domingo, 28 de abril del 2024
 
Por Leo Zuckermann
Columna: Los juegos del poder
Los juegos del poder
2014-10-08 | 09:54:16
¿Y si los estudiantes del Poli dicen que no?


Les dieron todo. “Sí” a los diez puntos del pliego petitorio de los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN). El secretario Osorio Chong en realidad no negoció: claudicó. Al acceder a todo, con el fin de desmovilizar lo más rápido posible la protesta estudiantil, el gobierno enseñó que le tiene mucho miedo a este tipo de movimientos confiriéndoles un gran poder a los estudiantes. “Lo que ustedes quieran, muchachos”, fue el mensaje. Algunos no lo entendieron y otros lo entendieron muy bien.
Están, por un lado, los que no se la creen. Los que desconfían del gobierno. Los que andan diciendo que la respuesta de la Secretaría de Gobernación fue “incompleta e imprecisa”. Que les plantearon “respuestas sin sustento y sin compromiso para su cumplimiento”. Que, por tanto, se inclinan a no levantar el paro indefinido “hasta que sus demandas sean resueltas con claridad y seriedad”.
Se refieren a la respuesta que les dio Osorio el viernes pasado. No podía ser de otra manera en una manifestación sobre la calle. Ese no era el lugar para entrar en detalles. Lo único posible en un escenario así era aceptar todo de manera general y rápida: se cancela el reglamento interno y los planes de estudio reformados, la Policía bancaria dejará de prestar el servicio de seguridad, los ex directores dejarán de recibir pensiones vitalicias, el Consejo Consultivo convocará para diseñar una nueva forma de elección de las autoridades escolares, aumentará el presupuesto educativo y no habrá represalias. Además, aquí está la cabeza de Yoloxóchitl Bustamante en bandeja de plata.
Les dieron todo lo que pedían. Bien dice Jesús Silva-Herzog Márquez: “Un gobierno negocia cuando es capaz de defender sus argumentos al tiempo que atiende los argumentos contrarios. Nada de eso vimos en el espectáculo de Bucareli. Para disolver un movimiento, un político acepta todo sin esgrimir un solo argumento. El elogio de la multitud basta. Por eso el espectáculo reciente puede convertirse en un ejemplo perverso. La negociación es lo contrario de la cerrazón, sí. También lo es de la dejadez”.
Por eso, por otro lado, también están los estudiantes que entendieron perfectamente la “dejadez” del gobierno. Al darles todo, comprendieron que les tienen mucho miedo. Van, por tanto, por más.
Desde el viernes se escucharon voces en este sentido. Ya no sólo querían la renuncia de Bustamante sino que “sea investigada ahora por el manejo de recursos en el IPN”. Luego los profesores del IPN se montaron en la ola que levantaron sus alumnos. Ya están preparando su propio pliego petitorio: el perfil que debe tener el próximo director general, un Congreso Politécnico “como primer paso para la refundación del instituto”, la liberación de las plazas de tiempo completo vacantes y el otorgamiento de mayor presupuesto para laboratorios. Más lo que se acumule esta semana.
Por desgracia, me atrevería a pronosticar que los estudiantes del Poli van a decirle que “no” al gobierno. Y paradójicamente ambas partes van a salir perdiendo.
Los estudiantes van a quedar muy mal ante la opinión pública. Vendrá una ola mediática muy crítica en su contra. Los van a pintar, con toda razón, como malos ganadores. “Les dieron todo y dicen que no”, serán los titulares de los periódicos. En el mejor de los casos se dirá que este movimiento, como muchos de universitarios anteriores, fue capturado por los “ultras”, por los radicales que quieren desestabilizar al gobierno debido a sus convicciones ideológicas.
El gobierno también perderá frente al “no” estudiantil. No habrá logrado el objetivo de desmovilizar la protesta y que los estudiantes vuelvan a las aulas. Continuará el paro y las protestas corriendo el riesgo de juntarse con las que vienen de Guerrero por el terrible asesinato y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. Un escenario nada agradable para un gobierno que quiere vender la idea de un México moviéndose hacia la modernidad.
Sinceramente espero equivocarme. Ojalá los estudiantes acepten la respuesta del gobierno y ahí termine este movimiento. Que los politécnicos demuestren que sí saben ganar. Pero me temo que esto se parece cada vez más a un partido de fútbol en que un equipo va ganando cómodamente pero ya se dio cuenta que el rival tiene miedo y, si presionan más, pueden meterle una goliza.

Twitter: @leozuckermann
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