2014-07-09 | 10:04:03

Dante Delgado Rannauro –quien de 1988 a 1992 sustituyó en la gubernatura de Veracruz a don Fernando Gutiérrez Barrios, el cual tuvo que solicitar licencia al Congreso local para asumir la Secretaría de Gobernación con el presidente Carlos Salinas de Gortari– ha comenzado a recorrer la entidad con miras a posicionar su partido, Movimiento Ciudadano, ante la cercanía del proceso electoral federal de 2015.
Habrá quienes supongan también que el exmandatario estatal buscaría reposicionarse ante el electorado veracruzano por la proximidad de la sucesión gubernamental de 2016, en la que quizá buscaría contender por tercera vez consecutiva, pues hasta el momento lleva ya dos intentos frustrados, primero en 2004, cuando perdió ante Fidel Herrera Beltrán, y luego en 2010, frente a Javier Duarte de Ochoa, ambos del PRI.
El domingo pasado, Delgado Rannauro visitó Martínez de la Torre, donde recordó a su auditorio todos los beneficios que durante su cuatrienio como gobernador de Veracruz llevó a esa importante región citrícola. Públicamente retó a todos los exalcaldes martinenses para que compararan las obras de sus administraciones municipales con la suya.
Al que dicen que le tocó la peor parte fue a Gonzalo Morgado Huesca, recién separado de la delegación estatal del ISSSTE, con quien Dante mantenía una rivalidad personal desde el sexenio del exgobernador Rafael Hernández Ochoa (1974-1980), aunque en su administración, para sorpresa de muchos, lo incorporó como su coordinador de giras.
Sin embargo, antes de pensar en la sucesión gubernamental de 2016 el líder fundador de Movimiento Ciudadano –originalmente Convergencia por la Democracia– primero tendrá que enfocarse a la elección federal de 2015, de cuya votación que obtenga dependerá si su partido logra mantener el registro legal para así poder contender al año siguiente por la gubernatura de Veracruz, ya sea con candidato propio o en alianza.
El escenario del proceso electoral federal del año entrante no pinta nada fácil para el instituto político de Dante Delgado, ya que para conservar el registro como partido político nacional la reforma política-electoral recién aprobada por el Congreso de la Unión exige ahora como mínimo el 3 por ciento del total de la votación válida.
Pero, además, Movimiento Ciudadano tendrá que competir con otros tres nuevos partidos que contenderán con registro condicionado en las elecciones federales de 2015, entre ellos el de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), de Andrés Manuel López Obrador, uno de sus aliados históricos de Dante desde que el tabasqueño dirigió al PRD.
Precisamente con López Obrador en la dirigencia perredista, a través de candidatos propuestos en su mayoría por Convergencia, Delgado Rannauro –aún tras las rejas en el reclusorio de Pacho Viejo, donde fue internado a finales del sexenio del gobernador Patricio Chirinos acusado de abuso del poder, enriquecimiento ilícito e incumplimiento de un deber legal– fraguó en la sucesión municipal de 1997 la peor derrota al PRI en Veracruz, cuyo Comité Directivo Estatal era presidido entonces por el exsecretario de Gobierno chirinista Miguel Ángel Yunes Linares.
Sin embargo ahora, en el proceso electoral federal de 2015, entre Movimiento Ciudadano de Dante Delgado, y Morena, de López Obrador, estaría por darse una lucha fratricida, ya que por ser su primera elección, el partido del excandidato presidencial no podrá aliarse legalmente con ningún otro instituto político sino que deberá contender con candidatos propios y alcanzar el 3% de la votación mínima requerida.
Es el mismo caso del Partido Encuentro Social (PES), que preside Hugo Eric Flores Cervantes, y del Partido Humanista (PH), que dirigen Ignacio Irys Salomón, Javier López Macías y Ricardo Pinacho Ruiz, cuyos registros como nuevos partidos políticos nacionales fueron aprobados la noche de este lunes 7 por la Comisión de Prerrogativas del Instituto Nacional Electoral, cuyos dictámenes serían sometidos en la sesión plenaria de este miércoles a la consideración y aprobación del Consejo General del INE para formalizar el paso de organización política a partido.
Ello explicaría por qué Delgado Rannauro ha comenzado a recorrer la entidad, pues se supondría que Veracruz –estado que ya gobernó y en el cual ha protagonizado dos campañas electorales por la gubernatura en los últimos diez años– sería su principal bastión para asegurar el porcentaje mínimo de votos que fijó la última reforma electoral para mantener el registro partidista.
Y es que en el probable caso de que Movimiento Ciudadano no lograra salvar su registro –lo que podría ser posible si en las elecciones de diputados federales de 2015 se repitieran los mismos índices de abstencionismo que se registraron en la jornada electoral del domingo pasado en entidades como Coahuila, lo que obviamente le favoreció al PRI para arrasar–, Dante Delgado no podrá figurar en las boletas en la sucesión estatal de 2016 y tampoco contaría con un membrete para postular o apoyar a cualquier otro candidato, aunque de ninguna manera habría que subestimar al exgobernador sustituto, quien con partido o sin él seguramente volverá a ser un factor importante en el próximo relevo gubernamental como ya lo fue en 2004 y 2010 para impedir que el PAN gobernara Veracruz.
Al tiempo.