sábado, 18 de mayo del 2024
 
Por Catón
Columna: De política y cosas peores
No tardará mucho
2014-10-27 | 09:46:23
Rosibel, la linda secretaria de don Algón, le
dijo a éste: “Tengo una fotografía que vale
500 mil pesos”. Admirado preguntó el ejecutivo:
“¿Cómo puede valer tanto una fotografía?”.
Le explicó, sonriente, la muchacha: “Es
una que a escondidas nos tomó un fotógrafo
amigo mío cuando usted y yo estábamos en
aquel motelito”...
Don Chinguetas le contó a doña Macalota,
su mujer: “Anoche tuve un sueño muy
extraño. En él se me aparecieron Satanás
y Belcebú. Me preguntaron: ‘¿Hay alguna
persona a la que te gustaría que atormentáramos?’.
Les pedí que fueran a atormentar a
tu mamá. ‘¿Quién es ella?’, quisieron saber.
Les di su nombre y dirección. Y me dijeron:
‘A ella no la podemos atormentar. Es uno de
nosotros’”...
Aquel individuo llegaba todos los días a
la misma hora a la cantina “Las alegrías de
Schopenhauer”. Siempre pedía lo mismo:
cinco tequilas dobles. Los ponía en hilera
sobre la barra, y luego se los iba tomando uno
tras otro, lentamente y en silencio.
Cierta noche el cantinero no pudo ya
contener su curiosidad y le preguntó: “¿Por
qué pide sus tequilas todos juntos, en vez
de irlos pidiendo uno por uno?”. Respondió
el individuo: “Tengo cuatro hermanos a los
que quiero mucho. Los cuatro se fueron a
Estados Unidos. Les prometí que cada día
los recordaría haciendo lo mismo que los
cinco hacíamos cuando ellos estaban aquí:
juntarnos todas las noches a tomarnos cada
uno un tequila doble.
Ahora que están lejos me tomo el mío y
el de ellos”. El cantinero, conmovido por
aquella demostración de amor fraterno, se
disculpó de nuevo con el cliente y ya no le
dijo nada acerca de su extraña manera de
beber. Una noche llegó el tipo y en vez de
pedir cinco tequilas, como siempre, pidió
nada más cuatro.
El tabernero supuso que uno de los hermanos
había pasado a mejor vida, y le expresó
sus condolencias. “No -replicó el individuo-.
Mis cuatro hermanos gozan de cabal salud.
Pero yo le prometí a mi esposa que dejaría
de beber. El tequila de menos es el mío”...
Hay un proyecto -¡cuántos proyectos hay
en este país, aún en proyecto!- para crear
una fiscalía contra la corrupción. Algunos se
preguntan qué nombre recibirá esa fiscalía.
Otros se preguntan en qué forma se designará
a su titular. Unos más se preguntan dónde
estará su sede.
Muchos se preguntan si será un organismo
autónomo, con plena independencia del
Gobierno. No falta quien se pregunte cuál
será su presupuesto. Por mi parte yo me
pregunto cuánto tardará en corromperse
la fiscalía contra la corrupción...
Babalucas salió de cacería. Al regresar al
campamento por la noche vio un animal, le
disparó y acertó el tiro. Fue corriendo hacia
la pieza y vio a un hombre junto a ella. Le dijo
Babalucas: “No quiera apropiarse de mi venado.
Yo fui quien le disparó. Me pertenece”.
El individuo trató de hablar.
Empezó a decir: “Pero...”. “Ningún pero
-lo interrumpió Babalucas, terminante, al
tiempo que levantaba el rifle y le apuntaba-.
Si pretende alegar que el venado es suyo mi
siguiente disparo será para usted”. “Está bien
-se resignó el otro-. Pero al menos déjeme
quitarle al caballo la silla de montar”...
Solicia Sinpitier, madura señorita soltera,
le comentó a su amiguita Himenia
Camafría, célibe como ella, que el agente
viajero de los jabones orientales El-Tom la
había invitado a salir esa noche.
“Ten cuidado -le advirtió la señorita Himenia-.
Ese sujeto tiene fama de erotómano.
A las muchachas que salen con él las lleva
en su automóvil al Ensalivadero, lugar de
citas lúbricas. Ahí se les echa encima; las
acaricia y besa arrebatadamente; luego
les desgarra el vestido y las hace víctimas
de su lujuria. Si trata de hacer eso contigo
defiéndete y grita”.
Al día siguiente Solicia visitó a su amiguita
Himenia. Le preguntó ésta con inquietud:
“¿Cómo te fue anoche?”. Respondió la
señorita Sinpitier: “Sucedió tal como me
dijiste. Balano (así se llamaba el agente
viajero) me llevó al Ensalivadero en su automóvil.
Tan pronto llegamos se me echó
encima y empezó a acariciarme y a besarme
arrebatadamente”.
“¡Bribón canalla maldecido infame torpe
ruin! -exclamó sin poner comas la señorita
Himenia-. Y tú ¿qué hiciste? ¿Gritaste? ¿Te
defendiste?”. “No -respondió con una gran
sonrisa la señorita Sinpitier-. Me quité el
vestido para que no me lo desgarrara”... FIN.

MIRADOR
››Armando
Fuentes Aguirre
Me habría gustado conocer a Lincoln,
Abraham Lincoln.
Abogado joven, interrogó en la
corte a un individuo que servía de
testigo a la parte contraria. Empezó
por preguntarle su nombre.
-John Cass -respondió el tipo.
Pidió Lincoln:
-¿Puedo llamarle Jack?
Le contestó el testigo, hombre soberbio:
-Puede llamarme como le dé la
gana.
Lincoln, entonces se dirigió a él
diciéndole:
-Muy bien, Jack Cass.
Quienes llenaban la sala soltaron
una estruendosa carcajada. La expresión
“jackass” equivale en inglés
a tonto, necio estúpido. El juego de
palabras del defensor desarmó a la
parte acusadora.
Me habría gustado conocer a Lincoln.
Sabía que no hay nada como el
humor para abatir a los soberbios.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››Por Afa
“...Nuevo gobernador en Guerrero...”.
Rindió protesta formal
ante el pleno del Congreso.
(Yo pienso que aun con eso
la cosa seguirá igual).


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