2014-11-13 | 21:31:34

El PRD rojo

Algunos funcionarios estatales incluidos varios diputados locales aspiran ser el próximo año legisladores federales. Para ello se acercan hacia las personas de alto nivel que tienen la facultad de decidir en algunos casos para que sean nominados candidatos.

Dentro de esta alta jerarquía figura el número dos, el secretario de Gobierno, Erick Lagos. No obstante que responde de la política interior de la gubernatura también buscará escapar del barco que se hunde y también ser aspirante a una diputación y fijar su estancia en la ciudad de México para estar cerca del capo de capos de la política veracruzana.

Uno de los que anda detrás del inexistente fuero federal buscó al secretario Lagos Hernández para solicitarle su intervención para que quedara dentro de la lista de palomeados por el gobernador Duarte antes de someterla al voto del altiplano. El expresidente estatal del PRI aceptó la petición del priista de la zona sur del estado y le aseguró que lo iba a proponer como candidato a diputado federal por el PRD en su distrito. Que lo diera como un hecho fue su salomónica sentencia y quedara tranquilo con un nuevo destino en la Cámara de Diputados Federales. Bien sabido que esa zona del sur es feudo de la izquierda, nada más que ahora pertenece a un nuevo partido político.

Sin ninguna ambigüedad reconoció el secretario de Gobierno, Erick Lagos que él determinaba las funciones del comité estatal del partido del Sol Azteca. El incrédulo priista que tiene años de estar en las nóminas oficiales se llevó la sorpresa de su vida al comprobar de manera personal el estricto control que se ejerce sobre los partidos de oposición.

El número dos del gobierno estatal es el que maneja al PRD en la entidad. Dejando asentado que el actual presidente del Comité estatal, Rogelio Franco, como su antecesor eran empleados que acataban las órdenes que se tomaran en el Palacio de Gobierno.

La mala suerte de Peña

Cuando asumió la presidencia Enrique Peña Nieto, no se podía imaginar el terrible y destructivo escenario que tendría en el dulce mes de noviembre del segundo año de gobierno.

Lo ocurrido con los estudiantes en Iguala, el desplome de la economía, el repentino e inoportuno viaje a China, la cancelación del proyecto del tren rápido a Querétaro, el continuo cuestionamiento sobre una enfermedad incurable, la compra del lujoso avión presidencial por 7 mil millones de dólares y como remate la aparición de una residencia de 86 millones de pesos a nombre de su esposa Angélica Rivera.

A de soñar porque se termine esta pesadilla del primer tercio de su polémica administración. Lo grave para el mandatario es que el control que tenían sus anteriores mandatarios priistas con los medios se perdió con los gobiernos panistas, que permitieron una completa libertad de expresión. La costumbre se hizo ley. Para colmo surgió el internet y la sociedad tuvo acceso a levantar sus voces y manifestar sus particulares puntos de vista.