2014-10-17 | 22:01:45

Veracruz no sólo es inseguridad: Duarte

A veces, da la impresión o hay la percepción pública, que Veracruz se dispara en el ojo del huracán por los saldos rojos que deja el crimen organizado en diferentes puntos geométricos de la entidad. Y en otros epílogos, breve, pero muy breve, da la impresión de que se apaciguan los nubarrones de la narcoviolencia. La raíz de la pandemia no se ha desterrado.

La prensa no puede dejar de ahondar en el tema de la inseguridad pública, que lastima, socava y atenta en contra de la integridad física y bienes de los veracruzanos y no veracruzanos asentados en el estado. Es el interlocutor de quien y quienes no tienen voz en las instituciones públicas.

La inseguridad es una fractura del tejido social que provocó el Estado mexicano y los gobiernos locales —gobernadores, alcaldes, diputados y senadores— desde hace varias décadas, por irresponsabilidad, corrupción y antipatriotismo de los servidores públicos. Esta casta privilegiada es la responsable de la anarquía que se respira en los suburbios del estado.

La sociedad civil, los mandantes no tienen (tenemos) la culpa que el crimen organizado no pueda ser puesto a buen recaudo por la incapacidad e ineficiencia de la clase política de primer nivel de las altas esferas del poder público, que por cierto, le cuesta una fuerte sangría a los contribuyentes. Si hay fallas abismales en los cuerpos de Seguridad Pública, esto no es injerencia de los ciudadanos.

No es posible que se quiera imponer la ceguera oficial ante la ola de secuestros en sus diferentes modalidades —Veracruz ocupa el tercer honroso lugar en el país, de acuerdo con las estadísticas del Observatorio Nacional Ciudadano— y el robo con violencia, delitos de alto impacto social que atentan en contra de la vida y bienes de la población.

Soslayarlos o solazarse con el poder público, que reclama a la prensa no sólo temas que abordar de “la seguridad pública” porque son de interés público, sería autoimponerse la censura o un candado que, es precisamente la petición de los integrantes del crimen organizado.

Sería, por supuesto, quien o quienes hagan caso del llamado del poder público una aberración, una abominación, pues. La entidad, las instituciones republicanas están para ser vanguardistas y atender las demandas de los mandantes.

Nadie en su sano juicio quiere o desea un estado narcopolítico. Hay transgresores de la ley que mantienen de rehén a los ciudadanos, a la sociedad civil, en puntos geométricos desde el Pánuco hasta el Tonalá. No es amarillismo, ni sensacionalismo. Lo dicen las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

El gobernador Javier Duarte percibe que hay un complot o conjura contra su gobierno, de alguna manera, cuando la prensa le dedica amplios espacios al tema de la (In) Seguridad Pública en Veracruz, en lugar de destacar las bondades de su sexenio. A manera de reprobación, Duarte dice que la prensa —habla de un sector, sin citar a los medios por su nombre—, destaca la inseguridad pública como “si todo estuviera de la patada en Veracruz”.

“Algunos insisten en decir que estamos de la patada… Se los dije la otra ocasión, hablar mal de Veracruz es escupir para arriba. Muchas veces sólo queremos ganar una nota estridente o que se pueda vender, pero al final estamos hablando mal de nosotros mismos”, reprochó, pero de alguna manera insistió que hay un sector de la prensa “amarillista” que está en contra de su gobierno, cuando planteó:

“Hemos bajado los índices delincuenciales, pero a ustedes les encanta hablar de seguridad. ¿Por qué no hablamos de cosas positivas? Creo que en ese sentido si nos aliamos todos, nos va a ir mejor como sociedad”.

“Antes se hablaba de balaceras y asesinatos, de participación de la delincuencia organizada, y hoy hablamos de robos a negocios, de que se robaron un Frutsi y dos Pingüinos en el Oxxo (...)”. Comentarios a gaugar55@gmail.com