las oficinas de la Secretaría de Hacienda
argumentan la insolvencia en que se encuentra
la tesorería estatal, consecuencia
del desorden y manejo irresponsable de
una década.
Acuden, siempre a pedir anticipos
sobre diversas partidas presupuestarias
para luego poder cubrir parcialmente
los adeudos que tienen con los maestros,
constructores, proveedores, músicos, artistas
y por supuesto para cubrir los gastos
del escape del secretario de seguridad
pública a Brasil según consigna la prensa,
lo grave es que mientras se tiñe de sangre
algunas zonas del Estado, este secretario
anda entonando en los estadios la porra
sancionada por la FIFA. Lo menos que se
puede pedir es que renuncie ya que tiene
más atención en los espectáculos que en la
responsabilidad de atender la seguridad.
El débil de salud política, exsecretario
de Finanzas al aceptar el cargo se dio
cuenta de que había asumido una misión
imposible al ver que los montos autorizados
en el Presupuesto de Egresos del
Estado no coincidían con la realidad.
Sintió el bulling, todos los días aparecen
cuentas por pagar no registradas,
la inf luencia del innombrable en los
Institutos de pensiones, tecnológico,
deporte, espacios educativos, vivienda,
mujeres, desarrollo municipal de capacitación,
cultura, consejos de desarrollo,
comisiones de arbitraje, del agua, y sobre
todo el gasto de 190 millones de pesos
asignados al Comité Organizador de los
Juegos Deportivos Centroamericanos,
Paracentroamericanos y del Caribe 2014
era insuficiente que incluso originó la
renuncia en meses pasados del director
de este comité Dionisio Pérez Jácome.
La filosofía y quehacer político del
fidelato de aplicar “el pinche poder” acabó
con un modelo administrativo que la
federación no acepta compartir por la
informalidad gubernamental, alejada de
las leyes, normas, reglas de operación,
del cumplimiento y la transparencia
que exigen las actuales circunstancias
y las evaluaciones internacionales. Las
auditorías no solventadas obligaron a
devolver dinero a la federación por más
de 8 mil millones de pesos, ese pinche
poder se ref leja en el pinche desorden
administrativo.
El egresado del ITAM conoció que no
hay maestría que habilite para manejar
tal poda administrativa que tiene como
objetivo distorsionar las cuentas para
justificar actos de corrupción.
No vaya a ser que ahora nombren a
un nuevo secretario que lleve el beso del
diablo de esos personeros que tienen, a
estas alturas esa no es una solución.
Ante esta grave crisis de los bajos niveles
de efectividad del gobierno, la patrimonialización
política de los aparatos
administrativos, sin apego al imperio de
la ley y sin control de la corrupción que
padecemos, Veracruz requiere tomar
medidas sustantivas, impulsar iniciativas
que desarrollen la economía del
Estado, que la Secretaría de Hacienda
nombre a un Comisionado de Hacienda,
se intervengan las cuentas y se presente
un programa emergente de rescate con
diez medidas clave que guíen a la segunda
etapa de un programa de crecimiento y
estabilización ante el fracaso del Plan Estatal
de Desarrollo, con estos resultados,
es conveniente valorar que si no pueden
cumplir, renuncien.
Bajo este escenario el calendario electoral
referido a la armonización entre la
ley federal y estatal para convocar a elecciones,
debe llevarnos a recordar que la
democracia no se restringe a los aspectos
electorales sino que incluye los derechos
ciudadanos y el bienestar de la población,
tomar decisiones que den estabilidad
política en la próxima década requiere
urgente una alternancia que someta a todos
y a los ciudadanos al imperio de la ley,
garantice reducir la discrecionalidad y
someta a responsabilidad judicial el ejercicio
de los poderes públicos, los básicos
elementos para garantizar el futuro de
nuestro Estado.