jueves, 02 de mayo del 2024
 
Por Gaudencio García
Columna: Plana Mayor
No hay “toque de queda” en Veracruz
2014-11-21 | 21:06:23
Sin ser aves de mala güero o portadores del desastre, se ha patentizado en los meses recientes en Veracruz una campaña mediática de desestabilización social del crimen organizado por medio de las redes sociales. Urge que los ejes de seguridad, fuerzas castrenses y gobernación dejen en claro que el único estado de derecho que hay y existe, es el Estado constitucional, el de Javier Duarte de Ochoa, depositario del poder público.

Desde el 1 de noviembre se ha estado difundiendo perversamente por las redes sociales un “toque de queda” en la entidad, atribuido su autoría al Grupo Ántrax uno de los brazos delincuenciales del cártel de Sinaloa o del Pacífico. Esto ha provoco la paranoia entre la sociedad civil y los ciudadanos de a pie, que andan con el Jesús en la boca.

El amplio comunicado del comando armado que se asume como juez de ahorca y cuchilla al sembrar la incertidumbre y pedir en su mensaje a la población que se resguarde en sus casas después de las 23 horas para proteger su integridad física, porque va a realizar una “limpia” –una purga- en todo el Estado contra sus archienemigos, los extorsionadores conocidos como Los Zetas.

Esta versión que circula por internet como una verdad a medias pasaría desapercibida y no calaría hondo entre los mandantes, si no fuera porque en el tercer trimestre del año del gobierno duartista han repuntado marcadamente cuatro delitos de alto impacto social: extorsión, secuestro, muerte con violencia, asalto y robo con violencia que ocurren en cualquier punto geométrico del Estado.

A esta campaña mediática desestabilizadora que ha impactado a la sociedad civil, se suma a las llamadas telefónicas anónimas que se han multiplicado para extorsionar a humildes empleados de la burocracia, modestos comerciantes, trabajadores libres y a ¡directores de escuelas primarias y de enseñanza media superior! Por supuesto, funcionarios del C-4 y de la SSP, han conminado a la población hacer caso omiso de las extorsiones telefónicas y reportarlo de inmediatoa las autoridades para proceder en su caso.

Estos índices delincuenciales no son entelequias, complots o conjuras de alguna oligarquía o cofradía en contra del gobierno de Veracruz, que dicho sea de paso no ha claudicado para combatir las hordas criminales que asolan la entidad, están soportados en las cifras oficiales que difunde trimestralmente el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

El “estado de sitio” lo impone el Estado mexicano en casos de extrema radicalización de los transgresores de la ley o subversión popular, donde la involución o regresión evidencia el orden constitucional y hace patente un Estado disfuncional que se registra en algunas entidades del país, pero en Veracruz, afortunadamente, no existe un “toque de queda”.

En este escenario, el comandante de la Tercera Zona Nava con sede en el puerto de Veracruz, Jorge Alberto Burguete Kaller, ha desmentido en su oportunidad que en la entidad se haya decretado un “estado de sitio” porque la ciudadanía en general puede transitar libremente por cualquier punto de los 212 municipios del estado, con todas las garantías que ofrece las fuerzas castrenses y el gobierno duartista.

En suma, Veracruz vive en relativa calma, con unos Juegos Centroamericanos y del Caribe que ha cubierto las expectativas oficiales, donde los cuerpos de la SSP y de las fuerzas milicianas tienen que reforzar sus sistemas de inteligencia de campo para bajar sensiblemente la asimetría de los cuatro delitos de alto impacto social que han erosionado el andamiaje del poder político del Estado.

Veracruz no se compara con los estados vecinos aledaños–Tamaulipas, Monterrey, Michoacán, Guerrero, etcétera-, pero requiere urgentemente reorientar sus programas sociales y revaluar a sus interlocutores oficiales para recomponer el tejido social en la entidad, que recurrentemente coloca en tela de duda la voluntad y capacidad de negociación de los actores de la clase política gobernante.

AL CALCE…El negocio de la seguridad pública. Está visto que la ley que sanciona la ambivalencia de los servidores públicos en Veracruz es letra muerta y sólo sirve como slogan para adornar al régimen duartista.

Tanto los orondos secretarios de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, y Turismo, Harry Grappa Guzmán, se han despachado con la cuchara en grande en florecientes negocios paralelos –despachos de seguridad privada y reparto de lunchs en los Juegos Centroamericanos y del Caribe-, sin que la lupa y mano enérgica de la Contraloría General del Estado los toque con el pétalo de una rosa. Pero la doble moral de Zurita-Guzmán y compañía no es de ahorita, lo vienen haciendo desde el principio del régimen. Hay quienes le apuestan que el exchirinista y camaleón Ricardo Guzmán, Contralor General, le temblará la mano y el coxis para someter al orden a los dos secretarios de despacho que se han pasado de listos, al amparo de la amistad y confianza de su jefe, el gobernador JDO. ¿Se impondrá el cinismo o la ley? Comentarios a gaugar55@gmail.com


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