2014-11-16 | 09:19:15

ESCENARIOS

“YA NO HAY MORAL, HERMANO”

Por Francisco Blanco Calderón



José Murillo Tejeda, egresado de la FACICO.UV, periodista fallecido tras el sismo de 1985, siempre decía. “Ya no hay moral, hermano”
“Vivimos una profunda crisis civilizatoria…tales crisis son consecuencia del envejecimiento, la corrupción y el desmoronamiento de las instituciones que algún día tuvieron sentido en la vida social…son también, en el dolor y el desgarramiento de la vida civil” (Javier Sicilia. Proceso).
“Es el fracaso de las instituciones por los excesos del nuevo “capitalismo de amigos” a la mexicana, la violencia patrocinada por el Estado y un gobierno torpe” (página web del The Financial Times).
Declaraciones que avalan y respaldan lo dicho por Andrés Manuel López Obrador, en la campaña presidencial en el 2006 -al diablo con sus instituciones-, “Al calor de la campaña electoral, indignado por los sucios manejos del poder y el fraude anunciado, López Obrador mandó al carajo a “sus instituciones corruptas”. De inmediato los medios, sobre todo la tv, lanzaron en su contra una campaña de linchamiento. Desgarraron sus vestiduras las mujeres y los hombres de la cámara y el micrófono, los opinadores en la prensa escrita. El tabasqueño fue presentado como un “demonio”, como un peligro para México. El miedo así generado sirvió como coartada para el fraude.” (Epígmenio Ibarra. Milenio).


Todo esto ha producido un desconcierto, indignación, rechazo a la administración de Peña Nieto, en sus primeros dos años de gobierno. Rechazo que se ha manifestado en plazas públicas, en toma de casetas y carreteras, en quema de edificios públicos, en toma de ayuntamientos, en movilizaciones de una sociedad harta de la violencia, inseguridad, incapacidad y mala fe de administrar la justicia. Críticas que se iniciaron por incultura evidente, por “lagunas” que modificaban la historia, geografía y literatura nacional, por un manejo “chacualeado” del idioma inglés… hasta llegar a la rechifla masiva y estruendosa, que ni Televisa pudo acallar, en el estadio Pirata Fuentes en Plena Inauguración de los Juegos Centroamericanos Veracruz 2014.
“En toda la historia presidencial de México no se recuerda a un jefe del Ejecutivo que haya entrado, de manera tan temprana, en un desgaste tan pronunciado como el que hoy vive Enrique Peña Nieto. Literalmente, estamos presenciando su debacle si entendemos la palabra como dicta el diccionario: "desastre que produce mucho desorden y desconcierto, especialmente como final de un proceso". Hay desorden, hay desconcierto, hay horror, hay graves indicios de corrupción. Hay una debacle de este gobierno. El dramático cambio en las percepciones sobre México y sobre quien ocupa la Presidencia a nivel nacional e internacional se ha producido de una manera acelerada”. (Carmen Aristegui. Reforma).
A ello se suman los traspiés de los partidos políticos: un PAN con diputados cobradores de moches y legisladores alcoholizados y “emputecidos”. Un PRI enmudecido por la reacción de la sociedad civil de maestros, estudiantes, comerciantes, campesinos, trabajadores sindicalizados, amas de casa. Un PRI rebasado por su propia incapacidad. Un PRI porro, cómplice del PRD chuchista que agrede en vía pública xalapeña a Alejandro Encinas, con el fin de compartir la “madriza verbal” que estudiantes de la UNAM propinaron al Zambrano prostituido. Ese se mismo PRD, en voz de su nuevo dirigente nacional, el confuso y oscuro Navarrete, de la tribu de los Chuchos, que ignora los pronunciamientos de la ONU, que ha criticado al gobierno mexicano por solapar a Televisa en ese mega fraude del TELETON, e invita a sus huestes legislativas a sumarse con donativos generosos (diezmos de moches de la izquierda embrutecida de tanta corrupción y entrega descarada a las suicidas reformas estructurales). Navarrete los conmina a aportar, para que la televisora evada impuestos y supla de la responsabilidad gubernamental de atender la discapacidad de los ciudadanos desfavorecidos. Partidos como esos merecen la rechifla, las mentadas de madre, el rechazo generalizado de la sociedad por sus prácticas corruptas y sumisión a los intereses imperiales.
Pero no solo los partidos, ni el gobierno, las instancias procuradoras de la justicia se suman a este desastre nacional. La Suprema Corte de justicia, nos recuerda la Tremenda Corte, de “Trespatines y nananina”. Una corte domesticada, sometida, arrodillada que rechaza la realización de consultas populares para medir la opinión nacional sobre la reforma energética, que se opone a modificaciones al salario mínimo, que rechaza la reducción de esos parásitos conocidos como diputados y senadores plurinominales. Una Corte que se autoriza un incremento de 6.5% a su salario, que es un insulto a la lógica y miseria del país, ya incrementará su sueldo en más de medio millón de pesos mensuales. Incremento muy por arriba de la media nacional que ha conquistado aumentos entre el 3.5 y 4 %, con una inflación que superan ya los dos dígitos.
Una Iglesia, acomodaticia, que reduce a rezos y plegarias su posición como institución social ante el desastre nacional. Un órgano autónomo que debe regular la aplicación de la ley de telecomunicaciones que autoriza la venta de Iusacell e impide a MVS el acceso a la televisión abierta. Una propiedad de lujo, de más de 8 millones de dólares, que Televisa transfiere a una de sus actrices, después de cuatro telenovelas, cuando otra, Lucía Méndez, con más de 30 telenovelas, decenas de películas, millares de discos vendidos no ha logrado adquirir una residencia de cinco millones de pesos. Una propiedad en contubernio con una constructora china favorecida desde hace años con obras en el Estado de México y próxima a reasignarle la construcción del tren rápido a Querétaro. La locura, ejemplo del desastre y desmoronamiento de las instituciones fortalecidas desde hace 30 años, en este modelo degradante del neoliberalismo “pinchísimo” y despiadado a la mexicana.