viernes, 03 de mayo del 2024
 
Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Yo amo a Saltillo con amor filial
2014-07-28 | 09:32:46
Todo hombre necesita una mujer hermosa,
una mujer inteligente, una mujer hacendosa,
una mujer ardiente. Es decir, todo
hombre necesita cuatro mujeres...
Cuando Afrodisio se casó le dijo a su
dulcinea: “Te haré el amor los días cuyo
nombre tenga la letra e; vale decir el lunes,
el martes, el miércoles, el jueves y el
viernes. El sábado y el domingo descansaré
a fin de reponer mis fuerzas”. Cierta
noche Afrodisio dormía profundamente,
y despertó al sentir que su mujercita lo besaba
y acariciaba con evidentes ansias de
erotismo. Adormilado le preguntó: “¿Qué
día es hoy?”. Respondió ella, vehemente:
“¡Sabadoe!”...
Avidia les contó a sus amigas: “Cuando
mi marido y yo nos divorciamos nos dividimos
la casa. A mí me tocó lo de adentro
y a él lo de afuera”...
En una noche de tormenta el granjero
oyó que alguien llamaba a la puerta de
su casa. La abrió y vio a un viajero que le
pidió posada por esa noche, pues su automóvil
se había descompuesto. “No sé si
deba recibirlo -vaciló el granjero-. Usted
es joven, y tengo una hermosa hija en edad
de merecer. Podría usted aprovecharse de
ella”. “Eso es imposible, señor -respondió
con voz triste el viajero-.
Sufrí una penosa enfermedad a consecuencia
de la cual el cirujano tuvo que
amputarme mi atributo de varón. Puede
usted estar tranquilo”.
Con esa seguridad el granjero lo admitió,
y aun le permitió compartir el lecho con
la muchacha, garrida moza de 18 abriles,
agraciada faz y opulenta carnadura. A media
noche, sin embargo, el hombre sintió
cierta inquietud. Con pasos tácitos se dirigió
a la habitación de su hija alumbrándose
con una palmatoria.
Sin hacer ruido abrió la puerta, y con la
vela iluminó la escena. ¡Cuál no sería su
sorpresa al ver al viajero y a la moza entregados
a la ancestral tarea de planchar
ombligos! “¡Oiga, joven! -le reclamó el
granjero con enojo al esforzado follador-.
¡Usted me aseguró que el médico le había
cortado su atributo varonil!”. “Y es cierto
-repuso el individuo sin suspender su
afán-. Pero me dejó un muñoncito de 22
centímetros”...
Le dijo un tipo a otro: “Soy hombre de
pocas palabras”. Suspiró el otro: “Yo también
soy casado”...
El político en campaña vio a una mujer
rodeada de ocho niños. “Todos son míos -le
dijo ella, orgullosa-. Y en la casa tengo otros
cuatro”. El político sacó su calculadora y
sumó. “¡12 hijos! -exclamó admirado-. ¡Su
esposo debe tener un condominio!”. “Tiene
varios -respondió la señora-, pero nunca se
los quiere poner”...
El pasado viernes Saltillo cumplió 437
años de existencia. Conocí a mi ciudad
cuando aún cabía en el hueco de mi mano
de niño; la vivo ahora- con desconcierto a
veces- que es una gran población. Nació
un 25 de julio, fiesta del apóstol Santiago,
patrón también de España.
En mi otra juventud recorrí el camino
jacobeo por la ruta francesa: Roncesvalles,
Santo Domingo de la Calzada, Burgos,
León... Pero tengo al Hijo del Trueno aquí
en mi casa, pues a él está dedicada la hermosa
catedral de Saltillo. “Sancto Patrono
Iacobo dicatum”, reza la inscripción latina
sobre el altar mayor. “(Templo) dedicado
al santo patrono Santiago”.
Este Santiago no es el belicoso paladín
de los ejércitos que combatieron a los moros.
Es el apóstol de la paz, el homo viator
que muestra las insignias de los peregrinos:
el báculo, la venera, el bule o guaje para
llevar el agua.
Yo amo a Saltillo con amor filial. He inventado
hipérboles desaforadas para decir
lo enamorado que estoy de mi ciudad. Por
ejemplo, aquella historia de las mujeres y
hombres que estaban en el Cielo sujetos a
los muros con cadenas. Explicó San Pedro:
“Es que son de Saltillo, y si no los encadenamos
se nos devuelven para allá”.
Todo lo anteriormente dicho me sirve de
vacilante introducción para hacer un voto
de agradecimiento. Sucede que con motivo
del aniversario de la ciudad el periódico
Vanguardia hizo una encuesta entre sus
muchos lectores. Les preguntó: “¿Quién es
en su opinión el personaje más importante
de Saltillo?”.
Por abrumadora votación -a mí me
abrumó- mis paisanos me escogieron
a mí. No tengo otro medio más que éste
para expresarles mi agradecimiento. La
única manera de corresponderles es prometiéndoles
que a pesar de mis fallas -y
son muchas- seguiré esforzándome por
merecer su afecto. Muchas gracias... FIN.

MIRADOR
››armando
fuentes aguirre
Hay en el cementerio de Ábrego una
tumba. Quienes saben oír las voces de
la tumba escuchan la voz de quien en
ésta se halla:
“Cuando vivía pensé que lo era todo.
Aquí sé que no fui nada. Siempre
quise tener mucha tierra. Muy poca se
necesitó para cubrirme. Lo único que
debí ambicionar fue no tener ambición
mala. Mi riqueza debió haber sido no
envidiar la riqueza ajena. Por causa de
mi codicia no viví. No amé a una mujer;
no disfruté el pan ni gocé el vino;
ningún amigo tuve; nunca soñé; jamás
canté una canción. Ahora sé que estaba
muerto aun antes de morir. Tú que
estás ante mi tumba y eres igual que
yo, sal de tu tumba. Vive. Goza la vida.
Ya llegará la muerte. No la anticipes tú
muriendo en vida”.
Así dice esa tumba del cementerio
de Ábrego. Quienes oigan su voz pregúntense
si aún están vivos o murieron
ya.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“... Los normalistas de Oaxaca no se
someterán al examen de la SEP...”.
No serán examinados.
Quieren vivir en la hueva.
Sin necesidad de prueba
todos ya están reprobados.


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