domingo, 05 de mayo del 2024
 
Por Aurelio Contreras Moreno
Columna: Rúbrica
Crímenes de Estado
2014-10-07 | 09:28:45
últimas semanas y meses están poniendo
a prueba –y en duda– al entramado
institucional del Estado mexicano, que
luce incapaz de detener la ola de violencia
que se propaga por el país.
La ejecución sumaria de los estudiantes
normalistas de Ayotzinapa, en
el estado de Guerrero, a manos de la
policía municipal de Iguala, demuestra
el nivel de podredumbre y colusión de los
sistemas de seguridad estatales con los
grupos criminales, en este caso de una
entidad gobernada por un priísta con
parapeto de perredista “de izquierda”.
La indignación por este atroz crimen
ha sido tal, que la permanencia en el
poder del gobernador Ángel Aguirre
Rivero pende de un hilo. Sin embargo,
el problema va mucho más allá de que
caiga o no un mandatario estatal que
ha demostrado ser totalmente incapaz
de dar certeza alguna a la población de
ese estado, que vive en medio del terror
y la violencia.
La masacre de Ayotzinapa, como
la de Tlatlaya en el estado de México y
hace meses la de Cosamaloapan en Veracruz,
hablan de un profundo estado
de descomposición social y política, de
gobiernos rebasados o controlados por
las bandas criminales, así como de un
enorme desprecio por la vida. De una
bestialidad no propia de seres humanos
en sus cabales.
La participación de fuerzas policiacas
y/o militares en estos execrables actos
tendría que enmarcar tales delitos en la
categoría de crímenes de Estado contra
la población indefensa. El gobierno de
Enrique Peña Nieto tiene que responder
y dar con los responsables materiales y
políticos de esta auténtica degradación
humana, y por supuesto, aplicar la ley,
sin miramientos ni contemplaciones.
Mucho menos anteponiendo intereses
políticos o electorales.
Ya hemos hablado antes del fracaso
de la estrategia de seguridad de la presente
administración federal, que no
varió respecto de la del anterior sexenio
más que en su forma de comunicarla a
la opinión pública. En los hechos, México
sigue ahogado en un mar de sangre,
aunque ahora ya no se mencione en los
noticieros de televisión ni en la prensa
“nacional”.
Pero lo que ha sucedido recientemente
va más allá de lo que nos podemos
imaginar. Asesinar a mansalva a jóvenes
estudiantes que protestaban por la brutalidad
policiaca, o ejecutar a presuntos
delincuentes que ya se habían rendido
nos remite a conductas propias de los
“escuadrones de la muerte” que en la
década de los 70 del siglo pasado sembraron
el terror en toda América Latina,
con la finalidad de mantener “la seguridad”
y la “estabilidad” de los regímenes
que perpetraban esos crímenes.
¿Eso es lo que debemos esperar del
Estado mexicano ahora?
Prensa vendida
y la ‘libertad de expresión’
Desde el pasado viernes, el portal periodístico
de reciente creación www.
prensavendida.com que dirige en la
capital de Veracruz el profesor y periodista
Guillermo Manzano Sánchez, fue
atacado y “tumbado” de la red.
Al parecer, el talante crítico de este
portal incomodó a quienes con la voz engolada
se llenan la boca afirmando que
en Veracruz hay un “respeto irrestricto”
a la libertad de expresión.
No deberían perder de vista una
máxima de la relación prensa-poder:
cada día que pasa, ellos, los gobernantes,
son menos poderosos. Y nosotros,
somos más periodistas.
No falla.
Email: aureliocontreras@
gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
Entradas Anteriores












NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México


NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México