Por El Hijo de Sor Juana
Columna: Décima sin musa
¿Fatiga crónica?
2014-07-16 |
22:31:00
El trabajo, cuando se hace con gusto, suele ser placentero; cuando no, es un martirio. En ocasiones aceptamos un trabajo para sobrevivir, y no por la satisfacción que éste pueda producir. Amar y trabajar nos hacen personas satisfechas y optimistas.
Trabajar es placentero
cuando lo hacemos con gusto
lo contrario es un disgusto
poco amable y llevadero
porque para ser sincero
siempre se trabaja bien
si para ganarte un cien
logras que placer produzca
y al mismo tiempo conduzca
a trabajar sin desdén.