2014-07-25 | 09:14:56

El secretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández, hablaba de legalidad y respeto a los derechos humanos en Veracruz durante la inauguración del 5º Foro regional para el diseño del Programa Nacional de atención a víctimas del delito, cuando se encontró con que la realidad de allá afuera era contraría a su discurso oficial.

Ahí en presencia del presidente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, Sergio Jaime Rochín del Rincón, y de la directora de la Comisión Estatal de Atención Integral a Víctimas del Delito, Mireya Toto Rodríguez, recitaba el discurso, un juego de palabras que obedecía a instrucciones, porque es el papel que los funcionarios realizan, obedecen y nada más.

Pero a las afueras del hotel sede del evento, familiares de personas desaparecidas reclamaban al gobierno el incumplimiento al compromiso de recibirlos cada 15 días para “revisar” expediente por expediente e intensificar la búsqueda de sus seres queridos.

Ahí familiares de personas desaparecidas señalaban que el “discurso oficial” se había quedado muy lejano de la realidad, pues al día de hoy pocos casos han sido resueltos. Provenientes de municipios como Xalapa, Cosamaloapan, Xico, Córdoba, Veracruz, Orizaba y Boca del Río, expusieron las negligencias y arbitrariedades que se cometen.

Un padre de familia, Pedro Mávil, del municipio de Xico, dio a conocer a los medios ahí presentes que su hija Gema Mávil Hernández se trasladó a la capital del estado y, según testigos, fue secuestrada en pleno Centro Histórico, a solo cuatro cuadras del Palacio de Gobierno, donde supuestamente hay videocámaras y un fuerte dispositivo de seguridad.

Minerva Espinoza Ramos denunció que su esposo Guillermo Quijano desapareció desde junio de 2012 en Tlapacoyan, en medio de una ola de secuestros y extorsiones, y que hasta el momento la Subprocuraduría Regional y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) no han desplegado algún operativo para poner fin a la inseguridad en la zona, ni buscar a los desaparecidos.

Hubo un sinnúmero de testimonios que reprochaban al gobierno solo palabras y no hechos, y es que aseguran que han solicitado la reapertura de expedientes, los videos de las cámaras de vigilancia del Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C-4) y reanudar las investigaciones ministeriales, sin respuesta alguna.

Mientras tanto, Erick Lagos, reiteraba el compromiso del gobierno estatal de trabajar estrechamente con las autoridades de los tres órdenes, en aras de alcanzar la prosperidad y el bienestar que México merece en este ámbito. Lo realmente alarmante -como han coincidido miles de veracruzanos- es el permanente interés de ocultar la realidad, cuando lo ideal sería reconocer la gravedad de los hechos y avanzar.

Las estrategias sobre el tema han sido incuantificables, como ejemplo, la una estampa de que en Veracruz no pasa nada, pero la realidad siempre los alcanza y es ahí donde el tema se complica; se trata de una problemática que empezando a reconocer, se avanzaría.

Los errores se siguen cometiendo, con estrategias equivocadas y discursos en lo que ya nadie cree, que generan descontento social como el pasado miércoles se pudo observar.

Diversas organizaciones no gubernamentales han denunciado que a pesar de solicitar las cifras oficiales de desaparecidos en Veracruz, no han tenido respuesta.

El Colectivo por la Paz, por ejemplo, ha reiterado que han solicitado, a través del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, avances a la Procuraduría de Justicia del Estado cifras y hasta hora no hay nada al respecto.

Cifras oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Publica, muestran que en lo que va de la actual administración, al menos 104 casos de mujeres han desaparecido en la entidad, de ellos, 35 por ciento corresponden a niñas de 11 a 15 años; 15.5 por ciento a adolescentes de 16 y 17 años; 27 por ciento son jóvenes de 18 a 24 años; y 7 por ciento son mujeres de 25 a 29 años.

De las 104 mujeres víctimas de desaparición, 85 por ciento son niñas, adolescentes y jóvenes.

Reconocer es lo primero que se tiene que hacer, a fin de cuentas se trata de una problemática nacional y ocultar lo que ocurre solo agrava la situación. ¡Así las cosas en Veracruz!