sábado, 27 de abril del 2024
 
Por Pedro Meré
Columna: Hablemos del Rey
Ejemplo
2014-10-01 | 21:44:37
La semana pasada el mundo del beisbol fue testigo de la emotiva despedida de uno de los peloteros más rentables de las últimas décadas en el beisbol de las Grandes Ligas, me refiero el retiro del “Capitán América” Derek Jeter, el cual más allá de ser a lo largo de su larga carrera un pelotero con buenos números, sin escándalos, se ha convertido en un símbolo de la organización deportiva más importante del mundo, los Yanquis de Nueva York.
Lo que lo llevó a esta posición al igual que otros peloteros como el mismo Mariano Rivera retirado apenas la temporada pasada con la misma organización, no fue otra cosa que la continuidad.
A lo largo de toda su carrera, incluyendo su formación en sucursales hasta las dos décadas en las mayores, lo hizo vistiendo los colores de los bombarderos del Bronx, estas décadas, sin duda, marcaron en él una identidad de juego de la cual ya hemos hablado, no solo se refleja en el terreno de juego, sino también en su relación con los fanáticos.
Esta identidad en sistema de juego es decir su filosofía como ‘Yankee’ al salir al terreno, forma una atmósfera positiva que hasta los aficionados la sienten generando algo más que un espectáculo deportivo, que solo el beisbol puede dar.
Esto se vio reflejado en su despedida de los diamantes, pues la afición, medios, compañeros y contrincantes reconocieron su trabajo, esfuerzo, carrera y aportación al beisbol en general, haciéndolo un momento mágico que hasta la persona más fría, al ver esta despedida, se le erizó la piel.
Estas despedidas inolvidables y momentos dignos de recordar que el beisbol nos regala, solo es posible con la continuidad que a su vez da la identidad, y una vez obtenida esta identidad se forman las leyendas.
Desafortunadamente este modelo de jugadores franquicia en México está prácticamente desaparecido, parece que ya en nuestro beisbol ya no tenemos ídolos, que ya no tenemos iconos, tal parece que hoy nos esforzamos más por estrellas que lleven a un equipo a competir en la liga y tal vez pelear por un campeonato.
Nuestro beisbol ya no se preocupa por formar peloteros que cuando llegue al diamante tenga todo en común, un sistema, una ideología, una filosofía, una identidad, pues los que practican este modelo no solo ganan un campeonato esporádicamente, si no que marcan contundentemente una época.
Es tiempo de voltear a ver lo que en algún tiempo se hizo y que ya no se hace, es tiempo de que a nuestro beisbol regresen esos nombres que al pasar de los años forman parte de nuestra historia, que nos hacen sentir una pasión especial por nuestro deporte y que genera esta magia que en ningún otro deporte se da, el tiempo.
Estoy convencido que esto detonaría el nivel de juego de nuestros equipos, de nuestras ligas y del beisbol en general. El caso del capitán, Jeter, es un ejemplo más de lo que en este espacio hemos hablado ya en repetidas ocasiones, continuidad e identidad.
Así amigo lector yo lo espero la próxima semana en este mismo espacio para seguir hablando de este hermoso deporte que llamamos el REY.


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