lunes, 29 de abril del 2024
 
Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Zonza justificación
2014-11-13 | 09:26:55
Loretela era una linda chica en edad de
merecer. Tenía un hermano a quien llamaban
Pansy, pues a más de ser algo regordete
era gay. Sucedió que a Loretela le salió un
guapo pretendiente, joven, viril, fornido
de cuerpo y de estatura procerosa.
El apuesto muchacho la invitó a un baile.
“Podrás ir -le dijo a Loretela su papá-, pero
a condición de que Pansy te acompañe. No
me fío de ese tipo”. “¡Pero, padre! -protestó
ella-. ¿Qué va a decir Heraclio -así se llamaba
el galán- cuando vea a mi hermano?
Sus modales son demasiado femeninos.
Parece Reina de la Primavera”. “Pues ya lo
sabes -contestó, irreducible, el genitor-. O
vas con Pansy o no vas”. Mal de su grado
Loretela hubo de aceptar.
Antes de ir a la cita, sin embargo, habló
seriamente con su hermano. “Por favor,
Pansy -le dijo-, cuando te presente con
Heraclio no hables con tono af lautado,
ni hagas los movimientos feminoides que
haces. Procura asumir una actitud varonil”.
Pansy le prometió que haría su mejor
esfuerzo. En efecto, llegado el momento
Loretela le dijo a Heraclio, algo nerviosa:
“Te presento a mi hermano”. “Mucho gusto”
-saludó el galán. Pansy, con voz ronca y
gesto adusto, le contestó fijando en él una
mirada penetrante: “¿Qué pasó, cuñao?”.
Su tono y ademán fueron tan de macho
que el otro se sobresaltó. Prosiguió Pansy
con el mismo continente grave: “Mucho
cuidado ¿eh? Mi hermana no está sola.
Tiene quien vea por ella”. “Lo sé -respondió,
inquieto, el pretendiente-. Pero quiero
decirle que mis intenciones son serias y.”.
“Se lo repito -le advirtió, severo, Pansy-.
Tenga cuidado, porque si no...”.
En este punto se interrumpió súbitamente.
Volviéndose hacia Loretela le dijo
con su voz mujeril de siempre y con femenino
melindre de desesperación: “¡Ay no!
¡Yo ya me cansé!”...
Lo mismo, aunque en otro contexto y en
diferente tono, dijo el Procurador de la República,
Jesús Murillo Karam, para poner
fin a una entrevista que se le hacía sobre
el caso de los normalistas desaparecidos.
A posteriori dio una zonza explicación
jalada de los pelos: el cansancio a que se
refirió no era de cuerpo; era más bien espiritual.
Estaba cansado ya de la violencia,
etcétera. Pienso que ni siquiera eso lo debería
cansar.
Es humano ciertamente -él mismo recalcó
su condición humana, por si alguien
no la conocía-, pero es también funcionario
público obligado a cumplir una función.
Declararse cansado en cualquier forma
es una muestra de debilidad sumamente
inoportuna en las actuales circunstancias.
Su expresión fue un error grave, uno
más de los muchos que los funcionarios han
cometido en estos últimos días. Parecen
aturrullados, poseídos por el nerviosismo.
Otro de esos errores, igualmente inoportuno,
fue el viaje de Peña Nieto a Australia
y China, cuando México materialmente
está ardiendo. El país se incendia, y nadie
muestra capacidad para apagar el fuego.
El día de la boda Florilí se sorprendió
al ver que su prometido llegaba a la iglesia
llevando su equipo de golf. Le preguntó
asombrada: “¿Por qué lo traes?”. Replicó él:
“Esto no va a tomar todo el día ¿verdad?”...
El papá de Pepito vio sus calificaciones.
“Reprobado en Historia -le dijo-. ¿Cómo
explicas eso?”. Contestó el chiquillo: “La
‘Zonza justificación’
MIRADOR
››armando fuentes
aguirre
Días muy fríos han sido éstos. Y sin embargo
yo no he sentido el frío.
Por las noches me arrebujo en mi edredón
de plumas.
Al despertar por la mañana me tomo una
humeante taza de café.
Cuando estoy escribiendo mi esposa
me trae un té de yerbanís que bebo a tragos
lentos.
En la comida gozo un caldo de cocido,
ardiente y sabrosísimo. Un solo plato de ese
puchero saltillense bastaría para tibiar el
Ártico.
Por la tarde el espumoso chocolate de la
merienda hace que en mis adentros brille
el sol. Y luego, antes de ir a la cama, una
copita de coñac es el perfecto final del día
invernizo.
Ahora voy en mi coche. Naturalmente
llevo puesta la calefacción. Veo en la calle
a un hombre y una mujer que caminan
ateridos. Son migrantes. Seguramente
han dormido bajo el puente, cubiertos con
cartones y periódicos.
Siento vergüenza de no sentir frío. Pero
me dura poco la vergüenza. Pienso en la
copita de coñac, en el edredón de plumas
que me espera, y los migrantes desaparecen
entre la neblina.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS
››por afa
“...México deberá pagar una cuantiosa
indemnización a una empresa de China...”.
Parece un eco de aquello
que escuchamos una vez.
Pero ahora es al revés:
“Coopelas, México, o cuello”.
maestra se empeña en preguntarme cosas que
sucedieron antes de que yo naciera”...
Empédocles le comentó a Astatrasio: “No
me lo vas a creer, pero una vez estuve 12 años
sin fumar, sin beber y sin tener sexo”. Exclamó
el otro: “¿De veras?”. “Sí -confirmó Empédocles-.
Pero luego cumplí los 13 y...”...
Aquel científico inventó un robot que le
daba un coscorrón a quien dijera una mentira.
Para probarlo le preguntó a su hijo adolescente:
“¿Fuiste ayer a la escuela?”. Respondió
el muchacho: “Sí”. ¡Zas! El robot le dio un
coscorrón.
“Está bien -confesó el mozalbete-. Me fui
al cine”. Volvió a preguntarle el papá: “¿Qué
película viste?”. Contestó él: “Harry Potter”.
¡Wham! -otro coscorrón del robot.
El adolescente se apenó: “La verdad es que
era una película porno”. Su padre lo reprendió:
“A tu edad yo jamás vi una película de ésas”.
¡Klonk! El robot le propinó un duro coscorrón.
La mamá del chico le dijo con acritud a su
marido: “No es de extrañar que el muchacho
haga todas esas cosas. Es tu hijo”. ¡Zok! El
robot le propinó a la señora un coscorrón más
fuerte que todos los demás. FIN.


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