domingo, 05 de mayo del 2024
 
Por Leo Zuckermann
Columna: Juegos de Poder
¿A favor o en contra del fracking?
2014-08-07 | 10:16:00
Váyase usted acostumbrando a escuchar esta palabrita que, traducida al español, significa “fractura hidráulica”. Muy pronto, y de manera creciente, habrá muchos debates en torno a esta técnica que permite extraer gas y petróleo de grandes profundidades del subsuelo. Como resultado de la Reforma Energética, es previsible que empresas privadas estén interesadas en explorar y explotar este tipo de pozos en la misma área geológica que compartimos con Texas, estado donde ya están extrayendo hidrocarburos de miles de pozos que se han perforado en los últimos años. Se trata, por un lado, de una extraordinaria manera de ganar buen dinero pero, por la otra, hay alegatos de que esta técnica lastima mucho el medio ambiente.
Para formar mi opinión si estoy a favor o en contra del fracking, he leído algunos artículos sobre el tema desde las dos perspectivas. También vi un par de documentales que recomiendo ampliamente.
El primero que salió al público fue Gasland. Ganó un Emmy y estuvo nominado a un Oscar. Está escrito, dirigido y conducido por Josh Fox, quien tiene una casa en la zona rural de Pensilvania. Un buen día recibió una carta en la que una compañía gasera le proponía arrendar parte del terreno para perforar, usando la técnica de fracking, pozos en su propiedad. Se puso a investigar y de ahí salió el documental. Encontró mucha evidencia de que la fractura hidráulica es tremendamente dañina para el medio ambiente, en particular para el agua dulce que consume la gente.
Aquí hay que hacer un paréntesis para explicar en qué consiste el fracking. Con una nueva tecnología se perfora el subsuelo. El taladro puede llegar a profundidades enormes de entre uno y tres kilómetros, muy por debajo de los mantos acuíferos. Luego el taladro gira noventa grados y comienza a perforar de manera horizontal. A continuación, se inyectan gigantescas cantidades de agua a presión mezclada con algunas sustancias químicas. De esta forma se fractura el subsuelo lo cual permite que se libere el gas y petróleo atrapado en las rocas conocidas como “esquistos”. El agua con los químicos se regresa a la superficie donde tiene que ser procesada.
Gracias a esta nueva técnica, se está dando una revolución energética en Estados Unidos, país que ha incrementado de manera importante su producción de gas y petróleo. En el documental de Fox, vemos los problemas relacionados con el fracking. En primer lugar, se necesitan enormes cantidades de agua para la perforación. De acuerdo a un artículo de Claudia Campero, “pueden emplearse de nueve a 29 millones de litros por pozo”. El segundo problema son los químicos que se mezclan con el agua para fisurar y diluir las rocas. De acuerdo a Fox, son altamente contaminantes. Luego está la polución en el aire que generan las aguas mezcladas con los químicos que regresan a la superficie.
También se alega que el fracking puede producir movimientos sísmicos. Pero la crítica más importante de Fox es que, una vez hechos los pozos, hay evidencia de que el agua en la zona queda contaminada con gas y otros elementos de tal manera que no se puede utilizar.
El segundo documental que vi fue FrackNation de Phelim McAleer. Según este simpático periodista irlandés, decidió hacer este trabajo porque la visión de Fox estaba muy sesgada en contra del fracking. Él quería algo más equilibrado. A través de un sitio de Internet donde se recaudan fondos para proyectos sociales, McAleer consiguió el dinero para realizar su documental donde entrevista a todos aquellos que, por una razón u otra, no salen en Gasland, sobre todo a los beneficiarios de los pozos de fracking de una pequeña comunidad rural de Pensilvania.
McAleer trata de entrevistar a Fox para su documental, pero éste se rehúsa. Y es que una parte central de Gasland tiene que ver con impresionantes escenas donde la gente puede literalmente prender, con un encendedor, una llama del agua que sale de sus lavabos. McAleer argumenta, sin embargo, que este fenómeno ya existía antes del fracking por la existencia de manantiales gaseosos en estas áreas. Fox no incluyó esta información porque la consideró irrelevante.
En fin, seguiré informándome sobre el fracking para formarme una opinión si estoy a favor o en contra de que se hagan este tipo de pozos en México. Por lo pronto, ya tengo una gran duda: de dónde van a salir los millones de metros cúbicos de agua que se requieren para perforar este tipo de pozos; porque resulta que donde tenemos gas y petróleo de esquisto es en una zona desértica en los estados norteños de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.

Twitter: @leozuckermann
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