lunes, 06 de mayo del 2024
 
Por Maquiavelo
Columna: Se dice que
El misterio de la captura
2014-11-05 | 20:58:31
Cómo se explican que a las dos y media de la madrugada, el alcalde de Iguala, José Luis Abarca y su esposa estuvieran perfectamente bien vestidos como si fueran a un baile esperando a los policías federales que los iban a detener.
Una operación confidencial y secreta donde supuestamente los iban a encontrar después de catear otras viviendas, y por puritita coincidencia, los acompañaban un grupo de periodistas con sus auxiliares y sus respectivas cámaras de televisión para captar el momento preciso de su aprehensión.
Si solo se trató del pitazo de una vecina curiosa.
Para que todo el show de la investigación y la captura, cuando se habían preparado horas antes para llevar a cabo esta operación donde los estaban esperando, nada más faltó que el matrimonio Abarca les hubiera invitado un cafecito por el frío de la madrugada capitalina.
Desde esa hora hasta el día de hoy han pasado cerca de 48 horas supuestamente declarando y no ha trascendido lo que todo mundo espera sobre dónde están los 43 normalistas de Ayotzinapa que fueron entregados por los policías municipales al grupo de narcotraficantes que manejaba la esposa.
La versión dada por el exgobernador Ángel Aguirre cuando pregunta al munícipe si él había dado la orden que los desaparecieran. El munícipe respondió: “Yo ordené que los detuvieran, pero nunca que se los llevaran y que los mataran”.
¿Pero entonces, dónde están? Insistió Aguirre. “Yo no sé a dónde se los llevaron o qué les hicieron”. Fue la respuesta del ahora detenido por la PGR.
José Luis Abarca Velázquez, era un operador de las bandas del crimen organizado desde antes de llegar a ocupar la silla en el ayuntamiento de Iguala. Le bastó comprar la presidencia municipal a los líderes del PRD, sin haber estado afiliado ni haber militado nunca en ese partido.
Supo protegerse bajo esa siglas y congraciarse con el gobernador Ángel Aguirre ayudando con recursos para pagarle la campaña. A partir de entonces se dedicó a ejercer el poder a su antojo.
El otro ángulo es lo declarado por la senadora perredista Dolores Padierna, quien acusa a Jesús Zambrano, el exlíder nacional del partido del sol azteca de haber ayudado a la pareja imperial en su huída. Si los ayudaron a escapar sabían perfectamente dónde se podían esconder. En estas tareas de los vericuetos de cómo ejercer el poder, el grupo de Los Chuchos entregados a los gobiernos priistas tienen mucho que ver en las declaraciones que se están realizando en la SIEDO.
Los políticos disfrutaban continuamente de vacaciones en Acapulco, donde tenían lujosos hoteles, opulentas comidas y los mejores licores aunado a costosas veladas en los mejores centros nocturnos. ¿Quién pagaba estas francachelas de los perredistas rojos?
El flamante jerarca Carlos Navarrete hasta fue a pedir perdón.
Deben estar muchos políticos de otros partidos preocupados con los largos relatos del matrimonio Abarca. Él los conoce y son sus meros cuates.



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