2014-12-12 | 10:07:00

Lo del balde de agua fría a
los que aspiran a la gubernatura
se convirtió más
bien en una romería en los
últimos dos días.
Lo que llama la atención
es que las reacciones
se perfilaron en cascada
sobre apenas una parte de
todo lo que concierne y la
amplia gama que significa
la Reforma Electoral.
Todos los actores están
en su derecho de inconformarse
sobre algo que atañe
al estado, no obstante, es
una actitud válida pero que
se reduce lamentablemente
a los intereses personales de
quienes no están de acuerdo.
Eso sí es criticable.
Quizá de forma mesurada
el senador priista, José
Francisco Yunes Zorrilla
fue menos incisivo sobre la
determinación del poder
Ejecutivo, quien se amparó
en que una gubernatura de
dos años puede ser lesiva a
la economía. Sin mayores
fundamentos habló de la
generación de incertidumbre
en la materia. Pero no se
tocó ningún otro punto que
bien como senador es voz
autorizada para analizar.
Los que se abocaron
directamente a denostar
la iniciativa fueron, como
era de esperarse, los primos
Miguel Ángel y el también
senador, Héctor Yunes. Pero
de igual forma, la única
preocupación va enfocada
al periodo acortado de seis
a dos años. Héctor puede
tener razón en todo lo que
dice, pero hacerlo en comunión
con el panista le resta
méritos.
Lo delicado es que la
reforma implica algo más
profundo que contempla
desde la reducción de las
campañas, reelección de
diputados, y otras medidas
que presumiblemente
van enfocadas al tema de
democracia.
Y sobre eso parece nadie
interesarse, o al menos
queda en evidencia que solo
interesa el tema de la gubernatura
de dos años. No
hay más visión sobre lo que
repercutirá en el estado.
Por un lado, un gobierno
al que quizá faltó involucrar
más al menos informativamente
a la ciudadanía,
lo que puede repercutir en
apatía electoral, y por otro,
reacciones a la ligera.
MUY EN CORTO
La que aseguró su posición
en el PRI estatal es sin duda
la lideresa del partido, Elizabeth
Morales.
Nadie se hubiera esperado
que la exalcaldesa tenía
su escondidito. El poder
de convocatoria relampagueante
para convencer a
más de 140 alcaldes, la mayoría
afines a su partido, y
otros tantos de oposición,
y respaldar la consabida
iniciativa de la reforma
electoral .
Y es que decenas de alcaldes,
entre los que destacan
Paul Martínez Marie, de
Perote, y Omar Cruz Reyes,
de Medellín, aseguran
estar “convencidos que los
15 puntos de la Reforma
Político-Electoral fortalecen
la política interna de los
veracruzanos”.
Propios y extraños se
quedaron con el ojo cuadrado
cuando vieron el listado
de los munícipe avalando el
proyecto de Ley por la mejora
democrática del estado.
Lo que no se explican es
como le hizo.
Morales ya se ganó la
permanencia, y si mejor le
va, dicen los analistas, lo
menos es la candidatura a
la diputación federal por
Xalapa aunque no le convence
mucho por eso de que
ni Américo Zúñiga ni Reynaldo
Escobar la quieren,
dos personajes que pueden
influir en el resultado de su
elección.
Increíble pero cierto.
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