2014-10-27 | 10:31:14

“Si todo el mundo exigiera la paz en lugar de otro televisor entonces habría paz.”
John Lennon

Los Ángeles, California.- En México la nueva ley de telecomunicaciones está impulsando la creación de dos nuevas cadenas nacionales privadas de televisión abierta así como de una nueva cadena pública. El gobierno mexicano está gastando además miles de millones de pesos de los contribuyentes para comprar pantallas y regalarlas a familias registradas en los padrones de asistencia del gobierno. En Estados Unidos, en contraste, el gobierno está buscando retirar espectro radioeléctrico de las televisoras para subastarlo a operadores de telefonía e internet inalámbrico.
Mientras tanto, los productores internacionales de equipos electrónicos están empezando a considerar la posibilidad de producir pantallas sin receptores de televisión abierta. No piensan que en el futuro la gente verá televisión a través de las ondas hercianas.
El contraste entre un Estados Unidos en que la televisión abierta está en retirada y un México en el que se impulsa su expansión a un alto costo para el contribuyente es en buena medida producto de la diferencia de penetración de la televisión de paga. En Estados Unidos un 84% de los hogares tiene servicio de televisión por cable o satelital (fiercecable.com) mientras que en México esta penetración alcanza solamente un 44 por ciento (lamac.org). En nuestro país, sin embargo, la televisión de paga está creciendo vigorosamente: en 2005 tenía presencia sólo en 26 por ciento de los hogares.
Si bien en los Países Bajos y otros lugares del mundo se han alcanzado ya niveles de penetración de televisión de paga del 100 por ciento, en Estados Unidos, curiosamente, la cifra ha empezado a bajar. Esto se explica en parte por la disponibilidad de servicios de video y audio por internet, desde Youtube hasta Netflix, que han capturado principalmente a un público joven. La población de más edad sigue siendo adicta a la televisión tradicional, pero los jóvenes bien pueden prescindir de la televisión abierta. Viven pegados al celular y no a la pantalla grande. Esto significa que el futuro no está en este tipo de televisión.
México ha llegado como siempre tarde al proceso de digitalización de la televisión. El impulso a las nuevas cadenas en la ley de telecomunicaciones es producto de la intención de abrir a la competencia un mercado hasta ahora muy cerrado. Pero ¿debe el gobierno gastar miles de millones de pesos en subsidios para regalar televisores con el fin de facilitar el llamado apagón analógico?
El gobierno mexicano se ha comprometido a regalar 13.8 millones de televisores. Nadie, que yo sepa, ha dado a conocer el costo completo para el erario de este programa. Pero si los televisores cuestan 2,200 pesos cada uno, que es el monto que hoy se está cotizando, estaríamos hablando de un subsidio de 30,360 millones de pesos. Yo me pregunto si éste es el gasto más útil para un país pobre como el nuestro. La cantidad es superior a los 29,813 millones de pesos que el presupuesto de 2015 otorga al seguro popular.
Regalar televisores no ayudará a resolver el problema del futuro de la televisión que se juega no sólo en México sino en el mundo entero. Ver televisión sigue siendo la forma más popular de entretenimiento, pero en el futuro los programas no necesariamente se recibirán a través del espectro radioeléctrico. Esto importa poco a los políticos mexicanos, para lo que regalar televisores es una buena forma de lograr popularidad y votos. Sin embargo, los mexicanos que pagamos ese dinero debemos preguntarnos si tiene sentido gastar tanto en impulsar una vieja caja tonta cuando en todo el mundo ésta se encuentra en retirada.


Todo es gratis

Grupos de encapuchados que protestaban por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y se movilizaban en autobuses robados saquearon este fin de semana tiendas y supermercados en Chilpancingo. “Todo es gratis”, pintaron en las paredes. La Policía Estatal Antimotines de Guerrero resguardó las tiendas para facilitar su saqueo.

Twitter: @SergioSarmiento