2014-10-12 | 21:32:06

“Cuando uno cree que las cosas ya no pueden empeorar, todavía puede encontrarse algo más infame”.
Simón Leys

Qué quincena hemos pasado, qué semana tan violenta, tan lastimosa y tan indignante hemos vivido todos los mexicanos; se siente en el aire, se siente en el ambiente, hay una indignación y enojo, ya no es frustrante, sino que el exceso de poder nos está despertando a la rebelión.
“Rocío, el gobierno ya se pasó de tueste, no hay una sola buena noticia”, este fue el mensaje que un amable lector me hizo llegar por las redes sociales. Y claro que se pasó de tueste el gobierno de Peña Nieto; nos recetó una reforma laboral donde ofrece la mano de obra barata, con la reducción de prestaciones elementales, largas jornadas de trabajo, sin tiempo extra y un raquítico salario; se fue con todo contra los maestros del país, sin tiento y sin consenso para una verdadera reforma educativa; sin trabajo y sin aumento salarial nos aumenta los impuestos; le entrega el gran negocio de las telecomunicaciones a sus patrocinadores de Televisa para que sigan “mareando” a la población con su programación deficiente y sin agregado cultural; nos despojó al pueblo de México de nuestra riqueza petrolera y eléctrica, para entregársela a los extranjeros, echando por tierra la “Expropiación de 1938”, condenándonos a una pobreza energética.
Pretendía bajar el nivel educativo universitario, iniciando en el Instituto Politécnico Nacional y ahora la policía y el Ejército levantan, secuestran y matan a ciudadanos y normalistas de Guerrero. ¡Cuánto dolo hacia el pueblo que dice representar!


EL ORIGEN

Cuál es el origen de todos los males que estamos viviendo. Por qué se palpa una ingobernabilidad federal, estatal y municipal? Sin duda, por la IMPUNIDAD que impera en nuestro país. La falta de valores elementales maquillados con publicidad habían engañando a una población anestesiada y conformista. Hoy que la realidad nos sacude, vemos que nos gobierna desde Los Pinos quien “compró” la Presidencia; nos representa en el Estado un Gobernador que “heredó” el puesto y en los municipios cada quien lidia con personajes banales y sin escrúpulos.
A diario violan y tuercen las propias leyes; hay un sistema judicial ineficiente, una Comisión Nacional de Derechos Humanos rebasada; la inseguridad disparada en gran parte del territorio nacional y por más esfuerzos que se hagan no vemos remedio, ni avance social.
Ya había mencionado que en una sociedad, cuando hay ausencia de poder y legitimidad, en automático otras fuerzas “obscuras” cubren ese vacío.


CASCOS AZULES

Ante la INGOBERNABILIDAD, hoy tenemos al Fondo Monetario Internacional (FMI), a la OCDE, al Banco Mundial (BM), al consenso de Washington y a quien se le ocurra, dictando la política económica y directriz de México.
En los estados y municipios mienten un día y al otro también, arrojando deudas económicas y sociales estratosféricas, al tiempo que se dan un nivel de vida de “reyezuelos”.
En el Congreso de la Unión, los acuerdos y repartos son los que valen y todo lo anterior se lleva a cabo bajo el amparo de una ley que la propia clase política maneja y manipula, inyectando día a día impunidad e ingobernabilidad que se derrama, para muestra el caso mas grotesco de la empresa fraudulenta de Oceanografía, que ahora pasará a manos del exgobernador de Veracruz, Miguel Alemán, sin que nadie haya pisado la cárcel.
Y por si no fuera suficiente lo anterior, la semana pasada, el Presidente Peña Nieto, decidió en forma unilateral, sin la aprobación del Senado de la República -incluso pasando por encima de la Constitución- enviar soldados mexicanos a intervenir en conflictos de otras naciones, para apoyar los intereses de las grandes potencias, bajo el argumento que van a las misiones de paz de la ONU, es decir, participar en los llamados “Cascos Azules”, hágame usted el favor, como si no fuera necesario primero arreglar la casa antes de andar de “candil de la calle” o primero remediar el infierno que vivimos, antes de andar “apagando fogatas ajenas”.
Esta decisión pasa por encima de uno de los principios rectores de la tradicional política exterior mexicana, que es la “no intervención en asuntos internos de otras naciones”. Los “Cascos Azules”, en las últimas 17 misiones de la ONU, sólo en dos de ellas fue por ayuda humanitaria, las quince restantes fueron intervenciones bélicas, qué necesidad.
El General Juan Manuel Gómez Robledo, quien funge como subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, dijo que los principios de la política exterior mexicana, como el de NO INTERVENCIÓN, ni siquiera deberían estar en la Constitución; así o más claro el autoritarismo.
Pero lo más peligroso del asunto es que México también se ha integrado a la coalición de naciones reunidas por Estados Unidos para combatir al ESTADO ISLÁMICO (EI), por decisión absoluta del Presidente Peña, nuevamente sin autorización del Congreso de la Unión. Aunque el gobierno quiso suavizar la nota, diciendo que es sólo un apoyo “político”, esta acción nos lleva a todos los mexicanos a una posición innecesaria y de confrontación contra otras naciones en el mundo. Es una barbaridad.
Así que usted observará estimado lector, que nuestra decisión de elegir a quien nos gobierna no pasa sólo por un partido político afín o un personaje guapo o simpático, elegir nos puede llevar a la gloria o al infierno y ya lo estamos viendo.
Como sociedad unida debemos de frenar e impedir que el vecino o amigo que reciba la despensa o dadiva condicione su voto, porque la decisión de ellos afecta el futuro de todos. ¡YA ESTUVO BUENO!


BOLIVIA

Por lo pronto, nuestros hermanos bolivianos se preparan para ratificar a su Presidente Evo Morales, para otro periodo presidencial y cómo no hacerlo, si Bolivia -bajo su mandato- es el país que reporta el mayor crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto ) de América Latina, con un 6.8 por ciento en el 2013. Y no fue a Harvard, ni a Yale o Stanford, su objetivo son sus representados y la autonomía de su país, después lo ajeno. ¡Así de simple la fórmula! Ojalá que tomemos ese ejemplo.

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