jueves, 02 de mayo del 2024
 
Por Gaudencio García
Columna: Plana Mayor
• Benítez: el Sector Salud desmadejado
2014-12-06 | 21:40:45


Partió al eterno oriente un ícono del periodismo mexicano, maestro, amigo y un ejemplo a seguir: Vicente Leñero.

Qué desencanto. Fue un fardo, un balde de agua fría y una aberración saber por voz del titular de la Secretaría de Salud estatal y federal, Fernando Benítez Obeso, que Veracruz no se encuentra en calidad e infraestructura en el Sector Salud que requiere el país, porque se encuentra “envejecida” y “atrasada”.
Su antecesor, Juan Antonio Nemi Dib, quien siempre atesoró ocupar ese cargo porque le cautiva la medicina, político bien intencionado y de buenas costumbres, en su momento, en plena cresta, dibujó un Sector de Salud con carencias y limitaciones, pero percibió con optimismo el crecimiento de nueva infraestructura hospitalaria, equipo, personal y la dotación suficiente de medicamentos hasta 2016.
Pintó un Veracruz distinto en materia de salud al que ahora presenta su sucesor Fernando Benítez —proveniente de una de las familias de abolengo y cuño clerical-empresarial—, como “grave” y “crítico” al grado que pidió realizar una auditoría integral y a fondo de la Contraloría General, al órgano interno de fiscalización de la SS y al propio cuerpo jurídico, porque no “piensa sacrificar y echar a perder su carrera profesional que le ha costado mucho trabajo”.
En su paso por la Secretaría de Salud, Nemi Dib apretó tuercas y aplicó la escoba en todos los rincones de la dependencia estatal, de norte a sur y de oeste a este, con el beneplácito de su jefe, el gobernador y paisano JDO, porque había un mar de corrupción oficial que involucraba a los propios líderes sindicales y contratos leoninos con empresas proveedoras, que a la postre provocaron su salida de la SS.
A raíz que entabló el litigio con los accionistas de la empresa Finamed SA de CV, el año pasado, donde se les revocó el contrato millonario por enfrentar una serie de irregularidades administrativas que rayaron en la ignominia —contrato propuesto por el gobierno saliente de Fidel Herrera Beltrán en 2012 y avalado por la Legislatura local—, donde existe una danza de 350 a 700 millones de pesos por prestación de servicios de equipo médico, Nemi Dib enfrentó su Waterloo.
Como epílogo de su renuncia de la SS el político cordobés —segundo jefe de prensa del ex gobernador interino Dante Delgado en el cuatrienio 1988-92— hizo público la caja de Pandora que escurría los miasmas de los principales líderes del Sindicato de Salud —ventas de plazas, personal que no laboraba, cobro de viáticos de comisiones jamás realizadas, desviación de recursos para mantenimiento del parque vehicular, etcétera—, y del chantaje que estaba siendo sometido por los directivos de Finamed, para cobrar de 350 millones de pesos, deuda real, a 700 millones de pesos, por servicios a 11 hospitales del Estado.
Dentro de este trajinar, de medir fuerzas ente los grupos antagónicos y el extitular de la SS, Juan Antonio se ganó con creces la cirugía para quedar con una figura estilizada y despedir la obesidad que lo acompañó por varias décadas.
Bajo este escenario, el titular del SS Fernando Benítez, quien hace desde hace 3 meses asumió el cargo, ha sido espontáneo y franco, pues ha confesado sin cortapisas que no tiene una formación “política” y prefirió dejar las cosas en claro con sus inquisidores. “No vamos a proteger a nadie, vamos a desvestir a quien tengamos que desvestir (…)”.
El optimismo y campanas al vuelo que se vivía en materia de Salud en Veracruz por la modernización y crecimiento, hasta hace unos meses, no coincide curiosamente con el Veracruz, de centros hospitalarios “viejos”, “inconclusos” y desabasto de medicina por falta de unidades para transportarlos a las comunidades marginadas, que ha diagnosticado Benítez Obeso.
Protestas, pérdida de credibilidad de Érick
La multiplicación de protestas, plantones, toma de oficinas públicas y secuestro de funcionarios, son signos evidentes de que los interlocutores de la Secretaría de Gobierno, que encabeza Érick Lagos Hernández, perdieron credibilidad, ética y lógica para atender a los mandantes.
Hay una involución, una asimetría del poder público que no han podido fortalecer el erosionado tejido social del Estado. No se ataca de raíz los conflictos sociales que crecen como una bola de nieve. Es hora de replantear estrategias políticas para evitar que se incendie Veracruz. Hay que poner las barbas a remojar. La entidad no está para bollos. Comentarios a gaugar55@gmail.com
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