2014-10-11 | 10:31:41

Una de las profesiones mas bellas,
interesantes y motivantes que
podemos encontrar es la de ENTRENADOR
DE NATACIÓN.
Cuando nosotros en la escuela
o facultad de educación física y
deporte o en la escuela de entrenadores
conocemos el amplio
panorama de tareas que hay en
todas las disciplinas deportivas,
encontramos la de llegar a ser un
entrenador acuático.
Esta tiene un especial atractivo
para los maestros e instructores.
Pero antes de tomar una decisión
hay que reflexionar detenidamente:
¿Por qué quiero ser un
entrenador de natación?
Cada profesional del
entrenamiento
de la natación debe saber
cabalmente las razones que lo
llevan a desempeñarse en esta
profesión.
Si usted es capaz de responder
a eso, adelante, pero si usted no
puede contestar fácil y rápidamente
por sí mismo, la respuesta
es, realmente usted no es adecuado
para ser un entrenador de
natacion y eso debe saberlo.
Hay probabilidades que quien
ha sido un buen maestro o instructor
puede llegar a ser un buen
entrenador. Pero esta no es una
regla. La mayoría de las veces
un buen maestro no es un buen
entrenador.
Nos hemos encontrado a muy
buenos maestros que han enseñado
a sus deportistas el abc
de la técnica, pero que cuando
quieren llevar a esos alumnos al
terreno del entrenamiento llega el
momento en que sus habilidades
técnicas se ven rebasadas.
El Principio de Peter en acción.
A veces hay muchas más razones
por las que a uno no le gustaría
ser entrenador que razones por las
que uno quiere ser.
Al igual que no todo el mundo
quiere ser el jefe de taller, o el jefe
de equipo, o el líder en los negocios,
no todo el mundo quiere ser
un entrenador.
Y todo mundo tiene derecho a
no ser un entrenador.
Esta es una responsabilidad
que no todos quieren tomar.
Los buenos entrenadores necesitan
prepararse, capacitarse,
estar siempre actualizados no
solo en la disciplina de la natación
sino también conocer las ciencias
coadyubantes a su trabajo.
El trabajo del entrenador verdaderamente
dedicado a su labor
es muy arduo. Muchas veces limita
su vida personal y familiar.
Su tarea no solo es una formación
en el aspecto físico-deportivo,
sino también en los valores
humanos de sus deportistas.
A la par que trabaja para mejorar
el desempeño de sus nadadores
hace labor para que estos
sean mejores personas cada día.
Y como en todos los aspectos
de la vida, en el entrenamiento
también hay niveles.
Así tenemos entrenadores
malos, regulares entrenadores,
buenos entrenadores, excelentes
entrenadores y entrenadores
élite.
La diferencia, usted puede
diferir esta opinión, son los resultados.
Hemos dicho hasta la saciedad
que hay entrenadores que se la
pasan “pirateando” los talentos
de otros equipos y luego los resultados
de estos los toman como
méritos propios.
Este tipo de entrenadores son
partidarios del reciclaje, toman a
los deportistas y cuando estos ya
no tienen nada que dar los desechan
y “buscan” a nuevos valores
en otros equipos.
Claro, no siempre son ellos los
únicos culpables. Los padres de
familia también tienen su parte.
Una vez Mark Shubbert (entrenador
olímpico y mundial de
USA) dijo que el lugar ideal para
trabajar del entrenador es el orfanatorio.
Por algo lo dijo.
Debemos reconocer que el verdadero
entrenador de natación no
siempre es reconocido. No se le
dá el mérito que le corresponde.
Su remuneración no es suficiente.
No hay equidad entre el esfuerzo
y el reconocimiento.
Pero aún así hay muchos entrenadores
que cada día se levantan
con el pensamiento de que “este
día lo voy a hacer mejor”.
A ellos nuestro reconocimiento
y admiración.
Entrenadores sigan en SUS
MARCAS…
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