domingo, 05 de mayo del 2024
 
Por Catón
Columna: De politica y cosas peores
Testimonio político
2014-08-20 | 09:41:59
“¡No puedo creer que te estés acostando con
mi mejor amiga!” -le dijo con enojo doña
Macalota a su coscolino esposo don Chinguetas.
Replicó éste: “¿Tan difícil te resulta
creer que me encuentre atractivo?”. “Claro
que sí -contestó ella-. Sobre todo después
de lo mal que le he hablado de ti”...
Pirulina, muchacha fácil de cuerpo, hacía
una distinción entre los hombres. Decía:
“Si no me gustan, me dejo. Si me gustan,
colaboro”...
Reveló muy nervioso a sus músicos el
maduro director de la sinfónica: “Debo
estar volviéndome loco. Está empezando
a gustarme el rock”...
El enamorado le propuso matrimonio a
su dulcinea, y ella inmediatamente le dio el
sí. Feliz, el muchacho llamó por el celular
a su papá y le dio la buena noticia: estaba
comprometido ya para casarse. Le dijo el
padre, hombre machista: “Ahora vamos
a saber si eres un hombre de verdad o un
ratoncito.
Si esta misma noche le haces el amor a tu
novia, es que eres un hombre. Si te esperas a
hacérselo hasta que estén casados, entonces
eres un ratoncito”. “Caramba -se preocupó el
muchacho-. En ese caso debo ser una ratota.
Ya se lo he estado haciendo desde hace más
de un año”...
Don Sinople, hombre rico, pilar de la comunidad,
compró en una elegante joyería
un hermoso y carísimo brazalete de esmeraldas.
Le preguntó el joyero al tiempo que
se lo entregaba: “¿Es para su esposa?”. En
ese mismo instante entró por casualidad
en el local doña Panoplia de Altopedo, la
esposa de don Sinople. Contestó él, mohíno:
“Ahora lo es”...
Rosa del Tepeyac Flores Dávila, gentil e
inteligente amiga, hija de quien fue gobernador
de Coahuila, don Óscar Flores Tapia,
me relató una anécdota de su padre que me
conmovió.
En su lecho de muerte don Óscar le contó
que se le había aparecido Jesús. “Mi papá
jamás se anduvo con medias tintas -comenta
Rosita-. No se le apareció un ángel, o un
santo, y ni siquiera la Virgen María: se le
apareció Jesús en persona”.
Don Óscar le hizo saber a su hija el mensaje
que recibió del divino maestro: “Me dijo
que me fuera sin pendiente por Orozco. Que
Él no lo dejará de su mano”.
Aun en presencia de la muerte Flores
Tapia se preocupaba por Roberto Orozco
Melo, colaborador cercano suyo y, desde la
juventud, su más cercano amigo, el que le fue
leal hasta lo último y lo acompañó en días
de tribulación. Hombre bueno es Roberto,
hombre de bien.
A su elevada calidad humana añade una
fina sensibilidad: su poesía ha merecido el
honor de las antologías, y su obra periodística
-la empezó en Parras, su solar nativo,
al lado de José Natividad Rosales- tiene
importancia primordial.
Sintió la vocación del servicio público: fue
un excelente alcalde de Saltillo, diputado a
la legislatura local y secretario general de
Gobierno. Ahora Roberto nos entrega su
más reciente libro: “Óscar Flores Tapia de
cerca y de lejos”. Es el retrato de un hombre
de origen modestísimo que llegó al máximo
cargo civil de su Estado.
Fruto de su tiempo y de su circunstancia,
Flores Tapia tuvo aciertos y errores, pero
amó intensamente a Coahuila y a Saltillo, su
ciudad natal, y les dio lo mejor de sí mismo.
Cuando se vio obligado a dejar el poder
lo hizo con serenidad, sin amarguras ni
rencores. La gente común -soy parte de
ella- le guardó afecto siempre, y lo sigue
recordando con cariño y agradecimiento.
El libro de Orozco Melo aparece en una
pulcra, pulquérrima -¿cómo voy a dejar
pasar la ocasión de usar ese inusual superlativo?-
edición de Miguel Ángel Porrúa,
gran editor, librero grande. Testimonio
político de primera mano, es sobre todo
un entrañable homenaje de un amigo a su
amigo. En estos tiempos -y en todos- eso
vale mucho.
Hubo un pleito en la boda. Los invitados
se trenzaron en una pelea a puñetazos, remoquetes,
tortazos, puñetes y guantazos, si
bien quizá no necesariamente en ese orden.
Llegó la policía, y un oficial preguntó a los
rijosos: “¿Quién empezó el pleito?”. “Señor
oficial -se adelantó un sujeto-. Yo fui novio
de la recién casada. Le pedí que bailáramos
una pieza -Amor perdido, por más señas-,
y estábamos bailando comedidamente
cuando llegó el novio y sin razón alguna le
dio a su mujer un tremendo puntapié en las
pompas”.
“¡Caramba! -dijo el policía-. ¡Debe haberle
dolido mucho!”. “¡Claro que me dolió! -exclamó
con enojo el ex novio-. ¡Con la patada
me quebró dos dedos de cada mano!”. FIN.

mirador
››Armando Fuentes
Aguirre
Variación opus 33 sobre el tema de
Don Juan.
Don Juan fue un seductor, sí, pero
jamás -como falsamente dijo Tirsoun
burlador.
Las mujeres le pedían invariablemente:
-Júrame que me amarás por siempre.
Y
él invariablemente respondía:
-Te juro que te amaré mientras te
ame.
Jamás rompió su juramento, aunque
a muchas las amó sólo una noche.
¿Burlador don Juan? Mentira.
Vivió los engaños del amor, pero
a ninguna mujer engañó ni con el
pensamiento. Cuando estaba con
una estaba con ella, nada más. Pocas
mujeres pueden tener la certidumbre
de que su hombre no ha pensado alguna
vez en otra mientras le hacía el
amor a ella. Las mujeres de don Juan
tuvieron siempre esa seguridad.
Don Juan es el hombre más fiel que
ha existido.
Lo digo yo que lo conozco bien.
¡Hasta mañana!...
manganitas
››por afa
“...Empezaron las clases...”.
Algunos me comentaron
con absoluta certeza
algo que me dio tristeza:
en Oaxaca ya acabaron.


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