jueves, 02 de mayo del 2024
 
Por Jant Segovia
Columna: Las mentiras del poder
México ensangrentado
2014-10-16 | 09:39:15
El auto secuestro de la presente administración, tuvo lugar desde el 1 de diciembre del todavía cercano 2012, día de la toma de posesión de Mr. Henry.

Fue tanta la fatuidad de su anquilosado partido, que pensaron estar en aquel (ahora) lejano México de los Echeverrías, López Portillos, y correligionarios que los sucedieron.

Nunca se han querido dar cuenta que éste es otro país, del que ellos avasallaron y pisotearon para beneficio propio, y de sus camarillas, mismas que siguen “sesionando” en la obscuridad de la abyección, para dirigir a los diputados, senadores, gobernadores y otras extrañas raleas, que desde las cavernas del inframundo politiquero, siguen desmembrando a la Patria.

La campaña fue muy “bonita” con la firma de compromisos “ante notario”, (como si esto lo comprometiera de alguna forma, a nada en lo absoluto), para después arrancar una demencial vía de “reformitis”, que alegre pregonaba como la panacea para todos los males, productos de los sátrapas de quienes lo habían antecedido. Pero se le olvidó lo más importante: La violencia.

Desde su llegada, los asesinatos, secuestros, robos de todo tipo, e incremento del narcotráfico, se le disparó. Todo gracias a la inmadurez de un político que ni bien supo manejar a su estado, con una cifra de feminicidios impresionante, acallado por el grupo Atlacomulco, mismo que lo quiso llevar al poder a costa de lo que fuese. Y los resultados están a la vista:

La bomba de tiempo que no supieron desmantelar, les explotó en las manos, haciendo de nuestro suelo, un México ensangrentado, que va mas allá de lo que ahora aparece en las noticias con la masacre de Tlatlaya, a manos de quienes juran dar la vida por servir y salvaguardar a la Patria, pero que fríamente asesinan a mexicanos, que delincuentes o no, ya se habían rendido. Estos uniformados, no son mejor que los que masacraron. (Caso de que fueran culpables). ¿Y el caso Iguala? Este en serio que no tiene nombre.

Desde que este “sediento” (o libador) y ludópata gobernador Aguirre tomó el poder, en Guerrero se desató el infierno con asesinatos, desapariciones y secuestros, y… ¿de esto nunca se dio cuenta la administración del enano de Harvard, ni esta que presumía de regresar la paz y tranquilidad a nuestro suelo?

La increíble y brutal matanza de los tres estudiantes, el joven futbolista, el chofer del autobús y la señora, (de quien hasta la fecha no se sabe ni su nombre) a manos de la policía municipal, nos hace ver la indefensión en que vivimos, donde la policía o el ejército son tanto o más temibles, que los mismos delincuentes, que al fin del día, y para los efectos, son iguales. Pero aun hay más:

Dentro de la total marginación en la que vivimos, (gracias a estos gobiernos de basura) vimos un reportaje que nos dejó helados: Las condiciones en las que viven esos normalistas de Ayotzinapa, que en un futuro no muy lejano (si no los matan antes), serán los que den clases a los futuros mexicanos:

Sale de lo demencial, y sobrepasa la barbarie. Es un ultraje para el ser humano. ¿Pero que le puede importar a seres que se pasearán en un avión que nos va a costar 7 mil 733 millones de pesos - algo que no tiene ningún presidente del mundo-?

Son viles habitaciones con piso de cemento, donde estos jóvenes duermen (apilados 10 o 12) en el piso. ¡Sí!, leyó Ud. bien. Duermen sobre una cobija, o cartones, sobre el desgraciado suelo.

¿Armarios, o “closet”? Por favor, no sea ingenuo. Son unos habitáculos de ladrillos, sin puertas. Y del baño, mejor ni les cuento: Es un simple WC, en un metro por uno veinte. Así, (y de este calibre) “preparan” a nuestros futuros normalistas. ¿Cómo piensa usted que podrán salir estas personas a enfrentarse con el mundo, dentro del trato cavernícola que los ha “acunado”?

Cuando vimos como le prendían fuego al Palacio de Gobierno, etc., pensamos que eran unos vándalos. Cuando vimos las imágenes que le acabamos de relatar, pensamos en el resabio acumulado que llevan en su ser, y más al saber que fueron los policías de Cocula (incluyendo a su presidente municipal) y los de Iguala, los que secuestraron a sus compañeros para entregarlos al narco. (Según nota de Proceso).

Si a lo anterior le suma las denuncias que ya existían contra el tal Abarca, por los asesinatos (no aclarados) de los tres perredistas de esa entidad, nos daremos cuenta que habitamos en una jungla llena de marañas políticas, con nexos más que claros con el narco, secuestradores y asesinos, que son protegidos desde las más altas cúpulas del poder.

El barril de pólvora sobre el que el gobierno nos ha “sentado”, tiene la mecha muy corta. Tan corta y macabra, como la reputación que tienen de nosotros en el extranjero, gracias a un gobierno sin destreza política, que se ve empantanado en sus mentiras.

Quienes no se empantanan, y los tienen mejor puestos que en Xalapa, son Don Quijote y Sancho. Y si no, miren a estas alturas del “partido” que pregunta le hacen a los que les debería de dar vergüenza de no dar la cara, en el asesinato de Regina Martínez Pérez:

-Sancho: Mi señor, ¿no crees que alguien tenga aquellitos, de contestarnos un día como carajo va la “Comisión de la Verdad”, que tanto se le presumió a Ricardo Rocha, sobre el asesinato de Regí?

-Don Quijote: Mira, mi querido Sancho. Mejor no hablamos. Tan solo los hombres dan la cara, cuando empeñan su palabra.

-Sancho: ¡Ah!, chingao, chingao, chingao.



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