2014-08-14 | 09:59:56

Como sabemos, la carrera presidencial en Estados Unidos es muy larga. Ya comenzó y la pregunta que todo mundo se hace es si Hillary Clinton –la ex Primera Dama, ex senadora de Nueva York, ex aspirante presidencial quien perdió la nominación demócrata en 2008 con el actual presidente Obama, y ex Secretaria de Estado– competirá otra vez para ver si ahora sí gana la candidatura presidencial del Partido Demócrata en las elecciones de 2016. Todo indica que esta semana, la esposa del ex presidente Bill Clinton se “destapó” distanciándose de su ex jefe Obama.
Lo hizo en una entrevista que le dio a Jeffrey Goldberg, publicada por la revista The Atlantic, y que ha sido la gran nota política en Estados Unidos esta semana. Toda la comentocracia de ese país está hablando de ella. Y todos coinciden en que comenzó el distanciamiento de Hillary con Obama como una manera de empezar su campaña rumbo a la Casa Blanca.
¿Por qué habría Clinton de hacer esto? Muy sencillo: porque Obama es un Presidente muy poco popular en su país. De acuerdo al promedio que calcula realclearpolitics.com de las últimas encuestas publicadas, el 53.3% de los estadounidenses desaprueba la manera como está gobernando el país; sólo el 41.1% lo aprueba, lo cual quiere decir que tiene una diferencia negativa de menos 12.2 puntos porcentuales. Son números muy malos para un Presidente que todavía le quedan un par de años en la Casa Blanca. Para ponerlo en términos comparativos, la impopularidad actual de Obama es similar a la que tenía George W. Bush a la misma altura de su mandato, es decir 2024 días después de haber tomado posesión.
Hillary, en cambio, es una de las políticas más populares de Estados Unidos. De acuerdo a Gallup: “Clinton, quien ha terminado su gira para promover su libro de memorias como Secretaria de Estado, Hard Choices, ha mantenido su alto índice de popularidad a nivel nacional, con el 55% de todos los estadounidenses manifestando una opinión favorable sobre ella y el 36% desfavorable”. No es gratuito, entonces, que sea la favorita de los demócratas para ser su candidata presidencial. De acuerdo al promedio de las últimas encuestas preelectorales que calcula realclearpolitics.com, el 64.5% de los votantes registrados como demócratas votaría por ella en la elección primaria. En un segundo lejano lugar se encuentra el vicepresidente Joe Biden con el 10.3% de las preferencias.
¿Qué le dijo Hillary a Goldberg que tanta cobertura mediática ha causado? Ciertamente fue muy cuidadosa con Obama a quien calificó como un tomador de decisiones muy analítico e increíblemente inteligente. Pero también critica, y muy duro, la actual política exterior del Presidente. El análisis más crítico tiene que ver con el supuesto principio doctrinario que ha seguido Obama en esta materia y que se reduce a la expresión: “no hacer cosas estúpidas” (al parecer la frase original era “no hacer mierda estúpida”).
De acuerdo a Clinton: “las grandes naciones necesitan principios organizativos y ‘no hacer cosas estúpidas’ no es un principio organizativo. A lo mejor es un freno necesario a acciones que uno podría realizar para promover una visión”. Goldberg entonces le pregunta a Hillary si el Presidente se había salido del camino al sugerir que, en una nuez, ése era su principio. Clinton le contesta: “Creo que estaba tratando de comunicarle a los estadounidenses que él no va a hacer algo loco […] Pienso que es cauto porque sabe que heredó dos guerras y un frente económico; ha invertido mucho capital y energía para tratar de sacarnos del hoyo en el que estábamos metidos”. Goldberg le cuestiona cuál sería su principio organizativo, a lo que Hillary, mañosamente, le responde que “paz, progreso y prosperidad” e inmediatamente cambia el tema a la necesidad de tener una mejor economía nacional, el asunto que más le preocupa al electorado de ese país.
En fin, que Clinton anda “destapándose” lo cual implica distanciarse de Obama para establecer su propio sello político. Como dice el columnista David Brooks del New York Times, Hillary está hablando como un demócrata al estilo de Truman o Kennedy: “es mucho más multilateral que los Republicanos, pero hay cierto tono muscular, una cierta suposición de que hay ideologías hostiles que amenazan a EEUU”. Ella tiene una visión diferente a la cautelosa de Obama. Una estrategia para que ese país, como resume Brooks, pueda “contener, detener y derrotar a sus enemigos anti-democráticos”. En suma, se está presentando como una política más dura que Obama.


Twitter: @leozuckermann