sábado, 18 de mayo del 2024
 
Por Rocío Nahle
Columna: Opinión
Indignación en Coatzacoalcos
2014-11-16 | 21:13:13
En Iguala, el presidente municipal mandó a desaparecer a los estudiantes; aquí en Coatzacoalcos, el presidente municipal permitió golpear a los maestros que protestaban -justamente- por los hechos de Iguala.
Los Juegos Olímpicos, el Mundial de Futbol, el Mundial de Atletismo, las carreras de la Fórmula Uno, torneos de tenis de Grand Slam, etcétera, son eventos que atraen la atención mundial, pero también los gobiernos que asumen la responsabilidad de realizarlos ven en ello un objetivo económico, con el propósito de promocionar el turismo, generar empleos en la construcción de infraestructura requerida (estadios, pistas y servicios necesarios) así como ocasionar una derrama económica en su territorio, que le permita a esa sociedad, compartir la felicidad de la experiencia de las competencias con las ganancias generadas.
Exactamente eso deberían ser los Juegos Centroamericanos que hoy se realizan en Veracruz: una fiesta donde recibimos con gusto a nuestros hermanos centroamericanos y del Caribe, donde veamos a nuestros jóvenes atletas prepararse rumbo a las Olimpiadas y también ser partícipes de la derrama económica que esto debería generar.
Hubo muchísimos errores en la planeación -que no voy a entrar en detalles- hoy sabemos de esos resultados, donde no hay ganancia sino un gasto, donde no hay felicidad sino reclamo, y el propio Gobierno Estatal tendrá que solventar y dar cuentas de ello.


EL ATAQUE EN COATZACOALCOS

Pero dentro de este contexto, como si fuera necesario más “limón en la llaga”, el Estado inició una ofensiva contra la ciudadanía de a pie, contra quienes han aguantado humillaciones, mentiras y maltrato, a esos mismos que han soportado todo y que ahora, en el momento de la rebelión nacional, salen a manifestar, hacer presencia, a mostrar el sentimiento de dolor nacional por Ayotzinapa o por los caídos, aquí mismo en Coatzacoalcos y en contraparte, el acuse de recibo del Gobierno Municipal son golpes, maltratos y hasta amenazas con armas de fuego.
¿Este es el mejor Coatzacoalcos? ¿Qué no podían haber entablado un diálogo para ceder espacios, para un reclamo pacífico y ordenado, y al mismo tiempo permitir que se llevaran a cabo las competencias en completo orden? ¿Dónde está el oficio político, si es que lo tienen?
El grupo en el poder que hoy comanda Joaquín Caballero, desde hace años ha conformado una estructura propia, utilizando los recursos públicos, dentro de esa estructura tienen en sus filas y nomina a “un grupo de choque”, que igual roban y desparecen material electoral, también amedrentan y amenazan a la ciudadanía, aquella que se atreve a señalar o protestar, actuando como verdaderos fascistas.
Son los mismos que en la elección electoral del 2012 pintaron y rayaron la catedral de San José y otros templos evangelistas, casas y comercios, actuando como verdadera delincuencia organizada y en forma cobarde, señalando a otros de sus propias acciones, lastimando severamente el entorno social, pero no contaban que la tecnología ya los alcanzó y fueron pillados con videos y fotografías en el momento de los actos.


LOS HECHOS SE SUMAN

Hace días fue víctima de este grupúsculo, el respetable ingeniero Drago, un jubilado de Pemex quien acudió a Obras Públicas a exigir el mantenimiento de una alcantarilla y como respuesta recibió una golpiza en las propias oficinas municipales por un funcionario público, incondicional del violento director de Obras Públicas, a la cual sólo mereció una disculpa, con la simulación del borrón y cuenta nueva del alcalde para minimizar el daño.
Pero lo ocurrido este fin de semana, específicamente el sábado 15 de noviembre, al inicio de los Juegos Centroamericanos, no tiene nombre: un grupo de ciudadanos, entre los que se encontraban telefonistas, maestros, petroleros, estudiantes y amas de casa, acudieron a manifestarse en forma pacífica en las inmediaciones del Malecón, pintaron figuras en el pavimento, en alusión a los 43 desparecidos en Ayotzinapa, mientras que otros grupos, con veladoras encendidas frente a Plaza Patio, pedían paz y justicia por el recién asesinato ahí ocurrido.
Las imágenes y videos que circulan en las redes sociales muestran el actuar de los ahora flamantes funcionarios públicos de Coatzacoalcos, prácticamente les sale “el porro que llevan dentro”, al utilizar vehículos del propio Ayuntamiento, donde trasladan a personas de choque que agreden y golpean a maestros, telefonistas, petroleros y estudiantes.
¿De qué se trata? Es la violación al mas elemental de los derechos humanos, que es la libre expresión. ¡Qué cobardía e irresponsabilidad!
Son muchos años de soportarlos, de ver su doble moral y su doble discurso, de observar a delincuentes de cuello blanco que con la sonrisa eterna coptan e intimidan, mientras que por la espalda traicionan, amenazan y ahora golpean.
Ya estuvo bueno.


LA OBLIGACIÓN DEL ALCALDE

La obligación del presidente municipal consiste en defender los intereses de sus conciudadanos, mediante la ejecución de las políticas locales que tengan por objetivo la mejora de su calidad de vida.
La denominación de “presidente municipal” tiene su fundamento en el artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Es la figura unipersonal más importante del Ayuntamiento, responsable de la administración pública municipal, representante político del municipio y presidente del cabildo y que concentra un conjunto de facultades que lo sitúan en una posición prominente en la vida política municipal, con total autonomía para brindar apoyo y respeto a sus ciudadanos.
Y hoy justamente se mostró en todo su esplendor la soberbia del poder.
¡Cuánta indignación!


Facebook: Rocio Nahle
Twitter:@rocionahle


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